SOCIEDAD › UN ADOLESCENTE FUE ASESINADO POR LADRONES QUE SE CONFUNDIERON DE CAMIONETA

El error que terminó en muerte

Los delincuentes creyeron que era la camioneta del hombre que acababan de asaltar y dispararon. Pero era otra, en la que iban un hombre y su hijo. El chico murió en el acto. Un grupo de jóvenes provocó destrozos en una comisaría y quemó dos patrulleros.

Un adolescente de 13 años fue asesinado de un tiro en la cabeza por cuatro delincuentes que confundieron la camioneta en la que iba junto a su padre con la de un productor de seguros al que acababan de robarle en Rafael Castillo, La Matanza. El hecho ocurrió el miércoles a la noche y ayer a la tarde, un grupo de jóvenes incendió dos patrulleros y provocó destrozos en la comisaría de la zona. El productor de seguros asaltado dijo que reconoció a uno de los asaltantes como “personal policial” y que éste tenía un handy con la “frecuencia” de la fuerza.

El homicidio ocurrió en la noche del miércoles alrededor de las 20, en la esquina de Comandante Granville y Albarracín, de Los Pinos, donde la víctima pasaba con su padre rumbo al club 12 de Octubre, de Isidro Casanova, en el que jugaba.

La situación había comenzado poco antes, cuando los cuatro asaltantes armados estacionaron un Citroën C4 negro en el que iban frente a la puerta de una vivienda. Se trataba la casa de un hombre que dirige una productora de seguros en una oficina adyacente. Los delincuentes aparentemente contaban con el dato de que ese día había mucho dinero guardado en el comercio, por lo que esperaron a que un albañil que trabajaba en la casa saliera y dejara la puerta abierta para irrumpir en la propiedad sin que éste lo advirtiera.

Una vez adentro, caminaron hasta la oficina de la compañía de seguros, sorprendieron al hombre y a su empleada y, bajo la amenaza de dispararles, les ordenaron que abrieran la caja y les dieran la recaudación. Momentos después de haber ingresado, los ladrones salieron nuevamente a la calle con una suma que, según dijo la víctima a las autoridades, ascendía a los 160.000 pesos, además de otros objetos de valor que encontraron a su paso.

Con el botín en sus manos, los ladrones salieron de la propiedad, cargaron todo en el Citroën en el que habían llegado y lo pusieron en marcha con la intención de escapar, aunque inicialmente equivocaron el camino y giraron en una calle sin salida. Transitaron 200 metros y retomaron el trayecto hacia la compañía de seguros, donde se toparon de frente con una camioneta Chevrolet Meriva idéntica a la que sabían que conducía el productor que acababan de asaltar.

Por eso, la sospecha de los investigadores es que los ladrones creyeron que el hombre había salido a perseguirlos y uno de ellos extrajo una pistola y disparó en su dirección, para luego continuar el escape.

Sin embargo, se trataba de una camioneta distinta, en la que viajaba un hombre llamado Gabriel Torres junto con su hijo Franco. “Sacó el arma y disparó, me di vuelta, digo ‘Franco’, se cae y empezó a largar sangre, ya estaba muerto. Le salían chorros de sangre por todos lados”, dijo Torres y agregó que antes del disparo alcanzó a escuchar que los ladrones gritaban “ahí está, ahí está”, presuntamente en referencia al productor de seguros al que acababan de robarle.

Franco murió en el acto, mientras que el vehículo de los asaltantes fue más tarde hallado por la policía abandonado a unas 15 cuadras del lugar.

Ayer a la tarde, un grupo de jóvenes incendió dos patrulleros y provocó destrozos en la comisaría cercana al lugar de los hechos. Los incidentes se produjeron en la seccional del barrio Los Pinos, adonde llegó una camioneta F-100 de la que descendieron unos diez muchachos con la intención de reclamar justicia por el crimen de Franco. Estos jóvenes, algunos de ellos vestidos con buzos con capucha que cubrían sus rostros, primero apalearon un patrullero estacionado frente a la comisaría al que luego prendieron fuego.

Mientras otro grupo de manifestantes pegaba afiches en las paredes del frente de la sede policial, los más exaltados comenzaron a apedrear un auto secuestrado frente a la comisaría y también una ventana a la que le rompieron los vidrios e incendiaron la persiana. Durante los incidentes, el personal policial no intervino. Los jóvenes incendiaron otro patrullero estacionado en la calle.

El productor de seguros asaltado contó también ayer que reconoció a uno de los asaltantes como “personal policial” y que éste tenía un handy con la “frecuencia” de la fuerza. “Yo a uno de ellos (por los delincuentes) lo identifico como que lo conozco (...) Lo conozco como personal policial. Tenía un handy policial con frecuencia policial también. Y lo identifico porque yo fui policía”, relató.

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La seccional de barrio Los Pinos fue atacada por desconocidos que llegaron en una F-100.
Imagen: Télam
 
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