SOCIEDAD › INVESTIGAN SI TORTURARON A MENORES EN LA SECCIONAL QUE SE INCENDIO

El infierno existe y está en Quilmes

Ya son tres los muertos tras el incendio en la 1ª de Quilmes. Nueve policías son investigados por torturas a los chicos presos.

 Por Mariana Carbajal

El incendio en un calabozo de la comisaría 1ª de Quilmes donde estaban alojados indebidamente menores de edad derivó en un escándalo. La Justicia investiga si los adolescentes fueron torturados antes y después del siniestro. Ya hay nueve policías de la seccional –entre ellos una mujer embarazada– imputados del delito de apremios ilegales. En las últimas horas falleció otro de los menores con quemaduras y afecciones respiratorias, con lo cual se elevan a tres las víctimas fatales. Tenía 15 años y llevaba apenas un día en el lugar. Otros cuatro menores permanecen internados en estado delicado. Todavía no está claro el origen de las llamas y hay sospechas de que podrían haber sido alimentadas con combustible arrojado por los mismos uniformados. Anoche, el Ministerio de Seguridad bonaerense informó que pasó a disponibilidad preventiva a los 9 agentes acusados y a cuatro más, entre ellos el comisario a cargo de la seccional.
“La mayor parte de estos pibes estaban esperando ser trasladados a lugares adecuados para menores y por falta de decisión del gobierno bonaerense seguían ahí”, denunció a este diario el abogado Rodolfo Yanzón, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, que se presentó como querellante en la causa. El incendio se produjo en la noche del miércoles en una celda de la comisaría 1ª de Quilmes donde había diez menores. Otros siete adolescentes estaban alojados en un calabozo lindero. El fiscal Andrés Federico Nieva Woodgate, que interviene en la causa, tomó declaración a los sobrevivientes. Los menores hicieron relatos coincidentes y escalofriantes de esa jornada: afirmaron que fueron golpeados ferozmente antes del incendio y también después. Incluso, dijeron que recibieron azotes con un palo de goma aquellos que tenían la carne viva por las quemaduras sufridas minutos antes. También señalaron que no les abrieron la puerta de la celda rápidamente y que sólo un agente, que estaba de guardia, intentó liberarlos inmediatamente, sufriendo quemaduras en sus manos.
Los menores declararon que no saben cómo se inició el fuego. Los policías acusaron a dos de los menores de provocarlo al prender un colchón. Del expediente judicial surge que el fuego no fue consecuencia de un motín, tal como informó Página/12 en su edición del sábado. “Hay muchos puntos oscuros: tanto los policías como los menores describen que hubo llamas que llegaban hasta el techo. La quema de un colchón provoca humo tóxico pero no llamas tan grandes. Da la sensación de que se tiró combustible”, señaló el abogado Yanzón. Página/12 consultó a un especialista en defensa civil que confirmó que un colchón encendido no causa llamaradas de magnitud. Es llamativo también otro dato: los Bomberos de Quilmes registraron un pedido de auxilio de la comisaría a las 22.30. Llegaron al lugar cuatro minutos después y el fuego ya estaba apagado, según relató el oficial de turno a este diario. Con lo cual se estima que la policía habría dado el alerta bastante tiempo después de iniciado el siniestro, ya que resulta dudoso que lo hubieran podido apagar en menos de cinco minutos.
El relato de los sobrevivientes no es la única prueba contra los uniformados. Los siete menores que estaban alojados en el calabozo que no se incendió fueron revisados el jueves por un médico de la Subsecretaría del Menor, antes de ser derivados a otros destinos. El profesional constató que tenían moretones. En consecuencia, fueron interrogados por funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia: “La mayoría refirió que fueron golpeados después del incendio”, precisó a este diario Cristina Tabolaro, subsecretaria de Minoridad, de quien dependen los institutos de menores. Un informe con sus testimonios ya fue elevado a la Justicia.
El caso derivó en dos causas: una investiga los presuntos apremios ilegales y la otra, el incendio. Ambas tramitan en el juzgado de Garantías Nº 3 de Quilmes. El lunes falleció el tercer menor afectado por quemaduras y afecciones respiratorias como consecuencia del incendio. Murió en una clínica de Lomas del Mirador. “Tenía 15 años y llevaba un día detenido en la comisaría”, señaló Tabolaro. Las otras dos víctimas fatales tenían 16 y 17 años. El primero, Diego Maldonado, “estaba hacía 25 días en la comisaría a la espera de una vacante en una clínica de rehabilitación para adicciones”, denunció a Página/12 Tamara, una de sus hermanas. Las causas de su fallecimiento son dudosas. “Según testigos, salió caminando del calabozo y luego fue golpeado. La primera autopsia dice que murió por asfixia cinco horas después de que saliera de la celda por sus propios medios. Hoy (por ayer) se le efectuó una segunda autopsia en La Plata”, informó la abogada Cintia Maldonado, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. La familia de Diego es de la Villa Itatí, localidad de Don Bosco. Hoy velarán su cuerpo en el barrio a partir de las 9.
Hasta ayer había otros cuatro adolescentes internados en distintos centros de salud de la provincia en estado crítico y con pronóstico reservado, informó Tabolaro. La funcionaria, que depende del ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, precisó que hasta ayer al mediodía había 320 menores indebidamente alojados en comisarías (241 en el conurbano y 79 en el interior) y anunció que el gobernador Felipe Solá acaba de firmar un decreto para construir centros de recepción de menores y de alojamiento en distintos lugares de la provincia. “Coincidimos en que una comisaría es un lugar donde no deben estar, pero de ninguna manera puede convertirse en un lugar peligroso para los menores”, observó la funcionaria. Tabolaro respondió que la presencia de adolescentes en seccionales responde a “distintas causas”: “Por un lado, no hay vacantes suficientes en institutos de menores, pero también hay una gran cantidad de derivaciones de parte jueces de menores que no plantean alternativas al encierro en lugares enrejados. Otros chicos están ahí porque están recién detenidos y todavía ni siquiera nos han requerido su derivación. En esa situación había varios menores de la comisaría de Quilmes”.

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Tamara contó que su hermano, uno de los chicos muertos, no debía estar ese día en la comisaría.
 
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