EL PAíS › EL REY DE ESPAÑA RECIBIRA HOY A LOS FUNCIONARIOS ARGENTINOS Y URUGUAYOS EN MADRID

De la mala onda al “optimismo moderado”

Luego de un año sin contactos, argentinos y uruguayos se encontraron ayer en Madrid para dialogar sobre el conflicto por las papeleras. A la salida, el canciller Jorge Taiana dijo “somos moderadamente optimistas”. Hoy el rey Juan Carlos recibirá a las delegaciones en el Palacio de la Zarzuela. Luego habrá un nuevo encuentro en la Quinta de El Pardo.

 Por Irina Hauser

Desde Madrid

El mejor termómetro del clima que quedó flotando después del primer encuentro que mantuvieron Argentina y Uruguay quedará a la vista hoy: a las diez y media de la mañana el rey Juan Carlos de Borbón recibirá en persona a las delegaciones de los dos países en el Palacio de la Zarzuela, residencia de la familia real, previo al encuentro que mantendrán luego en el Palacio de la Quinta de El Pardo. El saludo de Su Majestad era hasta ayer una opción que ambos gobiernos sólo imaginaban si las nuevas conversaciones en el conflicto por la instalación de la papelera Botnia se encauzaban por una senda firme. “Este es el inicio del diálogo”, aseguró el canciller Jorge Taiana. “Somos moderadamente optimistas”, definió.

La reunión inaugural que juntó a argentinos y uruguayos en una misma mesa fue ayer al anochecer y tuvo como anfitriones al canciller español Miguel Angel Moratinos y al facilitador nombrado por la Corona, Juan Antonio Yáñez Barnuevo. En la cita, que tuvo como sede el Palacio de Santa Cruz, del Ministerio de Asuntos Exteriores, sólo participaron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el canciller Taiana, su par uruguayo, Reinaldo Gargano, y el secretario de la presidencia oriental, Gonzalo Fernández.

Al término de este primer approach ceremonioso –como lo describieron los asistentes–, Taiana dijo que se quedó con “una sensación positiva” y aseguró que ambos gobiernos tienen “la mejor predisposición”. “Es el comienzo de un proceso, que esperamos que siga avanzando”, añadió. El canciller precisó que aunque no se entró en el fondo del conflicto, quedó claro que los dos países mantendrán sus “posiciones tradicionales”.

Argentina seguirá pidiendo la relocalización de la planta que la pastera finlandesa está terminando en Fray Bentos y dirá que Uruguay violó el estatuto del río compartido al decidir la instalación de la papelera en forma unilateral. El país vecino abogará por el levantamiento de los cortes en los pasos fronterizos y el monitoreo conjunto de la producción de pasta de celulosa. Dicho esto, de las dos orillas existe apertura para avanzar por otros caminos. Todo sigue a “agenda abierta”, insisten.

La foto que hoy se sacarán todos con el Rey es una señal alentadora sobre el estado de la relación bilateral e implica un compromiso para que desde ambos Estados se avance, más tarde o más temprano, en algún acuerdo intermedio. España puede decir ahora que se reanudó el diálogo y es un enigma si se correrá o no de su papel de pacificador, que cuando las cosas salen bien, le suma prestigio político. La Casa Rosada aspira a que el Estado español se mantenga en su función facilitadora.

El primer round

La noticia de la visita a la Zarzuela se conoció después del encuentro inicial, que duró 50 minutos. Allí los referentes políticos de ambas delegaciones se sentaron del mismo lado de la mesa, de frente a Moratinos y Yáñez Barnuevo. Hablaron en el Salón Azul, en el primer piso, desde donde podían ver de refilón, por una calle diagonal, la famosa Plaza Mayor. El canciller español les agradeció que hubieran aceptado la invitación. Gargano contó a un grupo de periodistas que les pidió que “trabajen con franqueza y buena fe”. Según fuentes que asistieron al convite, Yáñez no habló. Los cuatro funcionarios sí lo hicieron.

Los argentinos dieron sus gracias, en este caso a España por ayudar a lograr la relocalización de la pastera Ence. Los uruguayos mostraron malestar por expresiones del presidente de Botnia, que dijo que el gobierno de Tabaré Vázquez nunca le pidió que pararan las obras, algo que se esperaba tras la tregua pactada entre ambos países en marzo del año pasado (que finalmente naufragó). Gargano pidió aclarar que el pedido sí había sido formulado. Nadie mencionó los cortes de ruta ni el reclamo de relocalización.

De este contacto inicial surgió una suerte de pacto para que ninguno de los dos países en pugna ponga condiciones a lo que se planteó como un “diálogo abierto”, relataron fuentes de la delegación argentina.

Insistieron también en que hasta ahora lo que hubo fue “un primer round de reconocimiento” que se “debe tomar con prudencia”. Toda la fuerte discreción y gran hermetismo que hubo desde un principio respondía más bien a un gesto hacia los españoles. Incluso Moratinos ayer mismo previno a primera hora: “No hay que esperar grandes noticias de esta reunión”. Más allá de todos los comentarios oficiales, queda claro que con esta refundación dialoguista, también se inicia en los hechos una negociación.

“No nos peleamos para nada”, bromeó Gargano, cuando llegó de vuelta al hall del hotel ubicado en Puerta de Hierro donde todos se hospedan, hasta el propio el Yáñez Barnuevo, que minutos después lanzó una breve conclusión mientras subía al ascensor. “Hemos empezado con mucho ánimo”, dijo. “Hubo buen ambiente”, pintó también Gargano. A su lado, el secretario de la presidencia Gonzalo Fernández, acotó: “Bueno, recién empezamos”. El Fernández uruguayo y el Fernández argentino se conocen bien porque estudiaron juntos. Antes de salir hacia el Palacio de Santa Cruz, se abrazaron en el pasillo del hotel.

Según los pronósticos de altos funcionarios argentinos, “lo mejor que puede salir de esta ronda en Madrid es un plan de reuniones para desentrañar los problemas que nos separan”. Hay quienes, en la misma delegación, creen que el puntapié clave para desatar el nudo lo terminará dando Botnia y/o el gobierno de Finlandia. De hecho, ya circulan versiones de que el Estado finlandés buscaría propiciar un compromiso para que se limite claramente la producción de pasta de celulosa de la planta de Fray Bentos al volumen que la compañía estableció originalmente: un millón de toneladas al año. Tampoco se descarta un monitoreo compartido de la producción con reglas firmes preestablecidas.

Mientras transcurría la reunión de “altos mandos”, en una sala contigua esperaban, mezclados entre risas nerviosas, los demás representantes de ambas orillas: estaban todos invitados a la cena que después ofrecería Moratinos en el mismo ministerio. Cerca de las nueve de la noche, todos fueron convocados al banquete. Para dar la bienvenida, el canciller levantó la copa y propuso un brindis para que “dos países hermanos vuelvan a encontrarse”. Y todos hicieron chin chin.

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De un lado, los españoles Moratinos y Yáñez Barnuevo; del otro, los argentinos Taiana y Fernández y el uruguayo Gargano.
Imagen: AFP
 
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