ESPECTáCULOS › TRES DIAS DE MUSICA Y BAILE EN EL TANTANAKUY

El espíritu de la Pacha Mama

El encuentro cultural organizado por Jaime Torres reunió, con los cerros de la Quebrada de Humahuaca como fondo, a las más diversas expresiones artísticas. Hubo copla, tango, milonga, zamba y chacarera.

 Por Karina Micheletto

Corren vientos de Carnaval en la Quebrada, y no hay quien quede afuera del tema que por estos días domina las conversaciones y marca los tiempos de los habitantes de Humahuaca. El sábado comienza el Carnaval, el “desentierro” para el que todos se están preparando desde hace tiempo, ultimando los detalles de las comparsas, cosiendo disfraces, organizando las cuadrillas de copleros. Quizá sea exagerado decir que aquí todos, grandes y chicos, tocan algún instrumento, pero por momentos así parece, o al menos habrá que anotar que éste es un lugar con una densidad importante de músicos en su población. La música y la danza se multiplican en este período de ablande o preparación del Carnaval, en las calles, en la plaza, o en peñas y fiestas varias. Y también en un encuentro que durante tres días reunió a la música y el baile en sus más diversas expresiones: el Tantanakuy. Un espacio cultural que allá por la década del ‘70 idearon Jaime Torres y otros artistas como Jaime Dávalos, con el fin de revalorizar la cultura regional.
El Tantanakuy convoca a artistas locales e invitados de diferentes lugares del país, que hacen lo suyo en un escenario natural privilegiado, con los cerros de la Quebrada como fondo. Se producen algunos cruces extraños, sobre el escenario y en otros espacios como el del bar El Caidero. Allí puede surgir una zapada entre los integrantes de Me Darás Mil Hijos y los del tanguero cuarteto del Cardenal Domínguez (dos de ellos comparten agrupación), el peruano Wilmar Palomino, el mexicano Javier Sepúlveda y el salteño radicado en Cataluña Oscar “Gato” Tanús. O puede pasar que el cantante de Me Darás Mil Hijos, Mariano Fernández, demuestre un muy buen desempeño cantando tangos y milongas y provoque un pedido que difícilmente le haría su público habitual: “¡Largá el pop!”.
La fiesta del Tantanakuy, auspiciada por la Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy, la municipalidad y la Asociación de Hoteles y Comercios de Humahuaca, comenzó el lunes con el izamiento de las banderas argentina y wiphala (representativa de los pueblos indígenas) y una ofrenda a la Pacha Mama en el lugar en el que se colocó la piedra fundacional de la Casa del Tantanakuy. Las copleras de la Pandilla de Cajas de 1800 fueron las encargadas de conducir la ceremonia –cuyo sentido principal es el del agradecimiento a la madre tierra, además del pedido de prosperidad, buen año o buen Carnaval– repartiendo hojas de coca, cigarrillos, papel picado y mucho talco, y copleando alrededor de un mojón: “Pacha Mama santa tierra, no me comas todavía, mira que soy jovencito, tengo que dejar semilla”. Esta ceremonia antiquísima es celebrada hasta hoy con algunas variaciones impuestas por las posibilidades de cada uno; gente como Sara Mamami la repite todos los primeros de agosto, en una maceta de su departamento de Caballito.
Por el escenario del Tantanakuy pasaron cerca de cuarenta manifestaciones artísticas diferentes, que en la música abarcaron una gran amplitud de ritmos y géneros (hubo música de la región, pero también zambas y chacareras, tonadas, tangos y milongas, música clásica). Junto a invitados como Antonio Tarragó Ros, Melania Pérez, Cardenal Domínguez, la Negra Chagra, Sara Mamani, entre muchos otros, estuvieron los “locales” Ricardo Vilca, Tomás Lipán, Tukuta Gordillo, Fortunato Ramos, Bicho Díaz, que vive en Córdoba, o Coya Mercado, que vive en La Plata, y Jaime Torres y su Gente. Y también personajes míticos de la zona, como las Hermanas Cari, copleras que el martes pasado estuvieron recibiendo al presidente Néstor Kirchner en San Salvador de Jujuy. O Amaranto Chañi, un músico y peluquero de setenta años que hace treinta tomó una decisión importante junto a su tres hermanos: llevarían adelante la peluquería, pero usarían la parte de atrás del negocio para enseñar música a los nenes de la zona.
También hubo homenajes para poetas como Jaime Dávalos o Jorge Calvetti, que tuvieron mucho que ver con la realización de los primeros Tantanakuy.
Claro que no es todo armonía en la Quebrada. El Tantanakuy también está cruzado por juicios y acusaciones varias, como la de que Jaime Torres llega de Buenos Aires y deja afuera a muchos humahuaqueños en sus invitaciones artísticas. Los que defienden el encuentro señalan que Torres lleva adelante un encuentro cultural con pocos recursos y sin cobrar entrada, y que lo importante es hacer crecer un espacio tan poco frecuente por estos días en la Argentina. Más allá de los debates, en el Tantanakuy, o en las peñas y clubes en los que gente como Ricardo Vilca o el Bicho Díaz arman fiestas que se extienden hasta bien entrada la noche, la música y el baile ganan las calles de Humahuaca. Es lógico: el sábado empieza el Carnaval, y hay que ablandarlo con tiempo.

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Jaime Torres con chicos humahuaqueños, dándole continuidad a un ritual del norte argentino.
 
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