El mercado empeoró esta semana las perspectivas sobre el PIB de Brasil. El promedio de las consultoras relevadas por el Banco Central del país vecino pronosticó para este año una contracción del 3,37 por ciento, en tanto que para 2017 moderó las expectativas de crecimiento a 1,13 por ciento. Es la cuarta vez en las últimas semanas que las consultoras moderan los pronósticos de expansión económica para Brasil para el próximo año. En esta oportunidad, el “efecto Trump” impactó en los augurios del mercado, puesto que avizoran un escenario financiero más complicado, por la suba de la tasa de interés, y un comercio más dificultoso, con caída de precios de materias primas y dificultades para exportar a la economía norteamericana. 
El pesimismo sobre la economía brasileña se asoció además a la floja performance de los indicadores macroeconómicos en el tercer trimestre, en particular, las cifras asociadas a la industria y el comercio. Los analistas brasileños creen que la inflación se ubicará en torno de 6,8 por ciento este año y 4,9 por ciento en 2017.
El escenario de fragilidad en Brasil, previo a la elección de Trump, se evidenció con caídas en octubre en áreas clave como la producción de automotores y de cemento, lo que frustró las esperanzas de un repunte en el cuatro trimestre. Entre julio y septiembre la producción industrial cayó 1,1 por ciento en relación con el segundo trimestre, mientras las ventas en el comercio retrocedieron 2,7 por ciento. 
La tendencia para los últimos tres meses del año hace prever una nueva baja del PBI de 0,2 por ciento, según las proyecciones de algunos consultores. En Brasil se viene registrando una destrucción de 100.000 empleos al mes, por lo que los analistas aseguraron que una recuperación, si ocurre, no vendrá por el lado del consumo sino que deberá asociarse a las inversiones. Pero con un mercado volátil producto de la incertidumbre generada a nivel internacional por el triunfo del candidato republicano Donald Trump los inversores se verán reacios a desembolsar capital en los próximos meses, lo cual podría frenar aún más el desempeño del PIB brasileño para 2017.