EL PAíS › LAS DISTINTAS OPCIONES A PARTIR DE NOVIEMBRE

Después del 23

La intensidad de la campaña hace parecer el 24 de octubre como el largo plazo y lo que sucederá a partir de entonces como un ejercicio de futurología. Kirchner trabaja con Stiglitz en una profundización del cambio. Para el Banco Mundial mejoró la distribución del ingreso. Isabel Martínez desautorizó el uso electoral del cuerpo de Perón por el Grupo Mausoleo. Patti empata con Villaverde y resta fuerza al duhaldismo. Las estrategias personales de Bielsa y Lavagna.

 Por Horacio Verbitsky

Las elecciones generales del mes próximo condicionan los pasos de todos los actores políticos, económicos y sociales. Pensar el 24 de octubre parece así un ejercicio de futurología. Una vez delimitadas las posiciones de partida, el comienzo formal le ha dado un cauce más sereno a la campaña, lo cual no oculta cuánto está en juego.
Desde el punto de vista del gobierno nacional, era imprescindible demostrar que el alejamiento del duhaldismo es irreversible y obedece a diferencias de fondo. A falta de precisiones conceptuales esa clarificación llegó por el tono de los pronunciamientos. Dos años de convivencia y la participación en el gabinete de varios ministros de la administración interina anterior hacían necesaria esa estridencia para notificar la seriedad de la ruptura. Quienes prestan atención a los detalles de las combinaciones políticas no olvidan que el senador Eduardo Duhalde decidió apoyar a Néstor Kirchner en las elecciones de 2003 recién cuando Carlos Reutemann se negó a ser candidato y una vez que se hizo evidente que José De la Sota no garantizaba el éxito en la confrontación con Carlos Menem. Kirchner fue así su tercera selección. Incluso el acercamiento motivó rispidez dentro de La Corriente, que postulaba al gobernador patagónico. No obstante, Duhalde actuó como si se tratara de un subordinado que le debía acatamiento. Pero los sectores mayoritarios no conocen esta historia ni sabían de la existencia de Kirchner hasta poco antes de su elección como presidente. Su victoria no se debió a mérito propio ni de Duhalde, sino a la voluntad masiva de cerrar el camino al regreso de Carlos Menem. En 2003 la Argentina no eligió a Kirchner sino a Nomenem. De ahí la importancia de las elecciones de octubre, en las que el gobierno medirá por primera vez su caudal propio, sin ayudas voluntarias o involuntarias de Menem ni de Duhalde. El kirchnerismo afirma que necesita un fuerte respaldo social para profundizar los cambios comenzados hace dos años.

Cambio de modelo

Esta semana el Ministerio de Economía recibió un informe preliminar del Banco Mundial sobre la desigualdad en la distribución del ingreso per capita. Cuando el coeficiente de Gini es cero, todas las personas obtienen el mismo ingreso; si es uno, está concentrado en una sola persona y la desigualdad es absoluta. Los países más desarrollados, que tienden a una distribución equitativa tienen coeficientes menores a 0,30; los más atrasados y desiguales rondan 0,60. El trabajo del Banco Mundial muestra que en la Argentina el coeficiente fue en aumento constante desde 1992 (cuando era de 0.418) hasta 2002 (cuando llegó a 0,518). Recién entoncescomenzó a disminuir y en 2004 era de 0,494. Conviene recordar que en 1974 ese coeficiente era de 0,364 (en el Gran Buenos Aires). Es decir que se ha quebrado una tendencia nefasta pero que el país sigue muy lejos de las mejores condiciones históricas. Aun así, la Argentina conserva la primera posición en América Latina respecto del desarrollo humano, según el informe del PNUD difundido al mismo tiempo que el arribo del huracán Katrina y que causó furor en Estados Unidos, porque también destaca el impacto de la pobreza sobre su población negra.
Al cambio de modelo se refirió Cristina Fernández de Kirchner el viernes en el agasajo a la candidata presidencial chilena Michelle Bachelet. En un mensaje de perfil desarrollista rechazó que el rol de la política deba reducirse a distribuir alimentos o bonos entre quienes quedan excluidos por el manejo de la economía y asoció el consenso de Washington con la caída del muro de Berlín que dejó sin contrapeso a la única hiperpotencia. “Ser político no es una profesión. Nos votan para que cambiemos la vida”, dijo. Como desafíos pendientes enumeró la mejora de la distribución del ingreso, la reindustrialización para que la producción y el trabajo sean el eje del modelo económico, junto con la educación y la movilidad social para l@s hij@s de l@s trabajador@s, de la que puso como ejemplo su propia historia familiar. Bachelet mencionó las medidas contra la desigualdad adoptadas por los gobiernos de la Concertación en Chile y dijo que las políticas públicas de educación y salud reducía a la mitad ese contraste de ingresos netos.
Ese es el sentido del proyecto de ley de financiamiento educativo que esa misma mañana se había anunciado en la Casa Rosada con un respaldo suprapartidario que pocas veces se alcanzó por ningún tema. Kirchner sostiene que el objetivo de su gobierno es reducir la indigencia y el desempleo a un dígito cuando termine su mandato y la pobreza a la mitad de cuando comenzó. Los avances logrados hasta ahora se tornan más lentos y dificultosos cada día. El crecimiento del PIB tiende a mantenerse en cifras altas pero menos espectaculares que las de los últimos dos años y la creación de empleo por cada punto de aumento del producto será cada vez menor, mientras la inflación corroe por debajo lo que los ingresos crecen por arriba. Esa es la cuestión central que se pondrá en debate a partir del 24 de octubre, lo cual incluye la relación con el Fondo Monetario Internacional y las grandes empresas formadoras de precios. Con el mayor sigilo, Kirchner está trabajando esos temas con un grupo de colaboradores del premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien le ofreció su colaboración. Durante su reciente visita a la Argentina, Stiglitz pagó sus gastos y tomó la iniciativa de incluir en la agenda como temas prioritarios la educación, el empleo y la pobreza. El ministro de Economía Roberto Lavagna no quiso acompañarlo en ninguna actividad pública, lo cual puede preanunciar dificultades cuando los proyectos en los cuales el ex asesor de Bill Clinton está trabajando con Kirchner lleguen a un punto de maduración. Stiglitz y Kirchner han formado una extraña pareja. Cada uno siente que el otro es la demostración práctica o la elaboración teórica de sus respectivas posiciones frente al sistema global.

Porcentajes

También las discusiones en el equipo de campaña del duhaldismo apuntan más allá del día de los comicios. Las amenazantes declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Camaño tienen fecha de vencimiento, porque después del 23 de octubre viene el 24 y con él las nuevas relaciones de fuerza que emergerán de las urnas. El endurecimiento de actitudes frente al gobierno atrae a la propia candidata HGD y a un grupo de amigos quienes reaccionan en forma afectiva ante los ataques oficiales al ex Senador Duhalde. Quienes privilegian el análisis político por encima de las consideraciones personales lo ven de otra manera: “Si fueraevidente que subir el volumen nos daría un par de puntos más y si la diferencia entre ambas boletas fuera mínima, no habría nada que objetar”, dicen. Así ocurrió en 1999: el acuerdo con Domingo Cavallo le dio a Carlos Rückauf la luz de ventaja que rompió la paridad con Graciela Fernández Meijide luego de meses en los cuales todas las encuestas no arrojaban mayor diferencia entre ellos que el error técnico posible en las mediciones. Pero tanto los sondeos que consulta el gobierno como los que recibe el duhaldismo muestran ahora una diferencia muy amplia, que los escarceos del último mes no han cambiado en forma significativa. Su eventual modificación sólo depende en una mínima proporción de los gestos de los candidatos. Cinco puntos en más o en menos harían una notable diferencia política entre las dos fórmulas principales pero dinamitar los puentes de la convivencia futura para perder por dieciocho puntos en vez de veinte no es serio ni responsable, concluye el razonamiento que, por ahora, prevalece.

Picapiedras vs. Villaverde

Por otra parte, un nuevo foco de alarma se encendió en el duhaldismo a raíz de la alianza con el comisario Luis Abelardo Picapiedras. El acuerdo anunciado no modificó los porcentajes previos, porque la intención de voto a Senador en favor del ex policía se repartió entre distintas fórmulas. Además hay sectores peronistas que sienten poca afinidad con el comisario torturador. Peor aún, datos de la última semana indican que la lista de candidatos a diputados que encabeza Picapiedras compite en forma reñida con la del justicialismo que encabeza Jorge Villaverde a la que le está arrebatando una cuota significativa de voluntades. Villaverde tiene índices muy bajos de conocimiento. Ha realizado una labor estimable como legislador, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, y nunca se ha visto envuelto en asuntos estridentes o escandalosos. Podría haber ocupado un puesto en la nómina renovadora a la que aspira el kirchnerismo, que estaba dispuesto a incluirlo, pero las lealtades personales lo dejaron del otro lado cuando se abrieron las aguas. De este modo, ni siquiera es descartable que el duhaldismo coloque menos diputados que con el mal acuerdo que le ofrecía Kirchner. Seguro que el principal beneficiado con la alianza es Picapiedras, quien siguió el consejo de su protector, el ex presidente Carlos Menem. La relación con el duhaldismo siempre fue beneficiosa para él. En junio de 1996 la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires (DIPBA) distribuyó un informe en el que decía que “grupos de izquierda referenciados con el Frepaso se encontraban instalando el tema de las desapariciones en Escobar con motivo del hallazgo de tres cadáveres NN en el cementerio”. Agregaba que esas “acciones perniciosas de los grupos de izquierda” habían sido “contrastadas por el intendente de Escobar, Luis Patti”, quien dijo que “era otra acción política que intentaba instalar algo falso sobre las desapariciones”, porque en todos los cementerios hay cuerpos no identificados. Desde esta semana aquel informe de la policía de Duhalde está incorporado al expediente que instruye el fiscal federal de San Nicolás Juan Patricio Murray por la desaparición forzada y el asesinato de Gastón Roberto José Gonçalves, secuestrado el 24 de marzo de 1976 y visto por última vez en la comisaría de Escobar. Uno de aquellos tres cadáveres era el de Gonçalves. Murray pidió la detención de Picapiedras por ese caso, pero el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo no la concedió. Villafuerte Ruzo tiene un estrecho vínculo con el acompañante de HGD en la fórmula del PJ, José María Díaz Bancalari.
Del desempeño de Jorge Villaverde en la Cámara de Diputados da cuenta la ley que obligó al Poder Ejecutivo a solicitar con suficiente antelación el permiso constitucional al Congreso para que ingresen tropas extranjeras al país. Esta semana se aprobó por ley el programa para todo un año, con eldetalle de cada ejercitación prevista. De este modo se pone fin a la práctica abusiva que se desarrolló durante las presidencias de Menem, Fernando de la Rúa y el interinato de Duhalde, cuando los ministros de Defensa pedían la autorización del Congreso una vez que las tropas ya habían cruzado las fronteras. Villaverde contó para la elaboración de esa ley con el aporte de dos asesores que hoy ocupan cargos relevantes, Jaime Garreta y Luis Tibiletti, cuyos aportes a la institucionalización en ambas áreas fueron recompensados con las secretarías de Defensa y de Seguridad Interior en el gobierno de Kirchner. Otro detalle significativo es que la ley aprobada esta semana no incluye ningún tipo de inmunidad para las fuerzas estadounidenses que lleguen al país. Como contracara, ningún representante del gobierno nacional asistió al seminario sobre Seguridad y Defensa organizado por el ex ministro Horacio Jaunarena, vocero de la corporación castrense ante los gobiernos de Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Duhalde.

Paradojas

No es una paradoja menor que la provincia de Buenos Aires sea el territorio con menos incertidumbres electorales. La única duda es por cuánto perderán quienes la tuvieron como rehén durante tres lustros y a la que consideraban un feudo inexpugnable en el que nadie tenía derecho ni posibilidad de penetrar. El gobierno nacional también confía en obtener una victoria clara en La Rioja, desde donde proyectó su carrera política nacional Carlos Menem. Batir a Menem y Duhalde en sus propios reductos es condición necesaria pero tal vez no suficiente para garantizar dos años políticos tranquilos hasta la finalización del mandato presidencial. En ambas provincias ese objetivo lo obligó a aliarse con los gobernadores que Menem y Duhalde dejaron para cubrirles las espaldas, Angel Maza y Felipe Solo. Los distritos clave restantes son la Capital y Neuquén, porque de allí provienen los candidatos presidenciales alternativos. Kirchner ya ha estado varias veces en Neuquén, donde tuvo choques frontales con el gobernador Jorge Sobisch, quien tampoco tiene pelos en la lengua. El gobierno sostiene que se han achicado las distancias y que en este momento el MPN no lleva más de cinco puntos de ventaja sobre el Frente Cívico que reúne a peronistas, radicales, frepasistas, populistas neuquinos y marxistas. La conciliación de esa culturas políticas no resultó fácil y produjo chisporroteos con Patria Libre y la UCR. El jueves el presidente posó para las fotos con sus candidatos, entre quienes muestra predilección por la ex senadora Silvia Sapag, hija del caudillo histórico a quien Sobisch desplazó de la conducción partidaria. También aprecia al candidato Oscar Massei, pero preferiría que fuera más agresivo para confrontar con el gobernador.

La Virgen de la Mandarina

La CABA se está demostrando el distrito más esquivo. Bielsa reveló que recibe en su dormitorio conyugal visitas de la Virgen, que huele a lavanda y mandarina. El problema de Kirchner en la Capital no se limita a la vida nocturna de Bielsa, sino también a la incómoda presencia del espectro de quien fue su candidato en la elección pasada, Aníbal Ibarra. La inexplicable falta de noticias de su administración acerca de la búsqueda de firmas para el plebiscito sobre su continuidad en el cargo y la incertidumbre acerca de la fecha para esa elección que Ibarra anunció en conferencia de prensa ha dejado en el centro de la atención su defensa por el incendio del boliche República de Cromañón. Su alegato ante la prensa y la Legislatura es en realidad una requisitoria fiscal contra los legisladores de los distintos bloques que impulsan el juicio político para destituirlo. Afirma que uno de los muchos testigos citados por la comisión investigadora estaba fuera del país cuando ocurrió el desastre y tuvoreuniones previas con una legisladora; que el informe final omitió el nombre de un legislador macrista a quien un testigo mencionó entre quienes intervinieron en la habilitación del boliche que funcionó antes de Cromañón en el mismo lugar; que el texto aprobado tiene párrafos repetidos. Aun si todo eso fuera cierto, no se advierte en qué mejoraría la posición de Ibarra respecto de los temas centrales vinculados con la catástrofe, que viene eludiendo desde aquella noche horrenda: el funcionamiento de Cromañón con el certificado de seguridad contra incendio vencido pese a las múltiples advertencias de órganos legislativos y de auditoría y los nexos espurios de su gobierno con los propietarios de boliches, con quienes se reunió cuando todavía no había concluido la identificación de los cadáveres y mientras rehuía encontrarse con los sobrevivientes y sus padres. Invitado a un debate por los familiares de las víctimas, Ibarra volvió a negarse ahora, con bushiana incapacidad para enfrentar las consecuencias de sus actos y omisiones. Con tal lastre y semejante candidato, una victoria en la Capital parece muy difícil para Kirchner quien se ha lanzado de lleno a la campaña porque sabe que en torno del hombre de negocios con el Estado Maurizio Macri podría organizarse un polo electoral para 2007 que podría tener como insignia porteña al actual vicepresidente Daniel Scioli. Allí apostaría sus últimas fichas Duhalde, quien ya en la elección anterior apoyó a Macri, cuya lista incluyó a Julio Balbi, un íntimo colaborador de Felipe Solo.

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