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Veinteañeras

Penguins. Los kirchneristas destacaban que el equipo local de ho-ckey sobre hielo, ganador este año de la Stanley Cup, son los “Pingüinos”, que juegan de locales en el estadio Mellon Arena, ubicado en el centro de la ciudad y donde funcionó la oficina en donde se confeccionaron las acreditaciones para la cumbre. En los alrededores están los gigantescos estadios de los otros orgullos de la ciudad: el equipo de béisbol, los “Piratas”, y el de fútbol americano, los “Steelers”, que llevan los colores negro y amarillo, los de la bandera local.

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Sindicatos. Los diputados de origen sindical de la delegación, como José María Díaz Bancalari y Ariel Basteiro, habían sido invitados el jueves a participar de la reunión que Cristina Kirchner mantuvo con la Central Sindical Internacional, pero a último momento les dijeron que mejor no. Es que esperaban una importante delegación para la reunión y finalmente sólo vinieron su secretario general Guy Ryders y el americano Stanley Gacek. Si a la Presidenta y a los ministros les sumaban algunos diputados, la desproporción entre las dos delegaciones sería demasiado grande. Los legisladores, junto a los gobernadores Jorge Capitanich y Gildo Insfrán, optaron entonces –muy de sport– por salir a dar una vuelta para conocer el centro de Pittsburgh. Mirando por televisión los incidentes que ocurrían en los alrededores, Basteiro recordaba anteriores cumbres internacionales en las que había formado parte de las protestas antiglobalización. “Antes estaba de ese lado, ahora estoy de éste”, reflexionaba.

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Mao. El embajador en Washington, Héctor Timerman, actuó como “sherpa” –acompañante– de la presidenta Cristina Kirchner en esta cumbre. En ese papel le tocó participar en los encuentros previos en los que se discutió el documento final. En la última reunión, contó, la cuestión se puso dura cuando China pidió que se explicite que los países desarrollados se harían cargo del costo del cambio energético por el cambio climático en los países menos desarrollados. “No se puede permitir que naciones pobres de Africa y América latina paguen lo que han hecho las naciones desarrolladas”, sostuvo el “sherpa” chino. Timerman intervino luego para sostener que sentía “orgullo” por la postura china y que Argentina vetaría cualquier párrafo que dijera que ese costo debía caer en espaldas de los emergentes. Luego, fue a agradecerle al representante chino. “Volvió el eje Mao-Perón”, bromeaba después Timerman.

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