SOCIEDAD › A 13 DIAS DEL ACCIDENTE, UN LLAMADO AL 911 ALERTO QUE EL AUTO DE LOS POMAR ESTABA AL LADO DE LA RUTA 31

El aviso que la policía no tuvo en cuenta

El llamado fue desestimado por el jefe de la policía de Pergamino porque el lugar ya había sido rastrillado. Las muertes ya se habían producido, pero el hecho se habría esclarecido el 27 de noviembre y no recién el 8 de diciembre.

 Por Raúl Kollmann

Un pasajero que viajaba en el piso de arriba de un micro de dos niveles de la empresa Estrella Cóndor vio el 16 de noviembre, dos días después del accidente sufrido por la familia Pomar, un auto volcado cerca de la ruta, en medio de un pastizal. Es el lugar donde aparecieron finalmente los Pomar. Sin embargo, en ese momento el caso no tenía repercusión y al pasajero seguramente el vehículo le pareció que estaba allí por un accidente de larga data. Mucho después, el 27 de noviembre, cuando ya el caso Pomar tenía una enorme repercusión, el pasajero recordó lo que había visto y se comunicó con el 911. Relató, en concreto, que en la ruta 31, antes de Salto, vio el auto dado vuelta. Sin embargo, el jefe de la Departamental de Investigaciones de Pergamino descartó el contenido del llamado porque tenía informes por escrito de la Departamental de Seguridad de que el lugar había sido rastrillado “tres veces por aire y tres por tierra”. La increíble historia confirma que los rastrillajes fueron mal hechos y que, encima, los cuerpos se podrían haber descubierto el 27 de noviembre y no el 8 de diciembre.

El llamado del pasajero está grabado y en manos ahora del auditor general de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad, José Guerrero. Se trató de un relato muy preciso: en la ruta 31, unos pocos kilómetros antes de Salto, un vehículo rojo, dado vuelta, con las ruedas hacia arriba.

Los tres jefes que intervinieron en esta trágica serie de errores groseros (el jefe de Investigaciones de Pergamino, Julio Argentino Golpe; el jefe de la Departamental de Seguridad, Roberto Gabin, y el titular de la Policía Vial de San Andrés de Giles, Carlos Marano) fueron destituidos el miércoles. Los últimos dos son los que tienen mayor responsabilidad porque estuvieron a cargo de los rastrillajes. El jefe de Investigaciones perdió su puesto justamente porque debió insistir en que volvieran al lugar.

Es cierto que la historia no habría cambiado mucho. La autopsia, realizada por orden de la procuradora bonaerense María del Carmen Falbo en la morgue de la propia Procuración, no en la Policía Científica de la Bonaerense, estableció que Gabriela Villagrán fue la única que sobrevivió al impacto del accidente. Pero el texto afirma que se trató sólo de algunos minutos. En sus uñas había tierra y algunas otras evidencias de que se arrastró. Esto también se verificó en la escena de las muertes. Como es habitual, falta el estudio histopatológico, que podría arrojar alguna conclusión levemente distinta, pero en fuentes de la Procuración nadie cree que haya mucha diferencia con la hora de la muerte de Luis Fernando, Candelaria y María del Pilar. Para los forenses está descartado que haya habido días de sobrevivencia.

Consultado sobre esa llamada, el ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, afirmó anoche que esto “agrega prueba sobre la inoperancia del personal policial que trabajó en el tema. Personal al que se le había ordenado las tareas de búsqueda. Esto agrava su situación”.

“La orden fue muy específica: revisar ambos lado de la ruta 31 –indicó Stornelli–. Y no se hizo como correspondía. Encima, ese llamado. No cambia la suerte de la desgracia de la familia, pero sí por supuesto hubiera permitido tener la verdad de los acontecimientos trece días antes de lo que ocurrió”, remarcó el ministro.

Stornelli agregó que “todo el que haya pasado por la recepción, lectura y ejecución de lo relacionado con ese llamado y no se lo haya comunicado debidamente a la fiscal y no haya procedido como tenía que proceder va a ser desafectado”.

Ayer entró en la polémica el intendente de Pergamino, Héctor “Cachi” Gutiérrez. Tanto él como el abogado de la familia Pomar, Carlos Ferreira, señalaron que la misma noche del accidente, el 14 de noviembre, un cabo de la policía le dijo a Juan Pomar, padre de Luis Fernando, que hubo un llamado al 101, el equivalente local al 911, para avisar de un accidente en la ruta. De ser cierto, esa comunicación tiene más importancia porque tal vez –no es lo que dice por ahora la autopsia, pero no se puede descartar– había alguna chance de ayudar a Gabriela.

Sin embargo, la fiscal Karina Pollice negó que existiera ese llamado. El listado completo, según dicen en la fiscalía, está en poder de Pollice desde los primeros días de la desaparición de los Pomar. La fiscal cuenta la siguiente secuencia de aquella noche:

- Contrariamente a lo que se había afirmado, Juan Pomar fue a una comisaría en la misma noche del 14 de noviembre. Allí le dijeron que era muy pronto para hacer la denuncia, que había que esperar un poco.

- El padre de Luis Fernando no se quedó tranquilo y fue a la delegación de la Federal de Pergamino. Allí le dijeron lo mismo, que era prematuro hacer la denuncia. Sin embargo, el cabo que estaba de guardia llamó a todas las comisarías de la zona. En una, la de San Andrés de Giles, le dijeron que efectivamente hubo un accidente. Pero no se trataba de una Fiat Weekend sino de otro vehículo.

Por esa razón, la fiscal Pollice afirma que no es cierto que en la noche misma de la tragedia hubiera existido un aviso de la tragedia. Sí aparece claramente probada una llamada muy posterior, la del 27 de noviembre. De todas maneras, la fiscal abrió una causa paralela con todas las irregularidades cometidas en la investigación. Por ahora, los hombres desplazados de la Bonaerense siguen cobrando su sueldo, vistiendo el uniforme y portando el arma. Stornelli le dejará la última palabra a Asuntos Internos y a las conclusiones de la propia fiscal. En la Justicia bonaerense no falta quien considera que debería procederse a la exoneración inmediata de los jefes porque su accionar fue gravemente negligente.

Un jefe policial imaginó ante este diario la siguiente escena de los efectivos que mandaron a rastrillar en forma terrestre:

–Che, bajate del patrullero y andá a fijarte allá entre los arbustos esos –le dijo el que conducía a su compañero.

Y todo indica que el efectivo pudo haberse bajado, miró de lejos, no vio nada y se volvió a subir al patrullero.

Es sólo una versión imaginaria, pero puede parecerse bastante a lo que efectivamente ocurrió.

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La hermana de Luis Pomar, junto a otros familiares, concurrió a la morgue en Lomas de Zamora para reconocer los cuerpos.
 
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