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Viernes, 21 de octubre de 2016

TEATRO › CICLO EL BORDE DE SI MISMO

Un diálogo entre artes

Cada artista convocado seleccionó obras del patrimonio del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y creó una propia, más definida como experiencia que como espectáculo.

 Por María Daniela Yaccar

Con el 60º aniversario del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires como marco y puntapié, se desarrollará la segunda edición de El Borde de Sí Mismo, ciclo en el cual las artes visuales dialogan con el teatro y viceversa. Los curadores –Alejandro Tantanian, Sofía Dourron y Javier Villa– invitaron a Diana Szeinblum, Santiago Loza, Analía Couceyro y Mariano Tenconi Blanco a crear obras que conecten con el patrimonio del Moderno. Participaron también performers, músicos y artistas visuales, con el objetivo de explorar territorios aparentemente distantes entre las artes. El ciclo comienza hoy y finalizará el 20 de noviembre, y ocurrirá en el subsuelo del museo ubicado en San Juan 350.

Cada artista seleccionó una o varias obras del patrimonio del museo y creó una propia, más definida como experiencia que como espectáculo. El trabajo de Tenconi Blanco se llama Walsh, artista contemporáneo, y se pregunta por la relación entre arte y política, desde una visión contemporánea. “En esa línea, pensamos: ¿es posible leer a Rodolfo Walsh como si se tratara de un ready-made? Desafortunadamente, nos vemos en la necesidad de seguir hablando de los 70, tema-fantasma que no podemos abandonar, máxime en tiempos en que se vuelve a hablar de ‘guerra sucia’ o se hace matemática con los muertos. Nuestra obra es, quizás, un homenaje; seguramente torcido y deforme, pero creemos que la única revolución posible es la de las formas”, cuenta a Página/12. Las obras que conversan con Walsh… son de Horacio Zabala y Alberto Heredia.

Por su parte, la bailarina y coreógrafa Diana Szeinblum estrenará Mi contundente situación. Para ella, lo atractivo del ciclo es el afán experimental. “Es un espacio para equivocarnos”, plantea. Su obra se relaciona con fotos del patrimonio del museo; de hecho, el título es el mismo de una imagen de Guillermo Iuso. “Es una foto de él y su madre. Cuando la vi, estaba leyendo un libro de León Rozitchner, que me estaba capturando muchísimo: Materialismo ensoñado. Habla de la relación primera de los cuerpos entre la madre y el bebé. El cuerpo antes de recibir lenguaje y razón. Y habla de ese momento, de ese ensueño, esa pura percepción, pura estructura, puro origen. Esa lectura y esas fotos me unieron la posibilidad de juntar nuevamente a padres e hijos, vínculos familiares, para recuperar ese primer momento, ese primer ensueño; para ver si podemos decir que allí se pueden imprimir nuevas estructuras, pensando que las de hoy en día están en crisis”, sintetiza Szeinblum. Mi contundente... es, entonces, “dúos a partir de esa idea”: de un bailarín con su madre, una bailarina y su padre, un bailarín y su hijo, una bailarina y su hermana. “Fue un trabajo hermoso, meticuloso y sensible, donde muchas veces se colaba lo psicológico”, cuenta la coreógrafa.

Santiago Loza fue elegido porque puede aportar una mirada cinematográfica al asunto. Empiecen sin mí “es una suerte de conferencia un poco precaria de dos estudiantes de cine, de otro momento, que desean investigar la figura de un director que a su vez es artista plástico”, resume el director. “Ellos se preguntan sobre la consagración y el olvido. Por momentos se arma una pequeña ficción que incluye a la hermana de uno de ellos. Son los 80, el interior. También es una especie de detrás de escena sobre una película que no existe, que no será nunca, que pudo ser y no fue”, adelanta el dramaturgo.

Dice que la relación con el patrimonio del museo le resultó más “un pretexto” que “un diálogo”. “(Jorge) Acha pintaba mares, y ésa es una presencia en nuestra obra. Es una zona de inspiración, pero no una referencia directa. Está en el costado, tiñe la época y lo que se dice”, explica. Lo que lo seduce del ciclo es la posibilidad de jugar en “una zona de prueba”, con “un material no terminado”. “Trabajar sobre el cruce de disciplinas, generar un espacio para lo inesperado, la duda. No mostrar la obra como hecho completo, acabado, sino sus partes más porosas. Las líneas de fuga”, concluye.

Voraz se titula el material que presentará Analía Couceyro, y que conecta con obras de Alberto Greco y Alberto Heredia. “Es una prueba de un recorrido a través del tiempo en el espacio de esa gran sala del museo. Tiene canciones, fragmentos de instalación teatral, momentos participativos con el público y varios experimentos que irán mutando en las funciones. Una especie de ensayo abierto, donde sacarnos el gusto de hacer pruebas atomizadas, que quizá no entrarían en el contexto de una obra más convencional”, anticipa la actriz y directora.

Cuenta que Voraz transita por la obra de un cuarteto de artistas: además de Greco y Heredia, Liliana Maresca y Federico Peralta Ramos. “Leí muchísimo e hice un trabajo de edición enorme. Así se armó un texto gigante, plagado de citas, una especie de collage”, define.

* Los detalles de la programación se encuentran en www.buenosaires.gob.ar

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