EL PAíS › COMPLEJA SITUACION DEL ACTUAL UNIVERSO LABORAL

Fragmentación del mercado

 Por Cledis Candelaresi

La vuelta a un dígito de desocupación tiene lugar en un mercado muy segmentado. Están los que pueden seleccionar entre empleos y con remuneraciones que ganaron a la inflación, y los excluidos por falta de calificación o con sueldos aún muy pauperizados. Esta fragmentación también se expresa en la existencia de dos clases de sobreocupados: los que asumen tareas de otras posiciones porque sus empleadores no encuentran con quien ocuparla y la de quienes peregrinan por varios trabajos para completar un ingreso digno.

Junto con la baja de la desocupación se fue consolidando esta división tajante en remuneraciones y posibilidades, que finalmente atenta contra una distribución más equitativa del ingreso. Lo que para el economista de la CTA Martín Hourest prueba la ineficacia de las políticas redistributivas intentadas desde el Gobierno, ya que “el Producto superó con creces el del mejor nivel de la convertibilidad, mientras que la situación de empleo recién está volviendo a la normalidad”.

En encuestas empresarias como la que realiza D’Alessio & Irol, el 40 por ciento de los empleadores denuncia no encontrar profesionales de rango intermedio, el 27 por ciento tampoco consigue gerentes de área y el 17 hasta acusa escasez de profesionales jóvenes. Los graduados están de parabienes: según relevamientos de esa misma consultora, sus remuneraciones crecieron muy por encima de las del resto.

El problema estaría entonces circunscripto a quienes tienen menor preparación (algo que no siempre implica un déficit en educación). En esta categoría se incluye a los obreros calificados o administrativos eficientes de otros tiempos, que fueron expulsados del mercado laboral por la crisis de la industria o el achique de planteles y hoy deberían enfrentarse a equipos de tecnología desconocida para ellos. O quienes ni siquiera tienen la posibilidad de formarse tal como la situación lo exige, algo poco sorprendente si se atiende que más del 40 por ciento de los secundarios desertan.

Son los que para el economista Miguel Bein integran el “núcleo duro” de la desocupación: un universo de alrededor de 500 mil personas que están indefectiblemente excluidas del mercado de trabajo.

Un dato auspicioso es que crece el empleo formal. Otro que las remuneraciones promedio del empleo en blanco privado están alrededor de 15 puntos por encima de la inflación, a partir de la crisis del 2001. Menos simpático es el dato de que los trabajadores en negro –que todavía representan cerca del 40 por ciento del universo de ocupados– están más desamparados a la hora de preservarse de la suba de precios.

Una prueba de esa desigualdad es que el sueldo promedio de los “formales” está en 1370 pesos contra 700 de los “informales”. Otro indicio del “empinamiento” de la pirámide salarial argentina que, a juicio del economista Leonardo Blejer, se parece más a la desigual anglosajona que a la más pareja de las remuneraciones nórdicas.

Miguel Zanabria, economista de Trabajo, elige una perspectiva más optimista al señalar que, gracias al boom de la construcción, también crecen las chances para los que no tienen ningún título: la mano de obra del sector subió un 4,4 por ciento en el último trimestre medido.

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