EL PAíS › DUDAS SOBRE UNA EMPRESA QUE GANó MILLONES Y DECRETó LA CESACIóN DE PAGOS

La hipótesis del autoatentado

Como el default de TGN es imposible de explicar por el contexto económico, las sospechas se concentraron en el manejo empresario. Ayer trascendió que plata había. Ahora lo que resta definir es por qué dejó de pagar.

 Por Fernando Krakowiak

El reciente default de Transportadora Gas del Norte podría llevar a pensar que la empresa tuvo que soportar pérdidas millonarias en los últimos años hasta que la situación se hizo insostenible. Sin embargo, los balances indican otra cosa. En 2007 tuvo su mejor desempeño desde la devaluación, al declarar una utilidad operativa de 203,6 millones de pesos, llegando a acumular un beneficio de 980,6 millones en seis años por ese mismo concepto. De hecho, el 14 de diciembre de 2007 el Directorio de la firma aprobó la distribución de un dividendo en efectivo de 25,7 millones de pesos y constituyó una reserva voluntaria para futuros pagos a sus accionistas por otros 56,6 millones. En los primeros nueve meses del año pasado, hasta donde se informa en su último balance trimestral presentado en la Bolsa de Comercio, la situación siguió siendo muy buena. La ganancia operativa fue de 133,7 millones e incluso el resultado neto del período, una vez descontados los impuestos y la pérdida financiera, arrojó un beneficio de 31,3 millones de pesos, superior a los 24,2 millones logrados en el mismo período de 2007.

Al desmenuzar un poco la información de esos nueve meses de 2008 se observa que los mejores resultados se obtuvieron a nivel financiero por el impacto del tipo de cambio en los pasivos, ya que la ganancia operativa de 133,7 millones fue 19,3 por ciento menor a la de igual lapso del año anterior. Sin embargo, incluso cuando se analizan esas ganancias operativas se puede destacar que las ventas netas por el servicio de transporte de gas aportaron 382,7 millones de pesos, 4 por ciento más que en igual período de 2007, pero la empresa previsionó 40,2 millones de pesos para créditos en conflicto (el año anterior sólo había realizado una previsión por 13,6 millones) y entonces el ingreso neto por ventas se redujo a 342,5 millones, 3,4 por ciento menos que en igual lapso de 2007.

Al analizar los costos de explotación se observa que los gastos de operación y mantenimiento subieron apenas 7 por ciento (93,5 a 100,1 millones de pesos). Sin embargo, la utilidad no fue mayor porque la empresa incrementó un 38,3 por ciento sus gastos de administración y comercialización (29,2 a 42,4 por millones). Ahora bien, de esos 13,2 millones de incremento, 12,2 millones correspondieron al rubro juicios, pues el costo de personal representó un incremento de apenas 2,5 millones de pesos (la suba de ambos item supera los 13,2 millones porque en algunos otros costos se registraron leves bajas con respecto a 2007).

Esos datos positivos se suman a los registrados en los seis años anteriores durante los cuales la recuperación económica le permitió a TGN incluso acordar con sus acreedores una reestructuración voluntaria de su deuda financiera en septiembre de 2006. El acuerdo consistió entonces en la cancelación de la reestructuración mediante un pago en efectivo de 52,4 millones de dólares, la entrega de 87,9 millones de nuevas acciones clase C representativas del 20 por ciento del capital de la sociedad, a emitir por capitalización de 68 millones de dólares de deuda financiera, y la entrega de obligaciones negociables simples no convertibles serie A por 250 millones de dólares amortizables hasta el año 2012 y nuevas obligaciones no convertibles serie B por 203,6 millones con vencimiento el mismo año. “Concluye de esta manera una etapa crítica de la vida de la sociedad”, destacó la firma en su balance del año 2006. A partir de entonces, como se detalló más arriba, a la empresa le fue mejor.

Sin embargo, el 23 de diciembre TGN anunció un nuevo default al postergar el pago de las cuotas de capital e intereses correspondientes a sus obligaciones negociables y argumentó que lo hizo por un incremento en sus costos y una merma en los ingresos que vinculó con la imposibilidad de aumentar las tarifas.

Todavía no están disponibles los datos del último trimestre de 2008, pero la empresa debería haber sufrido una catástrofe en esos meses para que todos los indicadores detallados más arriba se hayan derrumbado de manera abrupta. Es difícil creer que haya ocurrido eso en un país que, si bien sufrió el impacto de la crisis internacional, está lejos de la debacle económica. Como el default de TGN es imposible de explicar por el contexto, las sospechas se concentraron en el manejo empresario y fue eso lo que motivó al gobierno a impulsar la intervención. De la presentación judicial realizada por Enargas en base al informe del interventor surge que la compañía tenía dinero para afrontar sus vencimientos de deuda. Por lo tanto, lo que queda por determinar ahora es cual fue el motivo que llevó a TGN a atentar contra sí misma.

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El 23 de diciembre, TGN anunció un nuevo default luego de haber renegociado su deuda en septiembre de 2006.
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