SOCIEDAD › LA TOMA DE REHENES “PASIONAL” DURO CATORCE HORAS

“Un hombre loco de amor”

A la madrugada de ayer, la policía liberó a las nueve rehenes que quedaban en el prostíbulo y detuvo a los dos captores. La Justicia confirmó que se trató de un problema sentimental.

 Por Carlos Rodríguez

Los expertos de la Policía Federal dijeron no recordar una toma de rehenes tan prolongada ni tan dramática –con once personas retenidas, nueve de ellas mujeres–, en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. La tensión se prolongó entre las dos de la tarde del jueves y las cuatro de la mañana de ayer, durante 14 horas, en el tercer piso del edificio de Montevideo 497, en la esquina con Lavalle, donde funcionaba un prostíbulo VIP: “Exquisito”, le llamaban. Tal como dijo Página/12 en su edición de ayer, no se trató de un intento de robo –de un caso de “inseguridad” como se dijo al principio–, sino de un drama pasional al que, por suerte, le faltó la dosis de sangre habitual en esos casos. Todos salieron ilesos. “Eran dos hombres, uno de 30 y el otro menor de edad. El mayor estaba loco de amor por una de las pupilas, una chica a la que llaman Yanina. El hombre quería que dejara la prostitución. Por eso entró en el departamento y se quiso llevar a la joven”, explicó a este diario una fuente vinculada con la investigación. El loco de amor resultó ser Pedro Javier Blanco, de 30 años, quien había recuperado la libertad hacía seis meses, luego de pagar una condena a once años de cárcel.

“Hubo que sacarlo atado, con un chaleco de fuerza, en una camilla. Parecía un matambre, pero no había cómo pararlo. Estaba muy mal, como si hubiera bebido o se hubiera tomado alguna pastilla. Por suerte no hubo balas de plomo, ni muertos ni heridos”, insistió el vocero. Los dos, Blanco y el joven que lo acompañaba, fueron retirados del lugar a las cuatro de la madrugada y llevados al Hospital Ramos Mejía, donde quedaron internados, en observación y con guardia policial. “Uno de los detenidos estaba pasando por una situación emocional complicada”, corroboró el juez de Instrucción porteño Juan María Ramos Padilla, quien permaneció en el lugar de los hechos hasta que salieron, sanas y salvas, las trece personas que estaban encerradas en el departamento, incluyendo los dos detenidos, quienes recién hoy serán indagados por el magistrado.

“Yo suelo ser crítico de la policía, pero esta vez quiero destacar la profesionalidad extraordinaria de la Policía Federal. Se vivieron momentos de tensión, pero tuvimos un mediador excelente y el GEOF (Grupo Especial de Operaciones Federales) se manejó con mucha prudencia, con mucho cuidado”, dijo el juez Ramos Padilla. En la charla con los periodistas, cerca de las cinco de la mañana de ayer, se hizo una comparación, por contraste, con lo ocurrido el 27 de junio pasado, en el Barrio Parque, en Palermo, cuando se atrincheró en su casa el abogado Gabriel Novaro. En ese caso, la gente del GEOF tiró con balas de plomo e hirió de gravedad al dueño de casa, que estaba armado, pero solo y sin posibilidad de sostener una resistencia prolongada.

Ayer, en cambio, aunque los dos hombres estaban armados, con un cuchillo y con una pistola 9 milímetros –tal vez por la presencia de once rehenes en peligro– hubo mucha cautela por parte del cuerpo de elite de la Policía Federal. “A veces se pueden resolver las cosas sin plomo y ahora quedó demostrado. Es un mensaje muy importante, ya que se preservó a los rehenes, se aplicó la ley, están todos detenidos y no hubo sangre”, destacó el juez Ramos Padilla. “Hoy están las cosas donde tienen que estar. Las personas están detenidas, las rehenes fueron contenidas psicológicamente y médicamente, y ahora viene la investigación penal”, insistió el magistrado en su diálogo con los periodistas.

Cerca de las ocho de la noche del jueves, Blanco y su compañero habían dejado en libertad a tres de los rehenes, dos hombres y una mujer, pero retuvieron a ocho de las chicas que trabajaban en el prostíbulo, entre ellas a Yanina. “El hombre estaba profundamente enamorado de ella, de manera que todo indica que fue un caso pasional”, dijo a este diario una fuente de la investigación. La tensión se mantuvo hasta las cuatro de la mañana y Blanco, que era el más exaltado, ni siquiera escuchó los ruegos de dos familiares suyos que llegaron hasta la esquina de Lavalle y Montevideo y le pedían desde la calle que se entregara.

Cerca de las cuatro de la madrugada, los hombres del GEOF entraron al departamento. “Primero arrojaron un proyectil acústico y lumínico, con el único fin de desorientar” a los dos hombres. Después, según la información policial, se hicieron disparos “con postas de goma, sin producir heridas”, insistieron los voceros de la fuerza. Luego se informó que Blanco había sido condenado a once años de prisión por homicidio y tentativa de robo calificado. Ingresó al penal de Olmos en septiembre de 1997 y recuperó su libertad hace seis meses, el 12 de enero pasado. El chico que lo acompañaba no tenía antecedentes penales. Al parecer, los dos hombres sólo querían llevarse a Yanina. La toma de rehenes se hizo porque un vecino los vio entrar con violencia al sauna y llamó a la policía, que rodeó la manzana en pocos minutos.

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La policía entró a la fuerza al prostíbulo de la calle Montevideo al 400 a las 4 de la madrugada.
 
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