Aunque decidió permanecer en Iguazú y no participar de la asamblea episcopal que se está celebrando esta semana, aduciendo cansancio por las grandes exigencias que planteó la campaña para las elecciones de constituyentes en Misiones, el obispo emérito Joaquín Piña se transformó en la figura central de la asamblea plenaria que la jerarquía católica realiza en Pilar y que culminará el próximo sábado. Fueron muchos los comentarios acerca del proceso vivido en Misiones, la gran mayoría de ellos aprobatorios a lo realizado por Piña, que se escucharon desde el lunes en los pasillos de la casa de ejercicios El Cenáculo, también conocida como La Montonera. Paradójicamente, el respaldo a Piña no se tradujo en críticas mayores al gobierno nacional, a quien se le señala responsabilidad en el apoyo al intento reeleccionista de Carlos Rovira, pero a quien se le reconoce también capacidad política suficiente para “asimilar” el mensaje de las urnas y generar acciones que permitan actuar en consecuencia. En general, se ha valorado positivamente que “se haya tomado nota de la lección democrática” que dieron los misioneros.

En el orden interno, la reflexión episcopal condujo también a plantearse que la Iglesia debe asumir mayores responsabilidades en la formación social y política de sus miembros, en particular de los laicos. En otro orden, entre los obispos existe clima favorable para no emitir ningún tipo de pronunciamiento colectivo en esta oportunidad, buscando evitar cualquier interpretación no querida de sus palabras o utilizaciones políticas no deseadas. Sin embargo, la decisión final sobre el tema no está tomada todavía. El encargado de hablar con los periodistas en la conferencia de prensa que se realizará hoy será el presidente de Cáritas y titular de la diócesis de Merlo-Moreno, Fernando Bargalló.

Bargalló, acompañado por el director nacional del organismo, Gabriel Castelli, y por miembros de la comisión nacional, informó al plenario de las acciones que viene realizando la institución. En su evaluación sostuvo que si bien se percibe mejoría en los indicadores macroeconómicos, éstos resultan insuficientes para transformar por sí solos los índices de pobreza. “Por eso –subrayó– no podemos ni debemos olvidar que la realidad de pobreza y exclusión nos sigue interpelando de manera muy fuerte.” Dijo también que “los principales destinatarios de la misión de Cáritas son los pobres, que no son números ni estadísticas, sino hermanos que esperan ser tratados como prójimo”.

Al explicar la tarea de Cáritas, Bargalló dijo además que lo que se intenta es “que cada persona crezca en dignidad, siendo protagonista de su propio desarrollo”. Siguiendo una línea que también fue trazada por su antecesor en el cargo y actualmente presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, el obispo Jorge Casaretto, Bargalló impulsa que todas las acciones realizadas por Cáritas tengan una dimensión educativa y se preocupen por generar lo que denominan “cultura del trabajo”.

El plenario episcopal, que está presidido por el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, es el último que se celebra este año y estuvo abocado también a considerar una serie de cuestiones internas de la Iglesia Católica, entre ellas la implementación pastoral del documento “Navega mar adentro”, emitido por la propia Conferencia Episcopal.