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Jueves, 10 de agosto de 2006

RADIO › ENTREVISTA A ALEJANDRO APO

Cómo derribar el mito del futbolero

El periodista conduce “Todo con afecto”, un ciclo que busca cruzar la literatura y el fútbol y donde la nostalgia es más que un recurso vacío.

 Por Oscar Ranzani

La anécdota sirve para describir los sentimientos que le manifiestan sus oyentes. Una tarde, Alejandro Apo llegó a Continental, como siempre, y se encontró con una carta documento de un desconocido. Al principio se asustó, hasta que leyó el breve contenido: “Lo demando a usted porque me rompió la siesta de los sábados”. El mensaje emocionó al conductor de “Todo con afecto”, el programa en cuestión sobre el que el oyente se expresó de una manera atípica, pero eficaz y sincera. Hacía tiempo que el periodista deportivo, hijo de uno de los creadores de “Polémica en el fúbtol”, había retornado a Continental para conducir el programa que en diciembre cumplirá nada menos que once años en el aire.

“Todo con afecto” (sábados de 14 a 19, variable de acuerdo con las transmisiones) surgió a partir de una propuesta de Víctor Hugo Morales. Apo recuerda que cuando retornó a Continental en 1995, el relator le comentó que la radio no quería transmitir más el fútbol de ascenso. ¿Qué se te ocurre?, le preguntó. Y Apo pensó “en hacer un programa para mí”, confiesa. “No en el sentido egocéntrico –aclara–, sino un programa donde yo represento los gustos, las inclinaciones, las tendencias de mi generación.” Desde entonces, “Todo con afecto” se convirtió en un clásico de Continental, una especie de alquimia entre “mundial y potrero” a través de la combinación de la literatura y el fútbol. O de la vida alrededor de él. De hecho, el primer nombre que tuvo el ciclo fue “Todo el verano en un día”, como el cuento de Ray Bradbury. A través de la lectura de textos de Mario Benedetti, Osvaldo Soriano, Eduardo Galeano y Roberto Fontanarrosa, entre otros, Apo consolidó un estilo propio para el ciclo.

Desde hace siete años, “Todo con afecto” se convirtió también en un espectáculo. El actor Darío Grandinetti, fanático del programa y amigo de Apo, le propuso armar un espectáculo similar al programa. Apo no estaba convencido de la idea. Pero Grandinetti le presentó al músico marplatense Marcelo Sanjurjo, quien se ocuparía de musicalizar los encuentros con la gente. “Tenés que leer y contar historias como lo que hacés en la radio”, le dijo Grandinetti. Y Apo, entonces, aceptó el desafío. Fue así que nació el espectáculo que presentó hasta el momento en 260 localidades de todo el país. Apo reconoce que cada encuentro es especial y que en el interior se producen situaciones que lo emocionan. “El fútbol cuenta un cuento” podrá presenciarse el sábado 19 a las 21.30 en El Argentino (Maipú 761). Mientras tanto, las tardes de los sábados de Continental están habitadas por “un hombre de radio”, tal como se autodefine. “Ni siquiera de televisión –confiesa–, porque al reparto de caras llegué tarde, pero al reparto de voces llegué temprano.”

–¿Cómo definiría el género de “Todo con afecto”?

–Mis amigos y la gente muy generosa de mi familia me dicen que nosotros hicimos un género. Yo creo que no. Ellos dicen que este homenaje al fútbol, de mezclar la literatura con el fútbol y contar las historias, es un género. Para mí no. Yo creo que el mío es un programa de la radio que yo escuché y admiré: la radio de clima, la radio de la sugestión, la radio que yo amo... la del Negro Marthineitz, Quique Pesoa, Liliana López Foresi. La radio de clima. Es un programa clásico. El mensaje que nosotros damos es: el fútbol no es solo fútbol.

–¿Qué más es?

–El fútbol es un vehículo de ideas. Nos hemos formado en el fútbol. Además, el mensaje más fuerte es la memoria usada como pelea contra el olvido. No una cosa estática, nostálgica de tirarte contra un sillón, mirar la pared y recordar, sino una cosa dinámica. El gran tema es que desde el programa, desde la literatura y desde los maestros que difundo contando historias de fútbol y de vida digo también que los futboleros no sólo somos energúmenos que hablamos de la pelota y de la jugada. También somos tipos que nos involucramos en la cultura popular.

–Pero existe una vieja antinomia entre cierta intelectualidad y el mundo futbolero. Sin embargo, los autores que usted lee trascendieron esa discusión casi frívola. De alguna manera, su programa colaboró en derribar el mito de que a los futboleros sólo les interesa hablar de la pelota.

–Nosotros somos tipos que también nos emocionamos con una posición de Unamuno, con un poema, con un cuento, con una historia, una novela, un ensayo. Los futboleros también somos eso. Y eso es involucrarse con la gente y con la cultura popular.

–¿“Todo con afecto” es un programa de cultura popular?

–Ojalá. Yo creo que sí. El mensaje es que la cosa humanística, la cosa del hombre buscando sus mejores caminos, su grandeza, también están en ese rectángulo infernal. Eso lo dice Dolina. Ahí cabe todo: la grandeza y la cloaca del hombre. Y nosotros decimos eso. Los cuentos de Fontanarrosa expresan que nosotros somos capaces de ocultar una escena trágica por tirar un corner a ver si podemos empatar un partido en el barrio. También somos capaces de ayudar a una persona en dificultades, de emocionarnos con la gente cuando lucha por algo que le mejora la vida. El futbolero no es solamente un violento. Digo “violento” porque, en algún lado, la intelectualidad se apoya en los violentos para juzgar a todo el fútbol. Son manejos. Nos damos cuenta.

–La nostalgia tiene un componente muy importante en su programa. ¿La apelación al recuerdo del oyente es lo que genera la identificación?

–Sí. Creo que es la simpleza del recuerdo, porque no soy un tipo que cuando evoco algo lo rebusco o lo adorno. Lo expreso como lo que soy: un hombre de barrio con un micrófono adelante. O sea, un tipo muy simple. Y me parece que la gente se identifica con esa simpleza. Cuando estoy en Flores y voy caminando a la carnicería, mucha gente me pregunta: “¿Usted acá?”. ¿Y dónde voy a estar? En el barrio, con la gente. El periodismo deportivo se ha vinculado mucho con el show business por el tema de la televisión. Y yo creo que nosotros no tenemos nada que ver con el show ni con la farándula. El fútbol se ha llenado de una tilinguería...

–¿Se puede disfrutar su programa sin pasión futbolera?

–Mucha gente me dice en los mensajes que justamente no tiene nada que ver con el fútbol, pero lo disfruta mucho. Yo creo que las mujeres también. Primero, hay muchas mujeres futboleras, cada vez más. Segundo, la mujer también entiende más el fútbol a partir de esas historias y se acerca cada vez más al fútbol de sus parejas, de sus padres, tíos, hermanos o hijos. Lo entiende más a partir de esas historias donde se mezclan la vida y el fútbol.

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“Soy un hombre de barrio con un micrófono adelante. O sea, un tipo muy simple”, se autodefine Alejandro Apo.
 
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