EL PAíS › LAS VOCES DEL MUNDO CULTURAL

Palabras de alivio

- Roberto “Tito” Cossa (dramaturgo): “Este funcionario pasó los límites, sus apreciaciones sobre los desaparecidos fueron canallescas. No lo puede tolerar ningún argentino de bien, no puede ser funcionario de la cultura quien diga eso. Me alegro, porque fue el mundo cultural y de los DD.HH. el que lo despidió. Me alegra que el jefe de Gobierno haya sido sensible a esta presión. Más allá del momento que vivimos, de las cosas que no soportamos, esta noticia revela un grado de sensibilidad de un funcionario”.

- Vicente Battista (escritor): “Cuando habló sobre los desaparecidos, este señor –que tiene el apellido que se merece– estaba reflejando el sentir y las palabras de gente que lo rodea y no se atrevía a tanto. Se pasó de revoluciones. Lo hizo siempre: lo califiqué siempre de mediocre, ocupando un puesto que le quedaba grande. Debería haber renunciado diez minutos después de haber dicho esa barrabasada, que generó la respuesta de artistas e intelectuales. Es un personaje menor: no creo que vaya a pasar a la historia de ninguna manera, ni siquiera por las barbaridades que dijo”.

- Juano Villafañe (poeta y director artístico del C. C. de la Cooperación): “Lopérfido representó la forma más grotesca y descarnada del relato de un modelo neoliberal, expresión verbal y política de la restauración conservadora en la cultura. Agredió un sentimiento popular representado por los compañeros desaparecidos y fue descalificador del trabajo artístico, tratando de generar desconfianza en la sociedad sobre el lugar de los artistas. Existen relatos dominantes más inteligentes que luego hay que deconstruir para descubrir las formas coloniales que subyacen, pero Lopérfido fue primario, poco sutil y soberbio. A veces ciertos funcionarios con cierta pretensión intelectual terminan destruidos por el propio modelo que defienden”.

- Gustavo Garzón (actor): “Sus dichos fueron muy desafortunados, sobre todo cuando puso en duda la moral de sus familiares y la honra de Madres, Abuelas e Hijos. También, la memoria de un pueblo. Esta renuncia revela que el pueblo le dijo que con los desaparecidos no se jode. Son del pueblo, no de un sector. No llegó a entenderlo porque no los asume como propios. Y con los artistas tampoco se jode. Antes de faltar el respeto tiene que informarse”.

- Juan Palomino (actor): “Demoró bastante en renunciar. Ya al poner en duda la cantidad de desaparecidos se estaba transformando en un provocador. Lo último que dijo fue el golpe de gracia. Tengo la sensación de que era programado, para ver de qué manera reaccionaba la sociedad. En ese sentido, fue mascarón de proa de una forma de construcción del pensamiento y no pudo ser sostenido por mucho tiempo. Me apena que un funcionario que trabajó para un gobierno que dejó mucho que desear, el de la Alianza, haya tenido esa actitud frente a sucesos que marcaron nuestra historia. Por un lado con respecto a los DD.HH.; por otro, respecto a la política de Planificación de generar contenidos distintos. Se equivocó las dos veces. Si creía que había malversación de fondos, debería haber hecho las denuncias pertinentes. Su renuncia da la pauta de la importancia de la movilización, la participación social, más allá del partido al que uno pertenezca. No me alegra. Me parece un llamado de atención al gobierno de Cambiemos: el único cambio que se está produciendo es el del ministro que le faltó el respeto a la Memoria, la Verdad y la Justicia”.

- Norman Briski (actor, dramaturgo y director): “Me preocupa qué le sigue. Porque si no es como si estuviéramos contentos en un encierro. ¿Los candidatos que le siguen amansarán nuestra rebeldía? Al final, un sincero en su capacidad genocida es mejor que un homicida que no es sincero”.

- Liliana Herrero (cantante): “Lopérfido cometió errores muy graves. El primero fue poner en una fórmula cuantitativa el tema de los desaparecidos y que la cifra se había arreglado en una mesa chica. Históricamente los organismos de DD.HH. han demostrado otra cosa. Fue muy ofensivo, para quienes sufrimos la dictadura y para la lucha de los organismos, que se caracterizaron por la búsqueda de la verdad y la justicia sin agresión. Han pedido nada más y nada menos que un juicio justo. Continuó intentando una provocación con sus declaraciones sobre la ‘estafa’ de las productoras. Alguien que tiene ese dato debe acudir a la Justicia o a la famosa Oficina Anticorrupción, que me deja enormes dudas. Involucró a personas de un modo ofensivo: supone que son comprables. Los parámetros con los que se maneja, su lenguaje y estilo, se corresponden con el gobierno al que pertenece. Es para celebrar su renuncia. Y celebro a todos los que contribuimos –los actores, sobre todo, en estos días– a denunciar sus declaraciones”.

- Cristina Banegas (actriz y directora): “Fue muy importante lo que hicimos los que participamos del repudio. La presión fue fuerte y muy justa, porque no paraba de decir barbaridades, de desplegar su cinismo y su estupidez. No sólo fue la gente de la cultura, también se expresaron los ciudadanos: vi muchas personas que no eran colegas en la puerta del Colón. Dentro de este oscuro paisaje, en medio de tanta desolación, es una alegría”.

Producción: M. D. Y.

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