SOCIEDAD › LLOVIERON CRíTICAS SOBRE UN JUEZ POR LIBERAR A OTRO FALSO VIOLADOR

Vecinos ofuscados y los medios a todo bombo

La polémica sobre el rol de la Justicia en los casos de abuso sexual estalló ayer en torno de la liberación del acusado de una supuesta violación que no fue tal. Es que la decisión del juez Javier Feliciano Ríos, de no encarcelar a un hombre acusado de abuso sexual simple, generó la ofuscación no sólo de la mujer que lo denunció y de su familia, sino de los vecinos del barrio de Núñez, donde ambos viven, y hasta incluso del ministro de Justicia nacional, Aníbal Fernández, que calificó de “incomprensible” la decisión del juez. La víctima, una chica de 20 años, acudió a la comisaría 35ª de la Policía Federal para denunciar al “supuesto violador” por haberla manoseado en la calle.

Mientras caminaba hacia su trabajo, en la intersección de Campos Salle y Cuba, en el barrio porteño de Núñez, el sábado a la mañana, María Eugenia notó que la seguía un hombre “bastante borracho”. Nadie más había en la calle, más que ellos dos. “Crucé de vereda para evitarlo, me siguió, crucé de nuevo, me volvió a seguir y en la esquina de la comisaría se me abalanzó, dijo que se iba a caer, se me abalanzó y me empezó a tocar. Yo salí corriendo, fue un instante”, relató la chica ayer a la mañana, ante los medios de comunicación.

A las horas, y tras relatar el hecho a sus padres, la chica denunció el hecho en la comisaría 35ª, ubicada a pocos metros del lugar donde sucedió todo. Su descripción bastó para que, bajo órdenes del juez Ríos y con la intervención del fiscal José María Campagnoli, efectivos de esa seccional detuvieran al atacante, que se encontraba en su domicilio, un departamento que alquilaba a su empleador, el dueño de un restaurante de la zona.

Sin embargo, la polémica estalló cuando se supo que, por orden del mismo juez, el hombre fue rápidamente liberado. Aunque sigue bajo proceso por abuso simple, el acusado fue excarcelado “por carecer de antecedentes penales, posee domicilio y trabajo fijos y el delito que se le imputa permite que permanezca en libertad”, confirmaron fuentes cercanas a la investigación. Aún no fue indagado ni sometido a rueda de reconocimiento. Ante los micrófonos, María Eugenia aseguró tener “mucho miedo” y se mostró indignada: “Creo que no hay palabras, una persona que hace algo así, por más que no llegue al hecho de una violación, es una persona que no merece estar en la calle, no sabés lo que puede llegar a hacer”, sostuvo.

Los medios también lograron localizar al acusado. Se llama Rolando, es peruano, y remarcó que no hizo “nada”. Aseguró que recuerda todo lo sucedido la mañana del sábado y ofreció su versión: “Ella se me cruzó; caminaba como ella, que también estaba en la misma vereda. Yo paso y me abalancé nomás. Iba rápido”, comentó. Luego admitió que estaba ebrio y explicó que la noche anterior había estado con un grupo de alrededor de siete personas, entre las que tomaron “10 u 11 cervezas”. Dijo, además, no tener “nada que temer” y estar “tranquilo”. “No hice nada. Ni siquiera la toqué”, recalcó, tras admitir que le gustaría hablar con su denunciante “para que me diga por qué” lo acusó.

Según la pesquisa, el hombre manoseó a la joven en la zona de las nalgas, tras lo cual la víctima lo denunció. Usualmente, la figura usada para estos casos es “tocamiento inverecundo”, pero el magistrado lo procesó por abuso sexual simple. La polvareda que levantó la determinación judicial llegó a sembrar la duda respecto de si Rolando podría o no tener que ver con las reiteradas denuncias por violaciones realizadas en la zona. Y fue demasiado. Fuentes judiciales añadieron que la chica se acercó al juzgado para disculparse con el magistrado por la arremetida mediática en su contra y le solicitó que desmintiera la versión que circula de que lo que le ocurrió fue un intento de violación.

No obstante, la bola de declaraciones continuó. El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, también fue alcanzado por el micrófono mediático ante el que consideró “incomprensible” la libertad otorgada al acusado por la Justicia. “No estoy de acuerdo, estoy como loco, porque hay quienes suponen que el delito del abuso, de la violación, es un delito menor y yo siempre he tomado en esto una posición absolutamente dura, me parece que un delito contra la honra, el honor de la mujer, debería ser tenido en cuenta”, remarcó.

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