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Una alianza porteña que regresa con el objetivo de vencer a Macri

Miguel Bonasso podría ser candidato a jefe de Gobierno. Con el visto bueno de la Casa Rosada para fortalecer su armado en el distrito, se reunió con Aníbal Ibarra.

 Por Santiago Rodríguez

La combinación entre Aníbal Ibarra y Miguel Bona-sso probó en 2003 ser eficiente en el electorado porteño y va camino a repetirse dentro de un año: los dos empezaron a recorrer un camino común que podría desembocar en la postulación del diputado kirchnerista a la jefatura de gobierno de la ciudad en las próximas elecciones. “Si existe un espacio que considera que debo ser candidato y si eso sirviera para unificar fuerzas, vería en su momento qué decisión tomo”, confió a Página/12 el propio Bonasso. De todos modos, en las dos charlas que ambos mantuvieron en los últimos días no hablaron de candidaturas, sino de la necesidad de reagrupar al progresismo local para derrotar a Mauricio Macri.

Ibarra y Bonasso ya se presentaron como socios ante los porteños hace tres años. En los comicios en que el ex fiscal consiguió su reelección como jefe de gobierno, el escritor y periodista acompañó su postulación con una boleta de su Partido de la Revolución Democrática (PRD) a diputados y legisladores locales y mostró tener su propia clientela progresista: obtuvo casi el 10 por ciento de los votos y no sólo consiguió así sentarse en una banca en la Cámara baja, sino también cinco lugares en la Legislatura.

Con las elecciones del año próximo a la vista y la venia de la Casa Rosada para embarcarse en un nuevo armado político en la Ciudad de Buenos Aires, Bonasso le planteó a Ibarra volver a caminar juntos. El diputado fue uno de los primeros kirchneristas que salió a respaldar al destituido jefe de gobierno durante el juicio político que terminó con su desplazamiento del cargo y no hace mucho insistió en que ese proceso fue “un golpe de Estado”.

Bonasso e Ibarra se juntaron a cenar semanas atrás y después fueron juntos al acto en conmemoración del atentado a la AMIA; allí estuvieron con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien supone que será el “eje articulador” del armado político del progresismo porteño para las elecciones de 2007.

El miércoles pasado Ibarra volvió a reunirse con Bonasso: lo visitó en su casa donde se recupera de la operación de una hernia inguinal.

El primer encuentro entre ambos fue en el restaurante La Raya, en Ortiz de Ocampo a metros de Las Heras, en el que estuvieron casi cuatro horas hablando de la política porteña. En una mesa a pocos metros, Rafael Pascual trataba asuntos de Huracán con el hijo de Carlos Babington, flamante titular del club en el que milita el ex presidente de la Cámara de Diputados y hombre fuerte del delarruismo en tiempos de la Alianza.

Los artífices del nuevo acercamiento entre Ibarra y Bonasso fueron el ex secretario de Cultura ibarrista Gustavo López y Carlos “Beto” Borro, un dirigente vinculado al escritor y periodista quien durante su gestión se desempeñó como director del Libro. Los dos estuvieron también sentados a la mesa.

En el caso de Ibarra, la cena se inscribió en la sucesión de reuniones que viene manteniendo con distintos dirigentes. Esta semana volverá a encontrarse con Bonasso y también tiene previsto verse con Daniel Filmus, a quien –como muchos del espacio de centroizquierda– considera entre los mejores posicionados para darle pelea a Macri y la derecha en la ciudad. El gobernador bonaerense Felipe Solá también sería de la partida en alguno de los próximos encuentros entre Bonasso e Ibarra.

“Es posible reconstruir un espacio que fue ganador en la ciudad. Más que ser jefe de gobierno u ocupar un cargo legislativo, me interesa unir fuerzas para reunificar a la izquierda y el verdadero centroizquierda, que hoy está dividido y sin liderazgo”, explicó Bonasso y contó: “Encontré en Ibarra idéntica preocupación.”

En la mesa de Bonasso e Ibarra quedó expuesta la inquietud de que hasta ahora la oferta electoral en la ciudad está más inclinada hacia la centroderecha y la derecha y que no hay nadie que cubra en plenitud las expectativas del electorado de centroizquierda. El ex jefe de gobiernoderrotó a Macri en 2003 polarizando al máximo la elección y está convencido de que esa es la única forma de derrotarlo, más aún esta vez que las encuestas lo vienen dando como favorito.

De candidaturas ninguno de los dos habló. “Estamos planificando cosas hacia delante para aportar desde una óptica progresista al armado político de 2007”, aclaró a este diario Ibarra. Lo que acordaron fue trabajar con el objetivo de que el progresismo porteño se aglutine finalmente en una misma propuesta electoral en contra de la derecha.

Para contribuir a ese objetivo Bonasso pondrá a funcionar en pocos días el Instituto de Estudios Latinoamericanos Manuel Ugarte. “Será –precisó– un espacio de reunión de gente joven con ánimo militante y formación de cuadros, además de un ámbito para ir identificando los problemas centrales de la ciudad y elaborando propuestas.”

A Bonasso su mandato como diputado le vence el año próximo. En la Casa Rosada aseguran que primero el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, y después el propio presidente Néstor Kirchner lo escucharon hablar de una posible postulación a la jefatura de gobierno y no le bajaron el pulgar.

Bonasso supeditó su eventual candidatura al devenir del armado político del progresismo, pero reveló estar “estudiando atentamente toda la problemática de la ciudad”. Ibarra también es su socio para esos deberes: a su casa esta semana fue a ponerlo al tanto de las principales cuestiones relativas al manejo de la ciudad, sus problemas y los planes en ejecución.

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Miguel Bonasso y Aníbal Ibarra, que compartieron boleta en 2003, coincidieron en la necesidad de reagrupar al progresismo de la Capital.
Imagen: Daniel Jayo
 
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