EL PAíS › OFICIALISMO Y OPOSICION REPUDIARON LA VIOLENTA PELEA EN QUILMES

Condena a la guerra de los afiches

El Gobierno y el duhaldismo se distanciaron del episodio. La oposición aprovechó para criticar a ambos. El herido sigue muy grave.

 Por Martín Piqué

La violenta refriega en Quilmes del jueves al mediodía se convirtió en el centro de la polémica de los últimos días de campaña. La oposición aprovechó el episodio para denunciar las “prácticas mafiosas” del peronismo mientras que los sectores involucrados, tanto kirchneristas como duhaldistas, condenaron el incidente. Ayer, el herido más grave que dejó la pelea, Angel Gaspar, seguía internado en el Sanatorio Modelo de Quilmes en “coma farmacológico” pero con una leve “evolución favorable”, según informó el secretario de Salud de Quilmes, Pablo Garrido. Le habían quitado el respirador artificial. Por testimonio de dirigentes de la zona, Página/12 pudo confirmar que en el combate participaron miembros de la barra brava del club Quilmes –vinculados con el intendente Sergio Villordo, kirchnerista– y habitantes de la parte más pobre del municipio que responden al concejal Jorge Funes, duhaldista, hombre de confianza de Eduardo Camaño.
La pelea callejera fue tan dura que obligó a toda la dirigencia política –tanto del oficialismo como de la oposición– a opinar sobre ella. Por el Gobierno hablaron el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Como jefe político del kirchnerismo en el distrito (entre 1991 y 1995 fue intendente del distrito), el ministro del Interior fue uno de los más buscados para opinar. “Es una cosa horrible. Esto tendría que haber terminado hace mucho”, dijo ayer al mediodía. El otro Fernández dijo que el hecho era “inexplicable” y llamó a que la Justicia “caiga con el máximo rigor sobre los responsables”.
Por el duhaldismo se escuchó a Chiche Duhalde y a José María Díaz Bancalari. “Personalmente me da mucha vergüenza”, aseguró. Y agregó que es una “barbaridad” que se asocie a Aníbal Fernández y a Camaño con los episodios de violencia que se vienen sucediendo en Quilmes. “Ni siquiera eran grupos de militantes, sino personas pagas para pegar carteles”, argumentó. “La violencia verbal lleva a la violencia de hecho. Lo que hay que empezar es a llamarles la atención a los dirigentes para que se dé una moderación de estas circunstancias”, aseguró Díaz Bancalari. Desde España, donde está participando de la Cumbre Iberoamericana junto con el Presidente, sumó su opinión el canciller Rafael Bielsa. “Es repudiable”, dijo sobre la pelea.
Desde la oposición, el incidente fue interpretado con palabras y argumentos muy parecidos, que hicieron coincidir a candidatos de centroizquierda y centroderecha. Ricardo López Murphy, de PRO, llamó “acto criminal” al enfrentamiento y lo ubicó en el contexto de una “pelea de fondo por la caja”. “Parecen roedores peleando por el queso, ignorando que en el medio hay gente inocente arriesgando su vida por centavos”, dijo. En tanto, Elisa Carrió, del ARI, se basó en el incidente para asegurar que “la perversidad moral mayor” del país está en el conurbano.
Una de las acusaciones más fuertes contra Fernández y Camaño partió del partido que responde a Carrió. El legislador provincial Sebastián Cinquerrui los acusó de “no hacer nada para evitar el enfrentamiento de las bandas violentas y armadas que militan en sus agrupaciones”. Con palabras casi calcadas, el socialista Jorge Rivas, candidato de Encuentro Amplio, denunció que “las patotas que disputan salvajemente el territorio” son la “cara más violenta del mismo aparato del PJ que reparte electrodomésticos a cambio de votos”.
En relación con los heridos, el más grave sigue siendo Gaspar, albañil desocupado con cinco hijos. Ayer a la tarde, su familia lo acompañaba en el Sanatorio Modelo de Quilmes, donde está internado con “traumatismo cráneo-facial” y pronóstico reservado. El subdirector de la clínica, Roberto Amicucchi, informó que había “mejorado un poco”. “Eso no significa que esté fuera de peligro”, aclaró. Los otros dos heridos son Carlos Gaspar, hermano del anterior, herido en el hombro por un elemento “cortante”, y Carlos Irn, con contusiones leves. Ambos volvieron a sus casas. Deberán cumplir un tratamiento ambulatorio.
El fiscal Luis Armella decidió mantener en prisión al único detenido tras el episodio, que dijo llamarse Ignacio Ibáñez y respondería a la agrupación de Camaño. Según dirigentes de Quilmes que no pertenecen ni a la corriente de Villordo ni al sector de Camaño, la pelea por las pintadas enfrenta desde hace semanas a la barra brava del club Quilmes, que lidera El Dedo Becerra, de buena relación con Villordo, con un grupo de la ribera del municipio alineado con el concejal Funes, jefe del bloque duhaldista en el Concejo Deliberante.

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El jueves, la pelea por los afiches en Quilmes dejó internado a un albañil.
 
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