EL PAíS › EL ENTRAMADO SOCIAL EN EL INDOAMERICANO

La villa, la toma

 Por Carlos Rodríguez

“El problema más grave que tenemos es la existencia de patotas que salen a matar gente, alentados de alguna manera por el discurso del (Silvio) Berlusconi que tenemos al frente de la ciudad de Buenos Aires.” Antes de que se produjeran los gravísimos incidentes de anoche, Gustavo Funes, de la Corriente Clasista y Combativa de la Capital Federal, le advirtió a Página/12 acerca de la principal dificultad que había para avanzar hacia una negociación que en la tarde de ayer parecía orientada hacia la búsqueda de una salida pacífica al conflicto por las tierras en Villa Soldati. Según Funes, en la toma propiamente dicha, “no hay grandes problemas ni enfrentamientos, a pesar de que hay gente que tiene vinculación con las distintas organizaciones que militan en la Villa 20, aunque predomina la gente no alineada, que está allí tomando un terreno porque tiene una necesidad habitacional legítima”.

Tanto Funes como Itai Hagman, de La Mella-Juventud Rebelde, y Federico Orchani, del Frente Darío Santillán, pusieron el eje del problema en la falta de respuesta del gobierno porteño al déficit habitacional de la ciudad.

Funes explicó que el predio del Parque Indoamericano, en forma contraria a lo que dijeron los funcionarios del gobierno porteño y los “vecinos autoconvocados”, no es “un lugar que pueda ser destinado al disfrute del pueblo, porque en realidad está abandonado desde hace muchos años y hoy es usado como depósito de escombros y de basura. Si esto se urbaniza y se construyen viviendas, entonces sí podría convertirse en un lugar que se puede aprovechar”.

La mayoría de los que ocupan los terrenos –hay paraguayos y bolivianos, pero también muchos argentinos del interior del país– son personas que viven hacinadas en habitaciones o casas pequeñas donde conviven dos, tres y hasta cuatro grupos familiares. Esos lugares son alquilados por otras personas que viven en la Villa 20 y que cobran por ellas, en forma mensual, entre 400 y 700 pesos. “Los que están ocupando las tierras son personas del pueblo que, cuando toman una decisión como ésta, no retroceden. El ex intendente (Jorge) ‘Topadora’ Domínguez los quiso echar en su momento de las villas y no pudo. No creo que (Mauricio) Macri lo pueda conseguir. Además, si esto se prolonga en el tiempo, van a comenzar a construir sus casitas y se van a quedar. Por eso es necesario más que nunca que se busque una salida política consensuada”, sentenció Funes.

En la 20, al igual que en otras villas capitalinas, desde hace años no se realizan elecciones de delegados. Por esa razón, el problema se potencia en medio de las internas políticas. Uno de los dirigentes históricos de la 20 es Marcelo Chancalay, muy cuestionado por los vecinos y por otros dirigentes. Se lo acusa de haber armado una estructura “casi mafiosa”. Aunque estuvo en su momento con varios ex intendentes del Partido Justicialista y hasta con Aníbal Ibarra, hace un tiempo sorprendió cuando anunció que estaba trabajando para el macrismo. Entre otros hechos, se le atribuye haber amenazado de muerte al dirigente Diosnel Pérez, quien hoy integra la Junta Electoral para los comicios que se harán en febrero.

En las horas previas a los incidentes de anoche, grupitos identificados con Chancalay estuvieron hostigando a las familias que ocupaban los predios del Parque Indoamericano. Otro de los temas centrales que marcan los dirigentes del barrio es que mientras a los pobres se les niegan las tierras, se está montando un gran “negocio inmobiliario” en el llamado Polo Farmacéutico, que se está construyendo pegado al parque, cerca de las vías del Ferrocarril Belgrano Sur. Los dirigentes opinaron que el “caldo de cultivo” ha sido la situación habitacional, alentada por el “discurso xenófobo de Macri”, remarcó Itai Hagman.

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