EL PAíS › BOTNIA RATIFICO QUE NO SE MUEVE Y YAÑEZ VOLVIO A ESPAÑA

Como cuando vinimos de allá

El enviado del rey, Yáñez Barnuevo, volvió a Madrid sin definir una agenda ni una fecha para que Argentina y Uruguay reanuden su diálogo. La empresa Botnia dijo que no piensa en relocalizarse.

La tercera ronda de gestiones del diplomático español Juan Antonio Yáñez Barnuevo dejó más expectativas que certezas. El “facilitador” terminó su tarea ayer en Montevideo sin poder definir una agenda ni una fecha para que Argentina y Uruguay reanuden el diálogo en busca de una salida al conflicto por las papeleras. Las autoridades uruguayas insistieron, al menos públicamente, en exigir el levantamiento de los cortes de los puentes hacia ese país para negociar y Botnia volvió a mostrarse intransigente: su vocero, Marko Janhunen, afirmó que “no hay ninguna razón para relocalizar la planta” y descartó también que la empresa vaya a construir un conducto para transportar sus desechos lejos de Gualeguaychú.

“El avance de las gestiones parece indicar que estamos transitando por el camino adecuado. Las expectativas son ciertas, aunque mesuradas”, fue la evaluación que hicieron en la Cancillería uruguaya del paso del rey Juan Carlos de España por Montevideo y Buenos Aires.

Yáñez Barnuevo se reunió en la capital uruguaya con el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, y el secretario general de la Cancillería, José Luis Cancela. Un miembro del gobierno de Uruguay al tanto de lo conversado contó que el español no llevó “ninguna propuesta concreta y volvió a insistir en la posibilidad de agendar una reunión al más alto nivel, para lo cual presentó un listado de temas que Argentina pretende que sean analizados en esa instancia”.

En la Cancillería argentina recordaron que la premisa que se le transmitió a Yáñez Barnuevo en su visita al país fue que ninguna cuestión debe quedar excluida del diálogo, pero mantuvieron el hermetismo en cuanto a los temas concretos que pidieron incluir en la agenda. Antes de su llegada, trascendió que esta vez el diplomático español venía con una serie de propuestas concretas que incluía la construcción de un caño para derivar los efluentes de la planta de Botnia treinta kilómetros al sur de Fray Bentos y también de la creación de un parque para mitigar la contaminación visual de la playa argentina de Ñandubaysal, frente a la que levanta la pastera de esa empresa.

En línea con la reserva con que se viene manejando el tema, desde la Cancillería no confirmaron ni desmintieron la versión, pero el modo en que reaccionaron frente a las declaraciones del vocero de Botnia hace suponer que eso formó parte de las conversaciones con Yáñez Barnuevo. “Una vez más, como en tantas ocasiones anteriores, la inflexibilidad de Botnia es la que impide avanzar en el proceso de diálogo”, reflexionaron quienes participaron de las intensas reuniones que en esta última se desarrollaron con el emisario del rey de España.

Lo que dijo Janhunen fue que “Botnia no se va de Fray Bentos” y argumentó que “no hay ninguna razón para relocalizar la planta”. Dijo también que la empresa “tiene acuerdos con Fray Bentos y con el gobierno uruguayo para continuar con sus actividades” en esa ciudad.

El vocero de Botnia añadió en diálogo con Radio Belgrano que los estudios “que se vienen realizando muestran que no habrá ningún tipo de impacto ambiental” y que “la planta que se construye en Fray Bentos es supermoderna y no provocará un efecto contaminante en el río Uruguay”. Aseguró además que la empresa sigue “al pie de la letra” la legislación uruguaya y descartó que la empresa vaya a construir el conducto del que se habla para llevar los desechos de la fabricación de la pasta de celulosa lejos de Gualeguaychú. También aclaró que las actividades de Botnia “no son tema de discusión del gobierno finés”.

La actitud de Botnia va a contramano de las expectativas que generaron las gestiones de Yáñez Barnuevo y evoca lo que ocurrió hace casi un año. Entonces, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez acordaron una tregua de 90 días para dialogar en busca de una solución al diferendo. El acuerdo contemplaba el levantamiento de los cortes y la paralización de las obras, pero quedó en la nada porque la empresa finlandesa siguió la construcción de su planta.

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El español Juan Antonio Yáñez Barnuevo y el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández.
 
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