SOCIEDAD › POR EL DíA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

Una marcha para decir basta

Unas treinta organizaciones feministas, políticas y sociales unieron el Congreso con la Plaza de Mayo en reclamo de políticas y presupuesto para enfrentar el fenómeno de la violencia machista. También exigieron justicia para las víctimas.

 Por Carlos Rodríguez

Con una marcha multitudinaria, cerca de treinta organizaciones feministas, políticas y sociales recordaron ayer el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. El pedido central “al gobierno saliente y al entrante” fue la “declaración de la emergencia nacional” por violencia de género y “presupuesto ya” para la plena aplicación de la Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres. Centenares de banderas, pancartas y remeras recordaron a mujeres víctimas de la violencia machista; al mismo tiempo se precisó que en los primeros diez meses del año en curso se produjeron, por lo menos, 233 femicidios.

La marcha se hizo desde el Congreso a la Plaza de Mayo, donde se hizo un acto durante el cual se leyó un documento conjunto en uno de cuyos párrafos se señaló: “Basta de justicia patriarcal, clasista, sexista y xenófoba”. Desde el escenario montado al lado de la Pirámide de Mayo se reclamó la libertad de Reyna Maraz, la mujer boliviana que sólo habla en quechua y que fue condenada a cadena perpetua por la muerte de su marido golpeador, sin entender siquiera el fundamento de la acusación. Al mismo tiempo se pidió justicia para la dirigente trans Diana Sacayán, colaboradora del suplemento Soy de Página/12, quien fue asesinada en octubre de este año en un hecho que todavía no fue esclarecido.

Las demandas plantearon también una advertencia hacia el presidente electo Mauricio Macri, porque se le dijo “no al ajuste”, a la vez que se reclamó “trabajo genuino y salario igual a la canasta familiar”, se rechazó “la precarización laboral y de la vida de las mujeres”. En el plano internacional, se condenaron “los bombardeos imperialistas” después de los atentados en Francia, a la vez que se le dijo “no al ISIS” y se expresó la solidaridad con “las mujeres kurdas que vienen de derrotar a ISIS en Kobane”, en referencia al grupo de “guerreras” que han resistido el intento de invasión de los jihadistas del Estado Islámico.

El Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres se instituyó en homenaje a las hermanas María Teresa, Patria y Minerva Mirabal, asesinadas en los años sesenta en la República Dominicana por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En la Argentina, además de la manifestación en la ciudad de Buenos Aires, se hicieron actos similares en la plaza Moreno, de La Plata; en San Martín y San Juan de Rosario, y en Colón y Cañada, en Córdoba, entre otros lugares.

Las organizaciones reclamaron “refugios para todas las mujeres en situación de violencia, asistencia médica, psicológica y legal gratuitas, trabajo genuino y acceso a la vivienda para las mujeres en situación de vulnerabilidad”. Entre otras organizaciones, se hicieron presentes militantes de Ademys, Cob La Brecha, Frente Popular Darío Santillán, Pan y Rosas, AGD UBA, La Marcha de las Putas, Suteba, y grupos feministas del Partido Obrero, el MAS, el PTS y otros.

Un grupo integrado por unas veinte personas, entre hombres y mujeres, vestidos de rojo y con antifaz, recordaron en silencio a personas desaparecidas en democracia. Lo hicieron en silencio, sin consignas ni discursos. Entre las banderas se destacaron varias que reclamaban justicia para mujeres víctimas de femicidio.

Uno de esos casos fue el de Bárbara Carolina Toledo, de 20 años, asesinada por su pareja, Lucas Daniel Liveratori, el 14 de marzo de este año. Roxana, la mamá de Bárbara, participó de la marcha llevando en brazos a Sofía, de 2 años, su nieta, hija de la joven asesinada. “Al principio Lucas, pareja de mi hija, quiso hacer pasar el hecho como un accidente doméstico, porque a ella la encontraron tirada en el piso, al lado de una mesa que se había volcado hacia un costado.” Ante las dudas, se hizo una investigación que determinó que había muerto por los golpes recibidos y por asfixia. Liveratori está preso y ahora están a la espera del juicio.

Uno de los cánticos más escuchados decía: “Este sistema protege a los violentos y cambia femicidio por crimen pasional”. Muchos grupos pequeños, perdidos entre las grandes columnas de los partidos de izquierda, se destacaron por sus nombres y sus mensajes: “Insurrectas, mujeres por la liberación”, “Justicia para Diana Sacayán” o “El machismo mata”, entre una multitud de banderas, pancartas y consignas.

Hubo pedidos por el “levantamiento de las redes de trata y explotación sexual, por el fin de la represión” contra las manifestaciones populares, reclamo en el que se hizo una mención especial a lo ocurrido en Mar del Plata, en la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres, el 12 de octubre pasado”. El sentimiento general, expresado en el cierre del acto, desde el escenario montado en la Plaza de Mayo, fue el de motorizar “un gran movimiento de mujeres de lucha en las calles, independiente de los gobiernos de turno”.

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“Basta de justicia patriarcal, clasista, sexista y xenófoba”, se dijo en el documento.
Imagen: Leandro Teysseire
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