EL PAíS › MANSSUR ARBABSIAR, JACK O SCARFACE

Los antecedentes de un detenido

 Por Raúl Kollmann

La polémica entre los gobiernos de Estados Unidos e Irán se está trasladando a los hechos en sí mismos. Los funcionarios iraníes señalaron ayer que el detenido Manssur Arbabsiar, que nació en Irán pero tiene pasaporte tanto iraní como norteamericano, vive hace 30 años en Estados Unidos y tiene antecedentes penales. Respecto del hombre que supuestamente le envió dinero desde Irán y sería el jefe de la operación, Gholam Shakuri, los voceros de Teherán afirman que no han podido identificarlo hasta el momento porque las autoridades norteamericanas no han dado ningún dato concreto sobre él. “El apellido Shakuri es como Pérez o González en lengua castellana. Y la versión de que envió 100.000 dólares es directamente descabellada. Desde Irán no se puede mandar ni un solo dólar por vía bancaria, ni a Estados Unidos ni a México”, argumentan los iraníes.

El diario New York Post contó ayer que Arbabsiar es un vendedor de autos usados al que llaman Jack, sólo para simplificar, y también Scarface, porque tenía una cicatriz producto de una pelea con una mujer en los años ’80. Ya por entonces vivía en Texas e incluso cursó la universidad allí. El diario confirmó el dato que propagandizaban los iraníes ayer: Arbabsiar estuvo preso en 2001, pero no fue por robo sino por estafa. Según parece, finalmente fue absuelto. Luego fue detenido un par de veces más por usar un registro de conducir adulterado o falso. Quienes lo conocen afirman que no era religioso ni pro-iraní: “Si hizo algo, fue por dinero”, sostiene un amigo. De acuerdo con los testimonios, fracasó en los negocios y el año pasado, cuando tenía 55, se fue a vivir a Irán. Sin embargo, volvía frecuentemente a Texas, donde había formado pareja con una mujer que tiene tres hijos. The Washington Post relató ayer que los investigadores no creían de entrada que Manssur fuera realmente parte de un plan iraní. “Todo era desorganizado y curiosamente descarado. No tenía el estilo de Irán. Lo que nos convenció fueron los giros, a través de transferencias bancarias, de los 100.000 dólares.” Esta es, justamente, la evidencia que Irán rechaza en forma terminante. “Por el bloqueo, no existe la posibilidad de hacer ningún giro desde Irán en dólares. Esa es una mentira”, sostienen los iraníes.

Según los investigadores norteamericanos, Arbabsiar, por vivir en Texas, tenía negocios al otro lado de la frontera, en México, y eso lo llevó a contactar con supuestos integrantes de los Zetas. El problema es que no contactó con un narco, sino con un agente de la DEA y éste afirma que el iraní trató de comprarle, llave en mano, el asesinato del embajador saudita en Washington. Los iraníes, en cambio, suponen que el hombre de la DEA fue la punta de lanza de una operación en su contra.

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