La inminencia del verano deja al descubierto, en polideportivos y parque porteños, piletas de natación con aguas turbias, baños con sanitarios deteriorados o faltantes, maleza donde deber haber juegos infantiles, cables pelados en columnas de alumbrado, vidrios y mamposterías destruidos y alambrados derrumbados. Esas son las imágenes que ofrece la mayoría de los trece polideportivos y tres parques porteños que recibirán a partir del 3 de enero a unos 18 mil chicos en las colonias de vacaciones. La situación fue denunciada ayer por la defensora adjunta de la ciudad, Graciela Muñiz, y un grupo de diputados, en la Legislatura porteña. Allí se informó que hace diez días le fue entregado un informe con estos detalles al ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, que todavía no ha sido respondido.

“Después de observar el estado de los polideportivos y parques de la ciudad, exhorto e intimo al ministro Cabrera y al subsecretario de Deportes, Francisco Irarrazábal, a que en forma urgente los reparen y concreten las máximas medidas de seguridad para que su deterioro no se convierta en un problema grave a partir de enero”, dijo Muñiz, casi como quien redacta una carta documento. La acompañaban los diputados Delia Bisutti, María Elena Naddeo y Aníbal Ibarra, además del dirigente del Partido Obrero Marcelo Ramal. Entre quienes escuchaban el informe se encontraban dirigentes barriales, usuarios de los Parques Chacabuco y Sarmiento, periodistas y hasta un atleta, Martín Sharples.

A 24 días del lanzamiento de las colonias de vacaciones, Muñiz y los legisladores se comprometieron a realizar una recorrida por las instalaciones más concurridas el próximo jueves a las 14. Sólo por las del Sarmiento, ubicado en el barrio de Saavedra, se prevé que pasen durante el verano entre 4 y 5 mil pibes. En ese parque –los restantes son el Roca y el ex KDT– la defensora adjunta detectó un gran estado de abandono: pastos muy altos, vidrios rotos, alambrados dañados y escombros sueltos a la vista de quienes frecuentan en lugar. Además, los baños carecen de mantenimiento y una gran cantidad de canillas están anuladas.

La situación en el Parque Roca es similar. El informe sostiene que “se verificó una gran cantidad de escombros a lo largo del predio, además de maderas con clavos, botellas, vidrios rotos, importantes cantidades de adoquines y una fuerte acumulación de agua en muchos lugares del parque. También se verificó la presencia de numerosos animales sueltos, juegos rotos con alambres sueltos, inutilizables y sin ninguna restricción para los usuarios, con lo cual se recomendaría su inmediata demolición”.

Una coincidencia notable en varios de los trece polideportivos, según el informe, es la falta de servicio médico, sobre todo durante los domingos, cuando más público asiste a esos complejos. También es comprobable la carencia de insumos medicinales, lo cual fue detectado en al menos tres polideportivos del sur de la ciudad: los de Parque Patricios (Pepirí 135), Martín Fierro (Oruro 1300) y Parque Chacabuco (Eva Perón 1410) no tienen guardia médica los fines de semana o su presencia es una excepción durante los días laborables.

En el Martín Fierro, uno de los que tienen pileta de natación, el agua se encontraba en pésimo estado en el momento de la visita que realizó Muñiz, no estaban los elementos para clorarla y se le explicó que es porque apenas funciona un solo filtro y no tres, como debería ser. También en el Martín Fierro, sobre un total de quince sanitarios funcionan cuatro, hay pérdidas de agua y el olor es desagradable. En el polideportivo del Parque Avellaneda (Lacarra 1257), los lavabos están inutilizables, hay mingitorios e inodoros clausurados por roturas de válvulas y flotadores y faltantes de rosetas para duchas.

En la zona norte de la ciudad, el polideportivo Costa Rica (Constituyentes y Chorroarín) tiene un gimnasio que el informe describe “con faltantes en su techo que lo hacen casi inutilizable”, los baños “poseen falta de grifería y precisan de una mejora” y el natatorio muestra “rajaduras en toda su extensión”. Una más de las irregularidades que se denunciaron es la falta de un puesto del SAME en el Parque Sarmiento. La ausencia de una política de Estado que contemple estas necesidades apenas es paliada por el esfuerzo del personal que, como en el caso de los médicos, aportan de su bolsillo los insumos necesarios para atender al público.