Una joven de 20 años permanecía anoche con consigna policial en el Hospital Sanguinetti de Pilar, después de que el médico ginecólogo que la atendió presentó una denuncia ante la policía, aunque en forma velada ya que en la presentación no figura delito, lo que hace absurda la consigna. Detrás de la formalidad velada, de todas maneras, se traslucían otras intenciones: “¿dónde dejaste el feto? van a allanar tu casa para buscarlo”, la amedrentaban preguntándole mientras la joven permanecía con consigna policial. La ruptura del secreto profesional, es decir, revelar la historia clínica más allá de la relación médico-paciente, figura entre los motivos advertidos por la ministra de Salud bonaerense, Zulma Ortiz, una semana antes, que pueden derivar en sanciones administrativas y presentaciones penales y civiles contra el médico infractor. El secretario de Salud de Pilar, el pediatra Carlos Kambourian, a tono con el abstracto del ginecólogo, dijo a Página/12, que el médico no había violado el secreto profesional, que sólo había pedido la intervención policial, aunque el motivo se diluía en una serie de respuestas placebo. Quedó claro que el efecto de la consigna policial fue reforzar la custodia de la moral.

Como ocurrió con Belén, en Tucumán, Carla, un seudónimo con el que se la conoció para proteger su identidad, llegó a la guardia del hospital Sanguinetti con fuertes dolores abdominales. El médico que la atendió, Christian P.Pesce, figura en el Sanguinetti como médico cirujano con especialidad en Tocoginecología. Tiene un CV extendido en su preocupación por la salud pública: también figura como jefe del servicio de Ginecología del Hospital Militar de Campo de Mayo.

Según denunció Sabrina Cartabia Groba, abogada de la Red de Mujeres, Carla “llegó con una emergencia gineco-obstétrica. Fue atendida por el médico Christian Pesce. La revisó, y después de que le sacaron la placenta le empezaron a preguntar en forma amenazadora dónde dejaste el feto, dónde dejaste el feto”.

El médico, terminada la intervención, inició una denuncia bajo la forma de una acción laxa de información a la policía para que actúe como corresponda. Es decir, no presentó denuncia sino que llenó un formulario que lleva el título de “Hospital de Pilar - Intervención Policial” y que es utilizado para cumplir la actuación policial de oficio en ocasión de un choque con heridas, incluso guarda una línea para describir si se realizó el control de alcoholemia.

El renglón correspondiente a “Lugar del accidente”, se agregó “domicilio” y donde figura “Tipo de accidente”, anotaron “parto domiciliario (sin feto)”, sin utilizar la palabra aborto, para evitar el escrache de las organizaciones feministas que, como ocurrió en Tucumán, terminaron cargando de una muy fuerte presión de organismos nacionales e internacionales a los médicos y jueces actuantes.

Donde el formulario pide “Descripción de las lesiones”, la letra manuscrita no deja demasiada claridad pero se puede leer parte del diagnóstico: “útero perforado (...) desgarro en horquilla vulvar”. Más abajo aparece la firma de Christian P.Pesce, con su sello de médico cirujano especialista en Tocoginecología, y a su lado la firma ilegible de alguien que se supone policía.

En todo el formulario, lo que revela la violación del secreto profesional del médico es que en la cabeza del formulario figura el nombre y apellido de la paciente y su domicilio, que queda en un acta policial, por fuera de cualquier historia clínica privada.

La joven quedó internada en el hospital con la presencia de una consigna policial sin sentido, ya que no había sido dispuesta por orden judicial.

Durante la mañana de ayer, se presentaron a apoyar a Carla organizaciones como la Red de Mujeres y la Red de Defensoría de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir; Defensoría de Género, Campaña contra la violencia hacia las mujeres; Campaña Nacional por el Aborto Legal y Socorristas en red. También, organizaciones políticas como el Frente de mujeres del Movimiento Evita; La Cámpora Pilar; el Frente Darío Santillán, además de la diputada provincial Lucía Portos.

Durante la tarde, las organizaciones se reunieron con la titular de la Dirección de Violencia de Género, Luciana Ruiz, a quien reclamaron medidas para evitar que se produjeran situaciones como la que le tocó vivir a Carla.

Las organizaciones demandaron respuesta al secretario de Salud de Pilar, Carlos Kambourian. Página/12 logró realizarle una muy breve pero no menos sorprendente entrevista telefónica a quien había asegurado que al término de su gestión “va a haber un sistema de salud modelo”. Se olvidó de la mitad de su padrón.

Kambourian aseguró estar enterado de que “una mujer se encuentra con consigna policial”. Cuando este cronista le preguntó por la causa respondió que “no le puedo revelar para no violar el secreto profesional”, y aseguró que cuando se le diera el alta se podría retirar a su casa.

–El secreto ya fue violado cuando presentó la denuncia.

–Está en un error. El médico no hizo una denuncia. Es muy irresponsable largar una noticia sin saber de qué se habla. Es un procedimiento habitual, muchas veces tenemos pacientes con consigna policial.

–¿Ustedes recibieron el instructivo de la ministra de Salud?

–Por supuesto, siempre recibimos instructivos.

Anoche, Carla seguía internada en el Sanguinetti con la consigna policial para nada que no fuera amedrentarla, presionada para que dijera dónde había “dejado el feto”, y amenazada con la muletilla de “van a allanar tu casa”. Su intimidad violada al salir de la privacidad de la historia clínica sin otro motivo que el “habitual” procedimiento policial en caso de accidente. De aborto, ni hablar. El temor a las repercusiones de otra Belén tiene su peso.