EL PAíS › CRONICA DEL PRIMER DIA DE PAGO DEL NUEVO SUBSIDIO CIUDADANO

Cuando 150 lecops importan mucho

Página/12 estuvo todo el día mientras se pagaba el subsidio ciudadano en La Matanza. La entrega fue lenta pero ordenada y sin incidentes. Qué decían los jefes de hogar que hacían la cola. Sus críticas a los políticos, a la tele, sus bromas, sus broncas.

 Por Laura Vales

Ciento cincuenta lecops pueden ser mucho o poco según se mire. Alcanzan para dos pares de zapatillas, para acomodarse durante un mes en una habitación de hotel barato, para comprar 8 kilos de carne por semana, para un pasaje ida y vuelta a Montevideo. No alcanzan, sin dudas, para acceder a una canasta familiar mínima de alimentos. Para Elida De Lucca, desocupada y madre de cuatro hijos, los ciento cincuenta pesos significará contar con 83 centavos diarios por cada integrante de su prole. 83 centavos por día es casi como decir nada, pero nadie en la situación de Elida pensaría en no ir a buscarlos.
–¿En qué los va a gastar? –le preguntó Página/12 en la cola del Banco Provincia de La Matanza.
–En libros para los chicos –dijo ella.
Pero media hora más tarde, haciendo a un lado un inocultable sentimiento de humillación, ofrecería otra respuesta: en comida, por supuesto.
¿Qué otra prioridad podría tener el millón de desocupados que, de aquí al jueves 30, cobrará el Plan Jefes y Jefas de Hogar?
El primer día de pago del subsidio pasó sin desbordes ni incidentes de gravedad. Hubo situaciones que pudieron provocarlos: en Neuquén, pese a que el gobierno nacional giró el dinero, el banco de la provincia se negó a pagar los seguros porque exige una comisión de 3,20 pesos por cada operación. En Formosa, albañiles desocupados tomaron la sede de la UOCRA tras enterarse de que no aparecían en los listados. Aún así, el debut del programa social estuvo lejos de derivar en episodios de desborde, como muchos funcionarios temían. Terminado el día, en el Gobierno se mostraban exultantes por los resultados.
La televisión mostró al país caras de beneficiarios felices, levantando ante las cámaras sus 150 lecops al salir del banco. En la cola de La Matanza ayer se escuchaban otras expresiones: insultos contra los políticos, bronca contra Cavallo, contra los punteros barriales, contra los programas de televisión, reclamos por “trabajo en lugar de limosna”.
–Que traigan a un político de esos y van a ver cómo lo dejamos –apuntó en la fila Nélida Taborda, tres hijos, calada por la lluvia.
–Que traigan a Zulemita, a ver cuántos minutos consigue vivir con 150 pesos –agregó una mujer desde abajo de una bolsa de nylon a modo de paraguas.
–Que traigan a Cavallo.
–Que venga Chiche Gelblung y muestre cómo estamos.
–Justicialismo, justicialismo era el de antes –dio por terminada la enumeración la mujer de la bolsa–. Como cuando yo era chica y repartían zapatillas.
Este mes van a cobrar el subsidio un millón 38 mil jefes de hogar desocupados. El cronograma de pago es el siguiente: el martes los bancos pagarán a aquellos cuyo documento de identidad termine en 1, el miércoles a los que terminen en 2 y así sucesivamente hasta el jueves 30. Desde el 31 de mayo se empezará a abonar a las personas cuya inscripción sufrió observaciones que pudieron ser corregidas. Se trata de los casos con errores de tipeo, o en los que falta el número de CUIL.
Desde la coordinación de los programas sociales, anoche volvieron a aclarar que los solicitantes que pueden cobrar en esta primera etapa son los que se anotaron antes del 19 de abril; el resto ingresará a los padrones en el turno de junio. Los que tengan dudas sobre el Plan pueden comunicarse con la línea gratuita 0800-333-1200.
En la provincia de Buenos Aires, las sucursales del Banco Provincia extendieron su horario de atención para que todos los que estaban en las filas pudieran llevarse el subsidio, e indicaron que aquellos con documento terminado en cero que no pudieron cobrar podrán hacerlo si se acercan el lunes.
Elida De Lucca firmó el recibo correspondiente a su plan a la una de la tarde, después de cinco horas de espera. Estaba empapada de pies a cabeza. Había pasado la mayor parte de la mañana cruzando información son sus compañeros de fila (el matrimonio de Isabel y Gustavo Martínez, treintañeros, el pintor Julio César, de 46) sobre los nodos de trueque, donde los desocupados encuentran un lugar donde hacer algo que se parece aunque sea remotamente al trabajo. Los tres discutían con tal grado de conocimiento y detalle sobre los precios y ventajas de los productos en los nodos que Página/12 les preguntó cuándo había sido la última vez que habían ido de compras al supermercado. La respuesta fue que para las fiestas de fin de año.

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La gente esperó con paciencia que llegara su turno, bajo una lluvia implacable.
 
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