SOCIEDAD › DENUNCIA CONTRA UN BAR POR DISCRIMINAR A GAYS

Hay besos que no entran en el menú

La pareja almorzaba en el lounge bar Portezuelo (Vicente López 2160, Recoleta) al que solían ir a comer. Ese día se daban algunos besos discretos, nada pasional. También algunos abrazos. Siempre repetían el mismo rito. Ya almorzados, pagaron el menú consumido con una tarjeta de débito. Mientras la pareja esperaba que una moza trajera de vuelta la tarjeta, el encargado del local se acercó y les pidió que no se besaran más a su antojo, ya que había familias, con chicos. Otras parejas también expresaban su amor y nadie los cuestionaba. Para Esteban Rico, de 32 años, y Leandro Fogliatti, de 36, se trató de un hecho de discriminación.

“En el lugar hay familias con chicos, no pueden hacer eso (por besarse)”, dijo el hombre. “No te preocupes, porque no volvemos más”, dijo instintivamente Leandro. “Mejor”, respondió el encargado del bar y se marchó. Instantes después llegó la moza con el ticket de la tarjeta. Finalmente, pagaron y salieron. Ocurrió el domingo pasado. Días atrás la pareja denunció el hecho en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

La pareja concurría regularmente a ese lounge bar en los últimos dos años. Nunca había tenido quejas, ni reproches por besarse o tratarse con cariño. “Nos comportábamos como cualquier pareja en público: nos damos algunos besos, abrazos, nos tomamos de la mano. Salvo esa vez nunca tuvimos problemas de discriminación”, contó a PáginaI12 Esteban. “La sociedad se tiene que acostumbrar a ver a las parejas gays como a cualquier otra”, agregó.

Al local había llegado una pareja con sus hijos. Para Esteban y Leandro ellos pudieron quejarse, aunque cuando esa familia llegó ya habían pagado. En fin, nadie se quejaba. “El encargado se aseguro de que pagáramos la cuenta para decirnos que no éramos bienvenidos”, conjeturó Esteban.

“Muchas veces casos como ese no denuncian por vergüenza o pudor”, señaló a este diario María José Lubertino, titular del Inadi. Agregó que “las trans están a la cabeza de la discriminación en bares y restaurantes, ya que lo que pasa en esos lugares es lo que genera la sociedad”.

Aunque los restaurantes, bares y teatros, entre otros espacios privados, se reservan ese mal llamado derecho de admisión, ese derecho solamente se puede ejercer cuando están agotadas las localidades o lleno el lugar”, explicó Lubertino.

Informe: E. V.

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