El 27 de febrero pasado, la Droguería Unifarma SA, presidida por Ariel Domingo Vilán desde enero de 2004 hasta que saltó del 9º piso del departamento de sus padres el domingo pasado, había importado desde India 600 kilos de efedrina. Tratándose de una droguería, la cifra por sí sola no dice nada. Pero si se la compara con otras cifras de la misma empresa la interpretación libre empieza a cerrar el foco: efectivamente, durante cinco años, desde 2002, Unifarma importó legalmente 150 kilos por año, pero abruptamente en febrero de este año el cargamento se cuadruplicó. La comparación sorprende. Pero no alcanza para presuponer demasiado. Este año, en México, la efedrina fue prohibida porque era utilizada como precursor en la producción de cocaína. El negocio, obvio, no terminó con esto, sino que buscó efedrina más allá de las fronteras. Y encontró un lugar en la tierra promisoria de nuestros abuelos. Por ende, el precio de la efedrina en Argentina se disparó: los narcos pagan. “Para traer los 600 kilos, Unifarma desembolsó 150 mil dólares”, dijo un juez a este diario, con un dejo irónico. Después completó la frase: “En México los narcos pagan, por esos mismos 600 kilos, 6 millones de dólares”.

Los investigadores analizan la hipótesis de que Vilán y Forza estuvieran comercialmente relacionados y, de ser así, quieren saber de qué forma. Tras esa pista, ayer alrededor de las siete de la tarde, la Justicia allanó el local de Unifarma, ubicado en Juan B. Justo 6186, casi esquina Concordia, en el barrio de Villa Santa Rita. Y también en el departamento que Vilán alquilaba en la zona de Las Cañitas, en el 7º C de Arce 768, donde desde el lunes ya había un uniformado de consigna, pero aún no se había allanado. Secuestraron computadoras, papeles y documentación.

Solange Bellone, viuda de Sebastián Forza, aseguró ante los medios que Vilán y su marido no tenían nada que ver, “no era su testaferro y no tenía relaciones con nosotros”, y supuso que Vilán se arrojó porque “para mí él tenía muchas deudas y se vio reflejado en lo de Sebastián, que también tenía muchas deudas”.

Pero los investigadores no parecen demasiado convencidos. Ayer, Miguel Angel Pierri, abogado de la familia de Damián Ferrón y Leopoldo Bina (las otras dos víctimas del triple crimen), arrojó más pasto al fuego cuando aseguró contar con la información de que “Forza y Vilán se reunieron el 7 de agosto, a las 11 de la mañana”, el mismo día y horas antes de que los tres empresarios desaparecieron. Ya se mencionó la coincidencia entre las droguerías de ambos (Unifarma y el nombre de fantasía Baires Med, que están bajo investigación por manipulación de medicamentos de partidas públicas). Pierri además pidió protección para los testigos y recordó que Vilán “estaba aterrado, y a lo mejor el triple crimen fue un mensaje que le hicieron llegar”.

Pero además, y como señaló Solange Bellone, tenían gruesas deudas en millones de pesos y cantidades industriales de cheques sin fondos. Si es sorprendente la capacidad de giro en falso sin el cierre de cuentas, más sorprendente resulta que la Droguería Unifarma estuviera habilitada para importar 600 kilos de efedrina sin que ninguna autoridad lo sacara de la lista. Según informa el Banco Central, tiene siete juicios ejecutivos entre el 8 de febrero y el 28 de julio de este año, cuatro pedidos de quiebra desde el 27 de diciembre hasta el 13 de agosto (curiosamente el mismo día en que aparecieron los cadáveres de los tres empresarios) y un embargo en mayo de 2008. “Hay un descontrol completo –señaló una fuente judicial a este diario–. Otra droguería, que aparece con varios embargos de la AFIP este año, importó cinco toneladas de efedrina.”