SOCIEDAD › UN ESPECIALISTA ARGENTINO EN BIOETICA DICE QUE ES “UN DESATINO MORAL”

“Hay que ponerle un límite a la ciencia”

 Por Mariana Carbajal

“Hacer esta ingeniería de Frankenstein es contrario al género humano”, opinó el médico Carlos Gherardi, director del Comité de Bioética del Hospital de Clínicas y miembro del mismo órgano de la Asociación de Terapia Intensiva, al analizar el caso de la pequeña Ashley X. En un reportaje con Página/12, Gherardi reconoció estar shockeado por esa historia y consideró que debe ponerse un freno a la ciencia y a la tecnología para evitar situaciones semejantes. Además, cuestionó la decisión de los padres de la nena y señaló que aunque no comparte la eutanasia, encuentra “más justificación moral” en quien quiere recurrir a ese procedimiento con un hijo minusválido que en las intervenciones a las que fue sometida Ashley X.

–¿Es ético manipular un cuerpo como se ha hecho con el de Ashley X con el argumento de buscar el bienestar de un hijo?

–La pregunta que yo me hago es si los padres buscan el bienestar de la nena o el de ellos. Tengo que recuperarme de la impresión que me dio leer el abstract del tratamiento aplicado a esta nena, por más que lo haya aprobado un Comité de Bioética. Para mí, la manipulación del organismo de una persona hasta el extremo de frenar el crecimiento es inmoral. Para evitar tener un adulto con trastornos cognitivos y físicos quieren inmortalizar a esta niña en su pequeñez con tecnología, con drogas, con operaciones. No estoy de acuerdo con la eutanasia como se la concibe en Holanda, que consiste en administrar un tóxico a una persona para matarla por propia voluntad o la de sus padres, en el caso de menores de edad. Pero encuentro más justificación moral en quien quiere hacer eso, que en este tratamiento. Es un acto contrario a la naturaleza humana: si la Medicina hace posible esto, estamos perdidos.

–¿Se puede decir que es un caso de eugenesia?

–No sería literalmente eugenesia porque “eu” quiere decir normal. Pero, de alguna manera es hacer eugenesia porque están tratando de adaptar el cuerpo físico de una persona a la conveniencia de la sociedad. El trabajo científico de los médicos que atienden a la nena, publicado en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, dice que este tratamiento permite que esté con los padres. No es una opción ética. Es un desatino moral grave.

–Se sabe que hay cientos de chicos con discapacidades graves que son abandonados por sus padres en instituciones que hacen las veces de depósitos humanos. En ese contexto, ¿la decisión de los padres de Ashley podría ser una alternativa válida?

–Una alternativa válida de los padres si tienen miedo de que les pase esto con un hijo discapacitado es hacer un diagnóstico genético prenatal y recurrir a la opción eugenésica de un aborto por malformación. Aunque yo no comparta esta alternativa, tiene una razonabilidad moral mayor a lo que han propiciado los padres de esta nena. Yo tengo un gran respeto por la decisión que tome la gente: frente a un caso de una persona en estado vegetativo, respeto que alguien tome la decisión de sacar el respirador o dejarlo, pero empezar a hacer esta ingeniería de Frankenstein es contrario al género humano.

–¿Qué papel juega el Comité de Bioética que autorizó el tratamiento de Ashley X?

–La opinión de un comité de bioética no es decisiva. Es una opinión que puede ser tomada o no. De todas formas, me preocupa que un comité de bioética haya dado su aprobación: significa que muchos de sus miembros –que no son todos médicos– piensan que es una opción posible. Tal vez se está iniciando el camino que nos sugiere el científico norteamericano Ray Kurzweil, que sostiene que lo que viene es la fusión del hombre con la tecnología. Si no se pone freno a la tecnología y a la ciencia, a los que pretenden que todo los que es posible debe o puede hacerse, puede ser el final del género humano.

–¿Cuál es el límite?

–Esto pasó en la física cuando se inventó la bomba atómica. Ahora pasa en la medicina. En cuanto la ciencia se deja de pensar como una herramienta, suceden cosas como la de esta nena. Es una confusión entre medios y fines, es un problema verdaderamente filosófico: están tratando de confundir los medios con los fines.

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