SOCIEDAD › ACUSAN A UN TESTIGO DE SER RETICENTE EN EL JUICIO POR LA TRAGEDIA DE ONCE

El guarda que quedó detenido

El tribunal que lleva adelante el juicio por el choque del tren ordenó detener al guarda, quien había asegurado que la formación no se pasó en ninguna estación. También declaró el director del SAME, que describió el horror de los primeros momentos del rescate.

El guarda del tren que chocó contra el andén de la estación de Once, donde murieron 51 personas, en febrero de 2012, fue detenido ayer por falso testimonio durante el juicio oral en el que declaraba como testigo. El ferroviario aseguró que “no hubo ninguna particularidad y no se pasó en ninguna estación”, aunque luego de que se le mostraran las imágenes del trayecto del tren, donde se ve que no se detiene en la estación anterior, dijo que “se pasó en Once”, donde ocurrió la tragedia. También declaró el jefe del SAME, Alberto Crescenti, quien describió el fondo del primer vagón de la formación como un “scrum de rugby”, por la manera en que los cuerpos se encontraban apilados.

El Tribunal Oral Federal 2 dispuso la detención de Miguel Angel Gerónimo por su reticencia al declarar sobre si la formación se había pasado en otras estaciones, tal como habían manifestado otros testigos y lo mostraban imágenes que se exhibieron en la audiencia. El tribunal, que integran los jueces Jorge Gorini, Jorge Tassara y Rodrigo Giménez Uriburu, acusó a Gerónimo de “haber incurrido en flagrancia en el delito de falso testimonio en audiencia pública”.

Gerónimo era el guarda del tren que el 22 de febrero de 2012 chocó contra los paragolpes de la estación Once, lo que provocó 51 muertos. Durante su declaración, el ferroviario aseguró que “no hubo ninguna particularidad” en el trayecto y que el tren “no se pasó en ninguna estación”, lo que motivó la exhibición de las imágenes.

Pese a la contradicción, Gerónimo insistió en que lo que se veía “es un balanceo”, lo que provocó una airada reacción del abogado querellante, Gregorio Dalbón, quien tras preguntarle si tenía problemas de memoria, denunció ante el tribunal que el testigo mentía.

Gerónimo fue obligado a salir de la sala y, a su regreso, el presidente del tribunal le recordó que mentir en un juicio en que se declara bajo juramento es un delito penado con hasta diez años de prisión y que en esa calificación entraba también la reticencia a declarar. “No hubo problemas con los frenos. Nunca me pasó que un tren se haya pasado de una estación”, insistió Gerónimo, lo que llevó finalmente al abogado querellante a pedir la detención del testigo, aduciendo que “está preparado”.

La detención del guarda, un afiliado a la Unión Ferroviaria, quedó definida luego de que Gorini volviera a preguntarle si el día de la tragedia el tren se había pasado en alguna estación y Gerónimo le contestara que “se pasó en Once”.

Por la mañana había declarado el titular del SAME, Alberto Crescenti, quien calificó la escena del accidente como “dantesca” y aseguró que “había muertos, había mucha sangre debajo de los zapatos, gente fallecida”.

El testimonio de Crescenti fue fuerte desde el primer momento, por lo que el tribunal lo interrumpió, advirtió a los familiares de víctimas que lo que iban a escuchar podía afectarlos y les dio unos minutos para que se retiraran de la sala.

“Yo he estado en el atentado de la AMIA y lo que he visto en el vagón es muy fuerte, muy fuerte”, sostuvo al dar detalles del operativo que se montó en las dos horas que siguieron al choque y en el que el SAME atendió a 900 heridos.

“Había muertos, veíamos brazos, cuerpos, sangre. Había gente fallecida mirando con los ojos abiertos a los que estaban vivos. Fue una escena muy dura para no-sotros”, sostuvo con la voz entrecortada. “Los que estaban en ese scrum eran los más críticos, los pacientes que se perdieron fueron dentro del vagón, había 150 víctimas en pocos metros cuadrados y los bomberos me pidieron vaselina para poder desenganchar a las víctimas”, recordó ante los jueces.

En la jornada prestaron declaración, además, Walter Erqueaga, inspector de la Policía Federal, que fue convocado para sacar fotos por fuera y por dentro del tren siniestrado, y María Elda Paz, la médica legista y única persona que revisó los cuerpos de las víctimas fallecidas.

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“Había mucha sangre debajo de los zapatos, gente fallecida”, contó Alberto Crescenti.
Imagen: Télam
 
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