La ciudad de Azul será, desde hoy hasta el domingo 10 y por séptima vez, escenario del multidisciplinario Festival Cervantino. En esta edición, que contará con unas 150 actividades para niños y adultos, la mayoría gratuitas o a bajo costo, participarán entre otros la escritora María Teresa Andruetto, el Chango Spasiuk, el blusero norteamericano Eddy Clearwater, la Babel Orkesta y los artistas plásticos Juan Carlos Cambre y Omar Estela. Se verán piezas teatrales de Santiago Loza, Gabriela Izcovich y del colectivo Libertablas. Entre el itinerario de artes visuales, teatro, danzas, música, fotografía, artesanías, cine, literatura y diseño, también sobresalen la muestra artística-tecnológica Game On!, el arte en juego y el Festival Internacional de Literatura, en cuyo seno se realizará un ciclo de cine a cargo del humorista gráfico Miguel Rep.

No es capricho que la sede se mantenga en esa cabecera del partido bonaerense homónimo, a casi 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires: Azul es una de las dos ciudades cervantinas en la América hispanohablante, rótulo que comparte con la mexicana Guanajuato y que fue otorgado por la Unesco en 2007. ¿A razón de qué? Primordialmente, la imponente colección de Don Quijote de la Mancha, obra magna del español Miguel de Cervantes Saavedra y de la literatura universal, recolectada por el azulino Bartolomé Ronco (1881-1952). Su legado de 300 mil ediciones es el muestrario quijotesco más grande del continente. Pero ésa es ahora una anécdota de ribetes románticos: la prestancia del evento tiene acervo en la participación de la comunidad no sólo en la programación del festival sino en la adopción y reelaboración del Quijote como figura identitaria. De ahí que el postre más famoso de la ciudad se llame “Dulcinea”.

“Ponemos a toda la comunidad en movimiento para realizar este encuentro”, explicó en ese sentido la secretaria de Cultura de Azul, Estela Cerone, durante la presentación del festival, realizada el martes pasado en el Centro Cultural de España en Buenos Aires. “El Estado pone todos los recursos para hacer reales los proyectos colectivos, pensando en lo bueno que es que la gente se reúna. Esto tiene que ver con la autoestima de los pueblos”, amplió. Por su parte, el director del festival, José Bendersky, señaló que desde la organización “no se trabajó con criterios curatoriales, sino que se trató de que la comunidad estuviese involucrada en su propio diseño, aportando propuestas: casi 90 de las 150 actividades surgieron de grupos colectivos, una relación que se va consolidando cada vez más”. En cuanto a la línea estética, ponderó la intención de “mantener la relación entre las propuestas propiamente cervantinas, marcadas por el teatro y la música clásica, y manifestaciones artísticas de distinto cuño”.

* Más información en www.ciudadcervantina.org.ar/festival.