SOCIEDAD › DESDE EL AÑO PROXIMO HABRA EDUCACION VIAL EN NIVEL INICIAL Y PRIMARIO

Aprender a convivir en el espacio público

La seguridad vial no será una materia específica, sino de actividades que serán incorporadas en las distintas asignaturas.

 Por Pedro Lipcovich

Un grupo de nenes, en compañía de su maestra, sale de la salita de cinco para visitar a sus compañeritos de primer grado: avanzan por los pasillos del colegio, sin correr porque para eso está el recreo; la maestra les enseña los carteles que indican por dónde ir o por dónde salir; otros chicos, mayores, se detienen para cederles paso. Los nenes están aprendiendo seguridad vial. Ayer se presentó el programa que, desde marzo, funcionará en todas las escuelas del país. Una experta de la Agencia Nacional de Seguridad Vial explicó a este diario por qué –de acuerdo con las mejores experiencias internacionales– esta enseñanza no consiste tanto en transmitir contenidos como en formar a los chicos en la ética de compartir el espacio público y preservar el cuidado por el otro. La seguridad vial no será una materia específica, sino una serie de actividades que los maestros incorporarán en las distintas materias. Habrá también talleres de reflexión para docentes y las tareas para el hogar incluirán la participación de los padres. En una segunda etapa se incluirá el tema en el nivel secundario: entonces, sí, en los años superiores, podría definirse como una materia, cuya aprobación se tomaría en cuenta al llegar el momento de obtener la licencia de conducir.

El programa fue anunciado ayer por el ministro del Interior, Florencio Randazzo (ver aparte), en el marco de la Primera Feria de Educación Vial, que se desarrolla en La Rural de Palermo. Fabiola Carcar –coordinadora del Centro de Formación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial– destacó que “se lanza en marzo en todas las escuelas del país, públicas y privadas, urbanas y rurales. Ya hay diseñadas once actividades, con sus respectivos cuadernillos y material de formación para docentes, que se aplicarán entre jardín y séptimo grado. Cada una tiene un objetivo específico y una secuencia de pasos, siempre en relación con las actividades que ya efectúan para las distintas materias: lengua, matemáticas, ciencias sociales, deporte, arte”.

Por ejemplo: “Una actividad que ya se hace en muchos colegios es la visita de los nenes de salita de 5 a sus compañeros de primer grado: a veces las aulas están en edificios distintos y los chicos deben salir a la calle, lo cual lo hace más interesante. Pero aun cuando sea en el mismo local, esta actividad permite diseñar un recorrido, identificar las señales que deben utilizar; incorporar la noción de que hay cosas que se señalizan y otras que no, establecer recomendaciones para el tránsito y la circulación; acercarse al concepto de espacio público y de normas que regulan ese espacio”, detalló Carcar.

Y continuó: “Las bases de la educación vial pueden incorporarse en el aprendizaje de distintas normas de convivencia en la escuela: ir al baño para lavarse las manos antes de comer; no ir corriendo a sentarse. El baño suele tener un cartel; la disposición de no correr puede no tener señalización explícita. Hay una simbología de las normas, que a veces se grafica y a veces no. Es esencial internalizar la noción de que en el uso del espacio público existen normas”.

El mismo criterio de incluir la cuestión vial en la práctica cotidiana se aplica en grados más avanzados: así, “en cuarto grado ya está incorporada la realización de historietas: en ellas se pueden incluir nociones de circulación segura, referencias a los roles de peatón y de conductor. Se apela siempre a lo que ya viene empleando el sistema educativo”, observó la experta de la Agencia de Seguridad Vial.

“En escuelas rurales, se podrá hacer entrevistas a gente que llega al pueblo: con qué expectativas vino esa persona, a vivir o de visita; por qué camino llegó. En ese marco se puede armar el mapa del lugar, su señalización en el espacio geográfico”, ejemplificó Carcar.

En cuanto al nivel secundario, “estamos empezando a pensar el plan. En este nivel se procurará que los mismos alumnos armen sus proyectos, con fotos, videos, que pongan en juego su creatividad. Ya en cuarto y quinto año se podría, sí, configurar la educación vial como una serie de clases específicas. A largo plazo, y como ya sucede en Francia y otros países, esta enseñanza podría ser tomada en cuenta para la obtención de la licencia de conducir. En todo caso, es el momento de trabajar la noción de que la licencia de conducir no es un derecho universal sino un permiso para manejar vehículos que el Estado da y puede retirar”, advirtió Carcar. Para los docentes, “habrá cursos y talleres de reflexión sobre sus propias prácticas en seguridad vial, como peatones o conductores. A los equipos de formación que ya tiene el Ministerio de Educación, se les sumará personal de la Agencia Nacional de Seguridad Vial”. En cuanto a los padres –subrayó Carcar–, “estarán involucrados en casi todas las actividades. Por ejemplo, si los chicos empiezan a aprender sobre señales y símbolos de convivencia, una actividad es llevar a casa la consigna de que los padres tienen que mandar un deseo para su hijo, en ese comienzo de clases, pero dibujado en forma de señal”.

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El criterio de la educación vial es incluir la cuestión del tránsito en la práctica cotidiana.
 
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