EL PAíS › UNA ECONOMISTA IDENTIFICADA CON EL MODELO ECONóMICO ACTUAL

Una heterodoxa al BCRA

La hasta ayer titular del Banco Nación fue una de las principales opositoras a Redrado dentro de las filas oficiales. Siempre respaldó la intervención del Estado en la economía y su nombramiento muestra la intención de modificar, aunque sea en parte, el sistema financiero.

 Por Fernando Krakowiak

A diferencia de lo ocurrido cuando fueron designados Alfonso Prat Gay y Martín Redrado, esta vez el kirchnerismo no buscó seducir a los mercados. El nombramiento al frente del Banco Central de Mercedes Marcó del Pont, una economista heterodoxa identificada con el modelo económico actual y defensora de la intervención estatal, expresa la voluntad de modificar el sistema financiero que se consolidó con la convertibilidad y rompe al mismo tiempo con la concepción ortodoxa, según la cual la política monetaria debe estar a cargo de funcionarios legitimados en un supuesto saber técnico desideologizado. La decisión oficial de marcar un punto de quiebre en la entidad dejó sin chances a Mario Blejer, uno de los niños mimados del establishment financiero, que había sido propuesto por el ministro de Economía, Amado Boudou. Marcó del Pont completará el mandato de Redrado hasta el 23 de septiembre y Miguel Pesce, quien había asumido provisoriamente la conducción del banco en los últimos días, seguirá como vicepresidente hasta esa misma fecha.

Marcó del Pont, hasta ayer titular del Banco Nación, fue una de las más férreas opositoras que tuvo Redrado dentro del Gobierno. Lo acusaba de no aprovechar la flexibilidad que brinda un programa monetario con piso y techo de emisión y hacer un manejo restrictivo de la tasa de interés, lo que dificultaba la expansión del crédito y conspiraba contra el nivel de actividad. De hecho, a comienzos de 2007, cuando era diputada del Frente para la Victoria, presentó un proyecto parlamentario para modificar el artículo 3 de la Carta Orgánica del Banco Central donde se establece que la misión primaria de la entidad es preservar el valor de la moneda. Allí proponía que ese objetivo se complementara con políticas orientadas a sostener el nivel de actividad y de empleo de modo coordinado con el Poder Ejecutivo para forzar a Redrado a promover una expansión del crédito a la producción. En aquel entonces, el Golden Boy resistió el cambio argumentando que generaría incertidumbre en los mercados a escasos meses de las elecciones presidenciales y logró el aval de Néstor Kirchner.

Pese a ello, Marcó del Pont no se resignó y continuó insistiendo sobre el tema cada vez que tuvo oportunidad. “Al mirar que el crédito representa el 11 por ciento del PBI, una cifra bajísima, no sólo en relación con los niveles históricos de nuestro país sino también respecto de los países de la región, lo que se advierte es que hay una asignatura pendiente en materia de recrear el sistema financiero para que esté al servicio de los objetivos del desarrollo económico”, aseguró a Página/12 el pasado 29 de noviembre.

También cuestionaba a Redrado por no aprovechar las posibilidades que le brindaba la Carta Orgánica. En 2005 respaldó la propuesta de la entonces ministra de Economía, Felisa Miceli, para que el Banco Central aplicara un menor encaje sobre los depósitos afectados a préstamos a pymes o a economías regionales para abaratar la tasa de interés en esos casos, pero la iniciativa se frustró por la negativa de Redrado, quien dejó el encaje atado al tipo de depósito sin importar el destino que se le asignara al dinero. Cuando ya estaba al frente del Banco Nación avanzó con una iniciativa similar ofreciendo una tasa diferencial para los productores y empresas del Norte Grande.

Marcó del Pont también se diferencia de la concepción ortodoxa que atribuye la inflación sólo a la emisión monetaria. “Hay que evaluar qué está pasando y quién se queda con la gran parte del excedente a lo largo de las cadenas. Por ejemplo, el oligopolio de la comercialización final. Me parece que eso hay que tenerlo presente en toda política de regulación interna de precios”, aseguró a este diario en marzo de 2008 cuando se le preguntó cuáles eran las razones que habían llevado a un aumento de la inflación.

Antes había apoyado la decisión oficial de pagarle al Fondo Monetario Internacional con reservas. “Creo que es una decisión estratégica muy importante, que sincera una política que ya venía verificándose de terminar la relación con un organismo que condicionaba la forma de hacer política económica. Además, el pago da mucho oxígeno para discutir otra asignación de los recursos que en los últimos años fueron al desendeudamiento”, aseguró en diciembre de 2005.

A diferencia de otros funcionarios que adhirieron a los postulados heterodoxos recién cuando se sumaron a la gestión kirchnerista, Marcó del Pont siempre se mostró partidaria de la intervención del Estado en la economía. Desde joven, militó en el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), partido fundado en 1964 por Arturo Frondizi y su tío Rogelio Frigerio, de quien heredó su inclinación al desarrollismo. En 1982 se graduó en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y se incorporó a la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), que había sido creada por Frigerio y que entonces era dirigida por Héctor Valle. Cuando el MID apoyó en 1989 al gobierno de Carlos Menem, Marcó del Pont ingresó como asesora de temas productivos de la Secretaría de Planificación de la Presidencia, pero se fue en 1991 tras la llegada de Domingo Cavallo al Ministerio de Economía. Luego formó parte de la mesa de coyuntura de la Central de los Trabajadores Argentinos y a partir de 2001 integró el Plan Fénix, grupo de destacados economistas heterodoxos de la Universidad de Buenos Aires. También formó parte del gobierno de Eduardo Duhalde acompañando a Héctor Valle, cuando éste se desempeñó como jefe de Gabinete del Ministerio de la Producción que comandaba José Ignacio De Mendiguren. Luego se sumó al kirchnerismo y en las elecciones legislativas de 2005 fue electa diputada por Capital Federal. En enero de 2008 fue designada titular del Banco Nación y a partir de hoy se convertirá en la primera mujer en la historia en ser presidenta del Banco Central, nombramiento que deberá ser ratificado por el Senado.

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