SOCIEDAD › BARREDA VOLVIó A LA CáRCEL POR HABER VIOLADO LA PRISIóN DOMICILIARIA

El costo de salir sin permiso

El juez levantó el beneficio al odontólogo, filmado cuando caminaba por Belgrano. Al magistrado no lo convenció el argumento de que había ido a una farmacia a tomarse la presión. El lunes, el magistrado decidirá sobre su pedido de libertad condicional.

En medio de una nube de fla-shes, cámaras de televisión y micrófonos, el cuádruple homicida Ricardo Barreda subió al patrullero que lo llevaría de nuevo a la cárcel, tras haber perdido el beneficio del arresto domiciliario. Poco después del mediodía, el hombre condenado por asesinar a sus hijas, su esposa y su suegra fue conducido nuevamente a la cárcel de Gorina, luego de que el juez platense Raúl Dalto decidiera que la salida que había hecho el lunes de la semana pasada, sólo con su pareja Berta André y sin autorización judicial ni custodia policial, “no estaba justificada por que no existió la urgencia médica que él alegó”.

El abogado de Barreda se declaró “sorprendido” por la decisión que, sostuvo, de todas maneras no interferirá sobre el pedido de libertad condicional cuyo resultado favorable para su defendido augura desde hace días. Sin embargo, el abogado de los familiares de las víctimas afirmó exactamente lo contrario: según explicó, un informe de peritos psiquiátricos define a Barreda como “un simulador” que precisa contención y no puede, por ello mismo, obtener la libertad condicional, porque “una situación hostil” podría hacerle “revivir situaciones pasadas”. El lunes, Dalto resolverá sobre el pedido. Lo sucedido ayer y la evaluación de la libertad condicional “son dos cosas distintas y en principio no tendría por qué influenciarme”, adelantó el juez.

El lunes 17 de este mes, una cámara de Canal 9 había registrado a Barreda solo por la calle. En la filmación, el odontólogo –que cumplía arresto domiciliario en razón de su edad– caminaba por el barrio de Belgrano con una bolsa de nylon en la mano, a varios metros del edificio donde compartía departamento con su novia. Tras ver las imágenes y evaluar testimonios de testigos y explicaciones del condenado, el juez Dalto resolvió que el beneficio de la pena morigerada debía ser suspendido. “No me satisficieron” los dichos de Barreda al explicar la salida del departamento, declaró el magistrado. “Esa salida no estaba justificada porque no existió la urgencia médica que él alegó”, así como tampoco resultó “acreditado que haya ido a tomarse la presión” a la farmacia, tal como había alegado.

El abogado Eduardo Gutiérrez, a cargo de la defensa de Barreda, cuestionó públicamente la decisión del juez, que, dijo, lo había “sorprendido” por ser “más médica que jurídica”. El magistrado, sostuvo, habría incurrido en ese tipo de especulación “al entender que él (por Barreda) no estaba lo suficientemente descompuesto como para no poder pedir auxilio desde su casa”. Pero, dijo, “no puede un juez que no es facultativo de materias médicas expedirse sobre algo que no conoce”. Al anunciar que apelará, Gutiérrez afirmó que “Dalto cree que la salida fue injustificada porque (Barreda) no sufrió un padecimiento que amerite que salga a atenderse”.

En su fallo, Dalto considera que la salida “no estaba permitida y, en consecuencia, Barreda ha quebrantado el arresto domiciliario” del que gozaba desde mayo de 2008. Para el magistrado, con las imágenes y los testimonios quedó “plenamente acreditado” que el condenado transgredió las condiciones de su beneficio. Ese día, Barreda había sido trasladado, con custodia, al hospital Pirovano para un control. Diez minutos después de haber regresado a su casa, volvió a salir a la calle, pero solo. Según declaró posteriormente, habría ido a una farmacia para tomarse la presión. Pero los testimonios de las empleadas del comercio no convencieron al magistrado. “Ellas declararon, una que estaba limpiando y no lo vio, y la otra que justo había salido y que se enteraron de que había ido Barreda por dichos de la esposa del propietario de la farmacia”, señaló el magistrado, quien no consideró acreditado que Barreda haya controlado allí su presión. Además, señaló que en ocasiones anteriores la esposa del dueño de la farmacia había ido a atenderlo a su domicilio.

Aun cuando Gutiérrez apele la decisión de revocar la prisión domiciliaria, Barreda deberá aguardar la resolución de la Cámara en la cárcel a la que llegó ayer al atardecer custodiado por el Servicio Penitenciario Bonaerense.

Entre tanto, Horacio González Amaya, el abogado de los familiares de las mujeres asesinadas, sostuvo que Barreda regresó a la cárcel porque es aún “un simulador”. Dalto, argumentó, consideró “entre otros elementos que la personalidad de Barreda es la de un simulador y entonces la excusa de la farmacia hay que evaluarla dentro de un contexto más amplio”. A diferencia de lo aseverado por Gutiérrez, González Amaya se mostró convencido de que “va a ser muy difícil” que el condenado acceda a la libertad condicional, porque un dictamen del Servicio Penitenciario “en pleno desaconseja que sea dejado en libertad por sus características psicológicas”. Lo que dice el dictamen es que no hay certeza sobre los mecanismos de autocontención de Barreda en caso de vivir una situación hostil que le haga “revivir situaciones pasadas”.

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Ricardo Barreda fue trasladado nuevamente a la cárcel de Gorina, donde ya había estado preso.
Imagen: Télam
 
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