- “La tan mentada neutralidad religiosa del Estado en el ámbito educativo, el célebre laicismo escolar, no es compatible con la imposición de una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo.” Además, “otorga carta de ciudadanía a la homosexualidad y sus variantes. Es este otro propósito recurrente en el documento”.

- (El material) “por su tenor parece otra imposición totalitaria del Estado, ya que en ninguna de sus propuestas toma en cuenta la libertad de conciencia, tanto de los alumnos como de sus padres, garantizada por la Constitución y la misma Ley de Educación Nacional”.

- El “programa” del ministerio procura “excluir la autoridad de los padres y los derechos y deberes que brotan de la patria potestad”, lo que no puede ser considerado sino “una verdadera subversión del orden jurídico”.

- Parece entender la educación sexual en tanto “reivindicación del derecho a fornicar lo más temprano posible, y sin olvidar el condón”.

- Refiere el derecho al sexo como un derecho humano, pero no lo vincula con “el amor, la responsabilidad, el matrimonio y familia como proyecto de vida”.

En 2007, cuando se trabajaban los consensos sobre los lineamientos curriculares que finalmente aprobaría el Consejo Federal de Educación en 2008, la Conferencia Episcopal Argentina presentó su propia guía de “educación para el amor”: a los 6 años, los alumnos aprenderían los principios religiosos de la persona humana y la familia; a los 12, la diferencia entre “el impulso sexual, el instinto sexual y la tendencia al amor”, para no caer en la “confusión entre placer y felicidad”. A los 13, aprenderían sobre “desviaciones sexuales”; a los 14, sobre paternidad responsable y métodos naturales de planificación familiar. A los 15, sería momento del “noviazgo digno y feliz”, el “significado y valor de la virginidad”, la homosexualidad, y el sida, y los “peligros de los métodos anticonceptivos y el aborto”. Los “matrimonios a prueba” (con el divorcio en ciernes) recién serían tema para alumnos de 17 años.