EL PAíS › SE PODRáN INSCRIBIR LAS MUJERES DE 60 AñOS Y LOS HOMBRES DE 65

Las claves de la moratoria

El proyecto de ley que llegará al Congreso en los próximos días permitirá completar aportes hasta el 31 de diciembre de 2003, con quita de la deuda con la Anses y un plan de 60 cuotas. Con esos beneficios, el 99 por ciento de los argentinos accederá a la jubilación.

 Por Tomás Lukin

Cuando entre en vigencia la nueva moratoria, 99 de cada 100 personas en edad de jubilarse accederá a ese derecho. La iniciativa, que será enviada al Congreso en los próximos días, pretende universalizar la cobertura previsional. El objetivo es incorporar aproximadamente a 474 mil individuos que reúnen la edad exigida por ley para cobrar una prestación pero continúan excluidos por no contar con los 30 años de aportes necesarios. Los beneficiarios de la medida serán, en su mayoría, adultos mayores –sobre todo mujeres– que se encuentran entre el 30 por ciento de los hogares más vulnerables.

Como consecuencia de más de tres décadas de incremento sistemático del desempleo y la precarización laboral, junto con la privatización del sistema de la seguridad social, 4 de cada 10 abuelos quedaron excluidos en los ‘90 del derecho a la jubilación. El Plan de Inclusión Previsional puesto en marcha en 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner, permitió incorporar 2,8 millones de adultos mayores al sistema. La cobertura previsional trepó de 66,1 hasta el 93,8 por ciento actual, el nivel más elevado de toda América latina. El instrumento redundó en una sensible mejora distributiva entre los adultos mayores y se convirtió en una política de igualdad de género, ya que el 73 por ciento de las jubilaciones otorgadas gracias a aquella moratoria fueron para mujeres.

Ese plan estableció 1993 como fecha límite para regularizar la deuda previsional. Si alguien debía 10 años de aportes entre 1990 y 2000, por los primeros tres podía acogerse a la moratoria pagando con una importante quita y en cuotas que se descontaban de su jubilación, mientras que la deuda correspondiente a los siete años siguientes, precisamente la época del auge neoliberal, debía ser abonada íntegra y en efectivo. La segunda etapa del Plan de Inclusión, que arranca ahora, ampliará la fecha límite para regularizar aportes hasta el 31 de diciembre de 2003 para incorporar a 474 mil personas.

- Quiénes podrán acceder: Cualquier persona que, teniendo la edad exigida por ley –60 años las mujeres y 65 los hombres–, le falten años de aportes para llegar a los 30 necesarios. La moratoria de 2005 no permitía que los pensionados –por ejemplo, una viuda que cobraba la jubilación de su difunto marido–, accedieran al beneficio. Ahora será posible tramitar su propia jubilación además de la pensión, aunque ésta no deberá superar el monto del haber mínimo (2757 pesos). Otra diferencia con el primer plan de inclusión será que, en esta oportunidad, sólo podrán participar quienes cumplan con los requisitos mínimos de edad.

- Cómo se regularizarán las deudas: Se pagará en planes de 60 cuotas, con una quita inicial cercana al 50 por ciento. En promedio, los potenciales beneficiarios tienen registrados entre 8 y 10 años de aportes, por lo que deberán saldar entre 22 y 20 años. El monto de las cuotas no podrá exceder el 30 por ciento del haber jubilatorio que pasará a cobrar quien se anote en la moratoria. Por otra parte, las cuotas se actualizarán en función del índice de movilidad jubilatoria que se utiliza para determinar los aumentos de haberes de marzo y septiembre de cada año. La moratoria que permite computar aportes hasta 1993 seguirá vigente, pero los interesados deberán optar entre ése y el nuevo sistema.

- Un “círculo rojo” alternativo: El impacto de la moratoria de 2005 fue generalizado, pero los principales beneficiarios fueron los sectores de ingresos medios. Esas familias alcanzaron los niveles más altos de cobertura previsional. El nuevo plan apunta a incluir a aquellos adultos mayores pertenecientes al 30 por ciento más pobre. Durante su discurso, CFK mostró los cambios en la cobertura en los hogares de acuerdo a su nivel de ingreso. El gráfico estaba dividido en deciles (el primero representa al 10 por ciento más pobre y el último, al 10 por ciento más rico) y los primeros tres se encontraban comprendidos por un círculo rojo: “Sé que hay otros círculos rojos en Argentina, el nuestro es ése”, afirmó la mandataria en referencia a las declaraciones del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri. “Son los tres deciles más pobres. En 2003, tenía derecho jubilatorio un 23 por ciento de los hogares del primer decil. Con la moratoria lo llevamos al 51,6, pero todavía falta mucho”, advirtió.

- Direccionamiento: La Anses verificará cada caso para asegurarse que los beneficiarios de la moratoria no sean sectores pudientes que podrían completar aportes sin quita ni cuotas. Para eso consultará un conjunto de parámetros vinculados al nivel de ingresos y consumos con tarjeta de crédito de cada postulante, que serán definidos en la reglamentación de la ley.

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