SOCIEDAD › INVESTIGAN A POLICIAS SANTAFESINOS POR LA APARICION DE UN HOMBRE ATADO A UNA CRUZ

De los linchamientos a la crucifixión

El hombre fue dejado a la intemperie, atado con cinta de embalar y un cartel que decía “No robarás”, en la ciudad cordobesa de San Francisco. Acusó a policías de Santa Fe. El gobierno provincial desmintió haber separado a esos efectivos.

 Por Pedro Lipcovich

El hombre de 27 años que apareció crucificado en la localidad de San Francisco, provincia de Córdoba, acusó por su martirio a policías de la vecina localidad santafesina de Frontera. Le habían pegado en el torso un cartel que decía “No robarás” y estaba todo atado y fijado a la madera con cintas de embalar de varios colores. Dijo que los policías agresores habían sido “cuatro o cinco” y que le habían pegado. La fiscal que intervino, al no constatar lesiones producto de golpes, consideró que pudo tratarse de “una broma de mal gusto”. Y el secretario de Seguridad Pública de Santa Fe anunció que, al menos por ahora, no se tomarán medidas respecto de la comisaría incriminada porque “no hay ninguna imputación a ninguna persona en forma concreta”.

“Tengo miedo por mi familia... Lo que le puede pasar el día de mañana... Me llevaron a las siete de la mañana cuando estaba por ir a trabajar. Me tuvieron todo el día encerrado, hasta las dos de la mañana... Después me llevaron, me dejaron en ese lugar...”, dijo ayer Víctor Robledo, que había aparecido crucificado a las dos y media de la mañana en una calle de San Francisco. Hablaba con el periodista Osvaldo Soria, de la radio Cadena 3 de esa localidad, quien le preguntó: “¿Conocés a esos policías?” “No sé...” “¿No sabés o tenés miedo de decirlo?” “Tengo miedo de hablar, porque no hay seguridad para mí, ¿se da cuenta?”

Robledo declaró ayer ante la fiscal Leonor Faillá, de San Francisco, y anoche declaraba ante el fiscal Martín Castellano, de Rafaela, quien quedó a cargo de la causa cuando Faillá se declaró incompetente por haber sucedido los hechos en Frontera, Santa Fe (esta ciudad está separada de San Francisco sólo por una calle).

A Robledo lo había encontrado un vecino de San Francisco, que avisó a la policía. Tenía todo el cuerpo atado con cintas de embalar, de distintos colores; habían utilizado varios rollos. Los brazos estaban encintados a un listón de madera, de modo que el resultado fuera una grotesca crucifixión. Con cinta habían fijado el papel que decía “No robarás”. También la cabeza y la cara estaban encintadas; sus torturadores habían tenido la fría precaución de dejarle la nariz libre para que pudiera respirar.

La policía de San Francisco lo trasladó al hospital local, donde fue asistido y, dado de alta, fue a declarar.

“Contó que cuatro o cinco policías de la seccional 6ª de Frontera lo habían golpeado ferozmente. Acusa en forma directa a la policía de Santa Fe y dice que lo trasladaron en un vehículo al lugar donde lo dejaron”, reveló la fiscal.

“No identificó a ningún policía, él insiste en que dijo todo lo que tenía que decir y no sabe más nada”, contó la fiscal y agregó que se declaró incompetente porque “el hecho habría acontecido en la provincia de Santa Fe. No está claro que haya sido en una comisaría pero de todos modos allanamos la seccional... para resguardo de libros y preservación de pruebas”. La fiscal no precisó si se habían preservado las cintas, sustrato apto para periciar huellas digitales.

Robledo había declarado a la mañana, pero “a la tarde fue de nuevo a mi fiscalía a pedir protección porque sentía miedo. Tenía miedo de volver a la casa. Como denunció a policías... Le pregunté si quería agregar algo más, pero se mantuvo en lo que dijo: que fueron cuatro o cinco, de la seccional sexta, pero no sabe describirlos, los describe vagamente. Eso no sería importante: lo importante es que dice que antes de encintarlo le dieron una golpiza, pero los médicos del hospital de San Francisco no registraron ningún tipo de lesión. Esto pone en duda algunos aspectos. A las víctimas siempre les creemos... pero cuando hay alguna contradicción investigamos algunas cositas más: ajuste de cuentas, broma de mal gusto...”

–Es raro que, si no fue la policía, él haya hecho una acusación que, como usted misma dice, lo tiene aterrado –observó Página/12.

–No sé, no emito juicio de ninguna índole –contestó la fiscal Faillá.

Anoche, Robledo permanecía alojado en un inmueble municipal de San Francisco.

En la tarde de ayer, fuentes de la policía santafesina informaron que se habían dispuesto actuaciones administrativas en la seccional 6ª de Frontera; incluso una fuente vinculada al Ministerio de Seguridad provincial admitió en declaraciones a este diario “la remoción” de la cúpula de esa seccional. Sin embargo, Matías Drivet, secretario de Seguridad Pública de la provincia de Santa Fe, dijo anoche a este diario que, si bien “la denuncia es de extrema gravedad”, no se había tomado ninguna medida porque “no hay todavía ninguna determinación judicial respecto de la responsabilidad de cualquier agente. Estamos esperando que avance la investigación judicial para, a partir de sus resultados, iniciar la actuación administrativa. En tanto y en cuanto exista identificación respecto de cualquier agente, se tomarán las medidas disciplinarias correspondientes. El tercio de guardia en esa comisaría era de 13 a 14 policías: la víctima aparentemente identifica a cuatro o cinco: si paso a disponibilidad a 14, estoy tomando justos por pecadores. Y no hay ninguna imputación a ninguna persona en forma concreta”.

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El hombre, atado con cinta a una cruz, fue hallado a la madrugada por un vecino.
Imagen: DyN
 
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