SOCIEDAD › LA EXPERIENCIA EN GRAN BRETAÑA

Hacia un mundo diferente

Por Sarah Boseley *
Desde Londres

Un especialista en fertilidad considera que estamos en las puertas de un mundo en el que las mujeres podrán combinar una carrera exitosa con una maternidad madura, luego del nacimiento reciente de una beba, hija de una mujer cuyos óvulos habían sido extraídos y congelados hasta que ella los necesitó para concebir.
El congelamiento de óvulos, dijo el Dr. Gillian Lockwood de los Servicios de Fertilidad de Midland, al norte de Birmingham, Inglaterra, “puede llegar a ser el último tipo de planeamiento familiar”.
El exitoso nacimiento de Emily Perry, ahora de cuatro meses, es una piedra fundamental en el camino al congelamiento de óvulos de rutina en una mujer que está en su segunda década de vida, de modo tal que pueda revertir el reloj biológico y tener bebés cuando le resulte oportuno.
Helen Perry, la mamá de Emily, no era una mujer de negocios de alto nivel que había dejado los hijos para más tarde, dijo el doctor Lockwood, pero ésas son las candidatas para esta tecnología en el futuro. “La tecnología funcionará bien para la generación Bridget Jones (una alusión al libro que lleva ese nombre) que quieran congelar sus óvulos para mantener las opciones de reproducción abiertas”.
“Una vez que se entiendan las ventajas médicas de que una mujer de más de cuarenta años pueda lograr el embarazo con sus propios óvulos, sin el riesgo de un aborto espontáneo o de malformaciones, se entenderá que esas ventajas tienen mucho más peso que la posible desventaja de encarar una manera un poco artificial de concebir un bebé”.
El uso de óvulos congelados no era lo que lo que Lee y Helen Perry habían pensado originalmente. Ellos no podían concebir naturalmente, pero cuando a la señora Perry le dieron drogas de estimulación, sus ovarios sobrerreaccionaron. La pareja sólo había querido que dos óvulos fueran fertilizados e implantados, por sus convicciones religiosas, ya que como testigos de Jehová se oponían a la creación de embriones que podían no usarse. El procedimiento no podía realizarse hasta que ella se hubiera recuperado de la sobreproducción provocada por las drogas, de modo que los óvulos fueron congelados. La clínica usó una nueva técnica que involucraba el desarrollo de un “anticongelante” para proteger los óvulos cuando fueran descongelados.
El doctor Lockwood explicó que luego de un par de meses, cinco de los óvulos de la señora Perry fueron sacados del freezer y cuatro sobrevivieron al descongelamiento. El primer intento fracasó, pero en la segunda oportunidad, la mujer quedó embarazada de Emily.
Emily fue la segunda bebe nacida en Gran Bretaña de un óvulo congelado, pero la primera en que el óvulo fue tomado de la futura madre. En el caso anterior, el óvulo congelado era de una donante.
“Estábamos emocionados en la medida en que nos dábamos cuenta de que las mujeres jóvenes que están por recibir tratamientos para un cáncer podrían pensar en forma realista en sacarse óvulos y un día ser madres de sus propios bebés”, concluyó Lockwood.
* De The Guardian. Especial para Página/12.

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