“Con toda claridad, hay un gran reconocimiento al trabajo que venimos haciendo junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, dijo el gobernador Daniel Scioli anunciando su victoria en territorio bonaerense y haciendo estallar a los invitados que lo escuchaban debajo del escenario. Las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias que hicieron su debut ayer le dieron un holgado triunfo a Scioli sobre los candidatos opositores, que en los datos de las mesas testigo que manejaban los funcionarios bonaerenses les dejaba una diferencia de veinte puntos o más –46,18 por ciento sobre 17,18 sobre De Narváez y CFK arriba del 50 por ciento–. Se impuso además con facilidad al intendente de José C. Paz, Mario Ishii, quien se había presentado para pelear la candidatura en la interna.

“El más joven de los experimentados y el más experimentado de los jóvenes”, anunció el locutor en el Salón de Usos Múltiples de la residencia oficial del gobernador, en el centro de La Plata, mientras proyectaban un video donde se veía a Scioli piloteando la lancha Gran Argentina, con la que ganó el título mundial de offshore en los años ’90, como metáfora de lo que vendrá. “Gracias a Néstor Kirchner, que en su momento depositó su confianza en mí y yo me comprometí con lealtad a ser vicepresidente de la Nación”, continuó Scioli generando los aplausos de la tribuna. En el escenario lo acompañaba su esposa, Karina Rabolini, y el candidato a vicegobernador Gabriel Mariotto. Después ingresó el gabinete en pleno, como el ministro de Educación, Mario Oporto, y el de Gobierno, Eduardo Camaño, entre otros, y algunos candidatos a legislador, además de intendentes como el de Florencio Varela. Julio Pereyra. A esa altura del día, el gobernador ya se había comunicado telefónicamente con la Presidenta para pasarle los números extraoficiales y confirmar su ratificación como candidato.

A partir de las 16, la espera de los resultados oficiales fue matizada con café y masas finas. Mientras, se paseaban algunos de los funcionarios entre los invitados y un pequeño grupo de militantes de los Peronistas sin Fronteras que formaban parte de la primera avanzada sobre el bunker oficial. A las 17, los funcionarios sciolistas ya comenzaban a hacer circular algunos números. “El gobernador está arriba del 43 por ciento, con una diferencia de 20 sobre el segundo (Francisco de Narváez) y la Presidenta supera el 50”, afirmó un asiduo habitante de los pasillos de la gobernación bonaerense. Despreocupados por la performance de Ishii, que se presentó para pelear la candidatura que finalmente se quedó Scioli –“sólo va a juntar los votos de su municipio”, confió la fuente sciolista– el ojo estaba puesto más en la distancia que los separara del opositor que quedara segundo. Aunque Oporto le otorgó un poco más de importancia a Ishii porque “parece que puede llegar al cuatro o cinco por ciento”, opinó y aclaró que “en la provincia de Buenos Aires es mucha gente”.

Cerca de las 20 ingresó una murga con banda de vientos que calentó el clima perezoso que se había instalado en el bunker del oficialismo bonaerense. Los bombos y las trompetas hicieron sonar “Matador”, de Los Fabulosos Cadillacs, y la gente empezó a mover el esqueleto, mientras ingresaba un pequeño grupo de la Juventud Sindical que se acercó para apoyar a su líder y candidato a diputado, Facundo Moyano. El color naranja empalagaba los ojos en el bunker: las lámparas, las remeras, gorritas, bufandas, galeras y en las pantallas abundaba el color que el gobernador eligió para identificar a su gobernación. Sobre la entrada de público se podía ver una gigantografía en la que estaba Scioli en el centro y a los costados el ex presidente Néstor Kirchner a la izquierda y otra con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la derecha. Luego uno de cada lado, el fundador del justicialismo, Juan Domingo Perón, y Eva Perón, y sobre el final de la imagen el gobernador junto a sus vice: de un lado con Alberto Balestrini y del otro con Mariotto. Extrañamente, antes había pasado una versión juvenil –casi adolescente– del Coro Kennedy que cantó el famoso tema de la película Mary Poppins “Supercalifragilisticoespiralidoso”, que desacomodó a más de uno.

“De ahora en más hay que trabajar con mucha humildad, sensibilidad y seguir argumentando; hay que salir a discutir con los ciudadanos que todavía no están convencidos de que este es un proyecto para todos”, aseguró el candidato a vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto. Una vez que la tendencia ya era un secreto a voces, a pesar de que nadie anticipó cifras de forma oficial antes de las 21, el ambiente entre los políticos peronistas se aflojó notablemente. Las noticias llegaban por mensaje de texto a los funcionarios que se encontraban en la sede de la gobernación bonaerense. A la vez que los intendentes informaban que habían hecho “una gran elección” –como hizo Fernando Espinosa, del populoso partido de La Matanza, bien temprano, cuando le informó al gobernador que estaban en “número históricos”–.

“Es una excelente primaria, con niveles de votación muy altos, que aparentemente llegan al 70 por ciento”, aseguró a Página/12 Oporto, también candidato a diputado nacional, rodeado en el salón por el slogan de la campaña, “Yo creo”, que acompañó el tema que entonó el amigo personal de Scioli, Ricardo Montaner. La intriga por saber cuántos votantes tendría las primeras PASO se mantuvo algunas horas, hasta que llegaron las primeras informaciones con estimativos muy generosos, lo que generó un alivio en casi todo el arco kirchnerista y sus aliados.

Para el final, la marcha peronista empezó cantada a capella, para luego ser acompañada por la versión oficial de Hugo Del Carril. Los papelitos naranjas comenzaron a volar por el aire y en las pantallas donde se leía “Yo creo en vos”, apareció la leyenda “Gracias por creer”. Scioli se retiró con una comitiva camino al bunker del Frente para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires, donde los esperaba la Presidenta.