SOCIEDAD › ESCAPARON DE LA U11 DE NEUQUéN, UNO DE ELLOS HABíA SIDO TORTURADO

Cuatro fugas y un motivo

El sábado por la noche cuatro internos de la U11 de Neuquén lograron escapar siguiendo un derrotero milagroso. Uno de ellos había sido molido a palos en 2012 luego de ser recapturado en un intento de fuga y sin embargo probó de nuevo.

 Por Horacio Cecchi

Un parte de la policía de Neuquén informó ayer sobre la fuga de cuatro detenidos de la Unidad 11. La versión oficial, imprecisa, sostiene que tras hacer un boquete bajo una letrina/bacha, cavar un túnel, pasar a un patio, correr al sector de preegreso, atravesar dos portones, saltar un muro con dos alambrados en altura, todo esto evitando la guardia y sin que la alarma sonara durante un rato, lograron esfumarse pese a la “rápida reacción” policial. El parte fue acompañado por los datos y las respectivas fotos de los prófugos. En esta edición sólo se proveerá la foto de uno de ellos, Alexis Enrique Retamal Jara, pero no la proporcionada por la policía, sino otra que pese a ser más antigua –ya que fue tomada en su anterior intento de fuga, en julio de 2012– tiene un sentido más actual para entender los motivos del nuevo escape. La toma corresponde al rostro de Retamal, o lo que dejaron de él, luego de la recaptura y la denuncia de torturas. No más contrastar el relato policial con el relato del rostro, y saber que a Retamal no le faltaba mucho para salir en libertad, permitirá entender que arriesgarse a que lo recapturen y como positivo imaginar que quedará así, implica que escapar vale la pena. ¿De qué se fugaron los cuatro presos de la U11?

El parte oficial de la policía de Neuquén señala que “anoche (por el sábado pasado) siendo las 23.20 horas, se produjo la evasión de cuatro detenidos (y da los nombres, entre ellos el de Retamal), que se encontraban alojados en el Pabellón 1 de la Unidad de Detención Nº 11 de Parque Industrial. El hecho se produjo finalizada la vista cuando los reos levantaron una letrina/bacha, culminaron un pozo de 75 centímetros de profundidad, doblar en ángulo de 90º y salir a la parte externa del pabellón. Desde allí corren 150 metros aproximadamente, trasponiendo dos portones y sobrepasando un alambrado en altura y ganar la parte externa. La celda de la cual levantaron la letrina estaba deshabitada y con candado, razón por la que no se advirtió el trabajo en su interior. La fuga fue rápidamente advertida e incluso se hicieron disparos intimidatorios al aire y una pronta persecución, con resultados negativos”.

Vale la pena destacar que el parte es de la policía porque en Neuquén no existe servicio penitenciario, las cárceles dependen de la policía. Los guardias son policías comunes con un cursillo para el tratamiento de los presos. La U11, situada en la misma ciudad de Neuquén, tiene en su corta y muy deteriorada historia las denuncias por tortura y maltrato como un recurso habitual que la guardia echa a mano cuando se le terminan los argumentos de su manual breve. El 24 de mayo de 2012, Cristian Ibazeta murió de 24 puntazos en su celda. La versión oficial fue que lo apuñalaron en una pelea de internos. Curioso: la celda de Ibazeta era individual e, igual que la celda deshabitada utilizada para la fuga, estaba cerrada con candado y por fuera. Ibazeta también estaba por salir, le faltaba un mes para acceder a las salidas transitorias y, con 30 años y un hijo de 12, todas sus expectativas estaban puestas en no reaccionar a las provocaciones, método sutil para sugerir que mejor es fugar. A Ibazeta le venían sugiriendo de esa manera desde que lo buscaban porque declaró como testigo en un juicio contra 26 policías, en un caso de torturas masivas a su pabellón en 2004, luego de un reclamo fuerte contra la requisa a los familiares, entre ellos la madre de Ibazeta, no vidente, que había sido desnudada y manoseada.

Dos meses después del crimen de Ibazeta, Retamal, que venía protestando contra los maltratos, intentó fugar. Las repercusiones de su fracaso aparecen en la foto de su rostro, lo que no quiere decir que la imagen de su espalda y piernas haya quedado a salvo de las marcas. Luego de la “recaptura”, lo trasladaron a la comisaría de Plottier, relativamente tranquila y especial para planear una fuga, sobre todo si era incentivada por los guardias. Retamal comentaba a uno de sus defensores de aquel momento, Fernando Diez, que lo inducían a la fuga pero “le faltaba poco para alcanzar la libertad y no quería. Habrá que ver cuál era la situación ahora, si le sugirieron que se fugue, si lo amenazaron con algo, para que haya tomado semejante decisión”, dijo Diez a este diario.

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La U11 de Neuquén y el rostro de Alexis Retamal Jara, tal como lo dejaron después de la recaptura.
 
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