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Lunes, 27 de marzo de 2006

TEATRO › “ROMCOM”, POR LA COMPAÑIA INGLESA ROTOZAZA

La incomunicación instantánea

 Por Cecilia Hopkins

Con el auspicio del British Council y la Fundación Szterenfeld, el grupo londinense Rotozaza llegó a Buenos Aires con Romcom, o la distancia a la que puede mantenerse el amor entre dos puntos fijos, experiencia teatral que viene ofreciéndose en Elkafka, de Lambaré 866. Creado y dirigido por Ant Hampton, sobre un texto original de Glen Neath, ambos británicos, el espectáculo gira en torno de una pareja en crisis. Para interpretar los roles que animan esta experiencia fueron convocados ocho actores locales. Así, dos por noche protagonizan una historia de la que ignoran todo detalle. Porque el texto teatral y las acotaciones escénicas, que están grabados en dos cd, serán escuchados por los actores desde sendos auriculares, a medida que se realiza la función. “Mirá a la platea, abrí y cerrá los ojos como si tuvieses un tic nervioso, suspirá profundamente”, son algunas de las indicaciones de escena que reciben. “En cada función, un hombre y una mujer distintos dicen lo que les dicen que digan y hacen lo que les dicen que hagan”, así definen los responsables artísticos esta experimentación teatral. El público no escucha estas directivas y que la obra es interpretada en inglés, con subtítulos en castellano. Los actores convocados son Marina Belatti, Mariano Caligaris, Soledad Galarce, Elena Gowland, Diego Leske, Pablo Messiez, Darío Tangelson y Bárbara Togander.

El grupo tomó el nombre de Rotozaza de una escultura del suizo Jean Tinguely, tal vez para poner de manifiesto su interés por las artes visuales y las performances de corte vanguardista que incluyen acciones en vivo, las que en muchas oportunidades prescinden de todo ensayo previo. Los actores de Romcom ni siquiera conocen quiénes son sus personajes y cuáles son los conflictos que mantienen con su pareja. Ant Hampton –a cargo de la concepción del espectáculo y de la dirección– y Glen Neath, autor del texto, definen en una entrevista con Página/12: “No existe en Romcon la instancia de composición de personaje anterior al montaje, porque el actor va descubriendo la historia al mismo tiempo que el público: una de las motivaciones consiste en presentar a la platea el trabajo del actor, para que valore su tarea de interpretación instantánea, al tiempo que disfruta del resultado.” La pregunta es si ante semejante compromiso ningún actor se sintió tentado a parar el audio o hacer caso omiso a la grabación. Según el director, hasta ahora no sucedió, “pero sí suelen ocurrir pequeños problemas, como que una respuesta llegue antes que la pregunta correspondiente y esto puede ser muy gracioso”. Ocurre especialmente en los primeros minutos del show. Recién una vez que comienzan a entender y dominar la mecánica del espectáculo, se relajan un poco, dejándose modificar por las reacciones de su pareja. La respuesta de los dos artistas al tema de si la práctica escénica intenta elaborar una metáfora en relación a la temática que aborda, es una: “El espectáculo en sí es toda una metáfora, porque el gran problema es el de la incomunicación en las relaciones afectivas. Como ocurre en escena, muchas veces dos personas no pueden escucharse una a otra”.

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Romcom puede verse en Elkafka, Lambaré 866.
 
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