EL PAíS › EL OFICIALISMO SE APRESTABA A APROBAR ANOCHE LOS SUPERPODERES

Un debate que prefigura la campaña

En una sesión que se extendía hasta la madrugada, el oficialismo confiaba en contar con los votos para aprobar la ley de los superpoderes. La oposición consideró la iniciativa “el certificado de defunción del Parlamento”.

 Por Adriana Meyer

En una larguísima sesión, la Cámara de Diputados se disponía esta madrugada a aprobar la modificación de las leyes de Administración Financiera y de Responsabilidad Fiscal con la finalidad de otorgar facultades especiales permanentes a la Jefatura de Gabinete para modificar las partidas del presupuesto nacional. Al cierre de esta edición seguía el debate en el recinto con argumentos grandilocuentes a favor y en contra de la iniciativa que consolidará los poderes del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Los hombres y mujeres K en la Cámara baja confiaban en alcanzar el número necesario y así el proyecto del Gobierno se transformaría en ley, con el apoyo del duhaldismo residual, algunos diputados cordobeses del Partido Nuevo y un par de radicales. Pasada la medianoche aún faltaban los argumentos de cierre que darían los jefes del kirchnerismo y de la oposición. “El kirchnerismo firmó el certificado de defunción del Parlamento y provocó la ‘fujimorización’ del Congreso”, afirmó el radical entrerriano Sergio Varisco.

Muy duro también fue el diputado del ARI Adrián Pérez quien, en una de sus intervenciones más enfáticas, mencionó que la senadora Cristina Fernández de Kirchner “en 2000 se horrorizaba con la delegación de facultades porque hace algunos años le preocupaba la salud de la República, pero ahora sólo trabaja para consumar el unicato”.

En una de las pocas participaciones en sesiones desde que asumió, Mauricio Macri quiso parecer ocurrente. El diputado PRO mencionó “el experimento del sapo”, en el cual se calienta un recipiente de agua y el animal muere porque no reacciona, al contrario de lo que pasa si se lo arroja de golpe en agua hirviendo, y puso un sapito de peluche sobre la pupitre. “El sapo al igual que el pueblo parece reaccionar ante revoluciones o acciones bruscas, pero se queda inmóvil ante ‘revoluciones a fuego lento’”. Y concluyó que “nosotros”, al igual que Venezuela, país al que criticó por “antidemocrático”, estaríamos yendo hacia una “democradura”. En el discurso que repartió su asistente entre los cronistas el cierre era “¡Hasta la democracia, siempre!”, reformulando al Che Guevara. Pero no lo usó, y en cambio prefirió una frase que le atribuyó a Simón Bolívar.

Con tres horas de retraso respecto de la hora pautada, la sesión había comenzado con la palabra del diputado justicialista Carlos Snopek, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, quien sorprendió al anticipar: “Como este es un tema mediático voy a hacer algo que no me gusta: voy a ser claro”. Según el miembro informante del oficialismo, “no estamos tocando la Constitución, sino que hablamos de flexibilidad presupuestaria que el mundo nos está mostrando como una imperiosa necesidad”. Y en respuesta a la crítica que había expresado el ex presidente Raúl Alfonsín indicó que “peligra la República cuando no se sabe gobernar”. De inmediato pidió la palabra el duhaldista opositor Eduardo Camaño para recordar que Snopek había votado en forma negativa la delegación de poderes en 2001, cuando Domingo Cavallo era el ministro de Economía del gobierno de la Alianza.

Mientras afuera del palacio del Congreso un grupo de dirigentes de la oposición “abrazaba” el edificio (ver aparte), la diputada kir-chnerista Patricia Fadel emprendía la defensa de la propuesta. “Hubo superpoderes cuando se proclamó el déficit cero, cuando se redujeron salarios bajo el argumento de la emergencia y ante un Congreso paralizado. En cambio este gobierno produjo desendeudamiento, baja del desempleo, crecimiento y aumento del salario básico. Hemos tolerado calumnias como cuando dijeron que el Gobierno quiere superpoderes para robar, pero infame y traidor a la patria fue la hiperinflación y escaparse en helicóptero”, expresó la mendocina. En sintonía con la defensa de la ampliación permanente de las facultades del jefe de Gabinete, el ex duhaldista Alfredo Atanasof consideró que es “necesario dar esta herramienta al Poder Ejecutivo” que “no afecta en nada las facultades de control del Parlamento”. A su turno, el diputado Oscar Lamberto afirmó desde su experiencia en temas presupuestarios que la ley “no le va a cambiar la vida a nadie ni se van a caer las instituciones”, y estimó que “sólo se puede cambiar un cinco o un seis por ciento del Presupuesto porque la mayoría son gastos fijos”. Otro que se pronunció a favor fue el diputado del partido del intendente de Córdoba Luis Juez, Francisco Delich. “No estamos votando para este jefe de Gabinete sino para mejorar el funcionamiento de la administración, aunque nos quieran hacer creer que es la muerte de la República.” En cambio, su compañera de bancada Norma Morandini anticipó que se pronunciaría en contra.

El diputado Roberto Iglesias, presidente del Comité Nacional de la UCR, apuntó que “es absurdo pensar que las reglas van a ser las mismas en un momento de hiperinflación que en un momento de crecimiento”, pero precisó que “en este contexto no tiene sentido (aprobar la ampliación permanente de los poderes), salvo para manejar a discreción los cuantiosos recursos que hoy tiene el Estado”. En la misma línea opositora al proyecto, el diputado PRO Esteban Bullrich rebatió el argumento oficial que invoca la necesidad de administrar en forma eficiente. “Hasta junio de este año hay claramente importantes desvíos en la utilización de los fondos”, aseguró. Y ejemplificó que el Ministerio de Infraestructura y Planeamiento “aumentó su partida en 1500 millones por sobre lo presupuestado”, y tiene una partida destinada a la gestión ambiental de la cuenca Matanza-Riachuelo que “a la fecha sólo se ejecutó en un 3 por ciento”. Según el legislador, “éste es el tipo de administración que quieren hacer”.

También cuestionó la forma en que el Gobierno viene administrando los recursos el diputado CTA Claudio Lozano, quien enfatizó que “las propuestas presupuestarias vienen con trampa porque subestiman recaudación y abultan gastos, y porque el título de los decretos disfraza el verdadero destino del dinero. En definitiva, el grueso del destino de los recursos es el pago de la deuda en lugar de ocuparnos de los siete millones de pibes que están en situación de pobreza”.

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El oficialismo se aprestaba a aprobar luego de un larguísimo debate la Ley de Administración Financiera.
 
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