EL PAíS › BUSCAN DESPLAZAR AL CAMIONERO DE LA CONDUCCION DE LA CGT

Los antimoyanistas juntan fuerza

Un grupo de dirigentes sindicales quiere que el secretario general de la central sea desplazado antes de las elecciones de 2008.

 Por Diego Schurman

Un grupo de sindicalistas se reunió ayer con el objetivo de desplazar a Hugo Moyano de la conducción de la CGT. A las previsibles presencias de los denominados “gordos” y “barrionuevistas”, quienes ya se apartaron del consejo directivo cegetista, se sumaron otros dirigentes que son parte de la cúpula, pero que cuestionan abiertamente el “personalismo” del camionero.

El encuentro con falsas pretensiones de furtivo se celebró al mediodía en la sede de la Unión Obrera de la Construcción, sobre la avenida Belgrano. Almorzaron allí Luis Barrionuevo (gastronómicos), Roberto Fernández (UTA), Armando Cavalieri (mercantiles) Carlos West Ocampo (sanidad), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UPCN).

El mensaje que hicieron saber los protagonistas no fue el de ruptura sino el de unidad, claro que ésta no contempla para Moyano la secretaría general de la CGT. En ese sentido, lo que emerge del conciliábulo, más allá de la diplomacia de las palabras, es el ferviente deseo de vaciar de poder al camionero para que otro sindicalista tome su lugar sin esperar las elecciones, estatutariamente previstas para junio de 2008.

El frente antimoyanista se preocupó en desligar la movida de la campaña de Cristina Kirchner, al encolumnarse explícitamente, como ya lo hizo el camionero, detrás de la candidatura de la primera dama. De hecho, por poner un ejemplo, entre los aspirantes a diputados del kirchnerista Frente para la Victoria bonaerense aparece Graciela Camaño, esposa de Barrionuevo.

De todos modos, la voluntad de quienes se encontraron para hablar pestes de Moyano es enviar un mensaje sin dobleces hacia la Casa Rosada: que a la hora del acuerdo social tan promocionado por Cristina Kirchner se los incorpore a la mesa de diálogo, de la que también participarán los empresarios. Este reclamo, obviamente imaginado ante una primera dama triunfante en los comicios de octubre, revela la principal queja del sector sindical reunido ayer: que Moyano no abre el juego y gobierna para sí mismo.

Individualmente, aquellos enemigos acérrimos al camionero han encontrado la manera de hacer saber su flamante prédica kirchnerista. Uno de ellos es Cavalieri, quien no ha ahorrado en palabras y gestos, como aquella presencia en el Council of Americas en el Hotel Alvear, que tuvo a Cristina como principal oradora. Cavalieri tiene una vieja disputa con Moyano por el encuadramiento gremial de los trabajadores del sector de distribución de los supermercados.

Los “gordos” hace rato que no participan de la conducción de la CGT y Barrionuevo anunció su distanciamiento en las últimas semanas. Pero ayer ambos sectores lograron sumar a Fernández, pero sobre todo a Martínez y a Rodríguez, miembros de la cúpula y quienes durante largo tiempo se mostraron como equilibristas en la interna gremial.

Martínez y Fernández no son figuras menores en el mapa político-sindical. El titular de la Uocra es el dirigente que en más de una oportunidad arrió cascos amarillos a la Plaza de Mayo para vivar a Néstor Kirchner. El secretario general de los estatales de UPCN trabaja codo a codo con el jefe de Gabinete de la Nación, Alberto Fernández, ya que ambos comparten la aventura de integrar el peronismo porteño.

Aunque se cuidaron de las fotos, sin dudas el almuerzo de ayer buscó transformarse en una demostración de fuerza para condicionar el poder de Moyano. Esa intención quedó demostrada cuando finalmente informaron que los allí presentes ostentaban la representación del 50 por ciento de los congresales, algo incomprobable teniendo en cuenta el dibujo de los padrones gremiales. De todos modos, la finalidad es unívoca: transmitir que la CGT de Moyano carece de legitimidad.

“El actual secretario general de la CGT presenta las mismas limitaciones que él le achacaba a su antecesor, Rodolfo Daer, en tiempos de la Alianza. Es decir: no tenía autoridad para convocar al consejo directivo porque nadie le daba bolilla. Ahora pasa lo mismo”, metió púa uno de los partícipes de la comilona.

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Hugo Moyano, secretario general de la CGT, está perdiendo aliados.
Imagen: DyN
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