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Viernes, 30 de diciembre de 2011

CULTURA › EXIGENCIA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES

En busca de derechos de autor colectivos

La agrupación, que nuclea a más de 6500 escritores, pretende recaudar un canon que oscilaría entre mil y dos mil pesos mensuales. Lo pagarían los medios en cuyos programas se lean poemas, cuentos y fragmentos de novelas o crónicas, entre otros textos literarios.

 Por Silvina Friera

”Algunos van a patalear, hasta que entiendan.” La firmeza en el tono de Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), podría interpretarse como una amenaza. Pero en rigor, pronunciada en voz alta con una calma sobrenatural, anticipa el combate que se viene: la pelea por los derechos de autor colectivos, un canon que oscilaría entre los 1000 y 2000 pesos mensuales, que la SADE comenzaría a recaudar a partir de febrero. Los periodistas de programas radiales, televisivos o digitales acostumbrados a leer poemas, cuentos y fragmentos de novelas o crónicas, entre otros textos literarios, podrán hacerlo sólo si los medios para los que trabajan abonan el canon correspondiente a la SADE. La manera imperativa con que se pondría en funcionamiento este derecho, que otras sociedades de gestión también recaudan, no neutraliza la opción legislativa. Hay un proyecto de ley que la SADE presentó a dos legisladores. Vaccaro, prudencia obliga, prefiere reservarse los nombres hasta que alguno de los dos decida si lo impulsará durante el próximo período legislativo. “El canon lo implementaremos al mismo tiempo que buscaremos el aval de la vía legislativa –aclara Vaccaro–. Tenemos una legitimidad de hecho porque la SADE tiene 83 años de vida. No dudo de esa legitimidad que nos asiste, lo mismo opinan los abogados que nos asesoran.”

Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música), Argentores (Sociedad General de Autores de la Argentina), AADI (Asociación Argentina de Intérpretes), Cadra (Centro de Administración de Derechos Reprográficos) y Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores e intérpretes) son algunas de las entidades que recaudan derechos de autor colectivos. “Cada vez que un medio de difusión utiliza un texto literario y lucra con lo que transmite, hay un derecho de autor que debe ser reconocido. Ese derecho de autor se llama colectivo porque es imposible que el autor lo recaude de forma individual –explica Vaccaro–. Si leen un poema, un fragmento de un ensayo o de un cuento en una radio, en un canal de televisión o en un medio digital, para el autor es imposible, aunque se entere, hacer la gestión. Para eso existen estas sociedades de gestión, como Sadaic o la SADE.” La recaudación de los derechos de autor colectivos recupera un proyecto de la SADE que intentó vehiculizar Carlos Paz, quien presidió la institución entre 1998 hasta el 13 de junio de 2001, cuando murió en la sede de la calle Uruguay, después de hablar en el acto del Día del Escritor.

Vaccaro, biógrafo de Borges recientemente reelecto presidente de la institución creada en 1928, plantea que la SADE atravesó una compleja situación financiera. Cuando asumió por primera vez, en diciembre de 2008, se encontró con una entidad devastada, después de las sucesivas irregularidades en el manejo de bienes y fondos de las gestiones anteriores, con una deuda de más de 1.000.000 de pesos, además del deterioro en que estaba sumido el histórico edificio de la calle Uruguay. “Nosotros creemos que éste es el momento para implementar la recaudación por los derechos de autor colectivos, a través de una ley o de un decreto; también puede ser por la legitimidad que nos da ser una institución con 83 años de vida, con 75 filiales en todo el país y más de 6500 escritores asociados”, insiste Vaccaro a Página/12.

–¿Empezarán a recaudar los derechos de autor colectivos en febrero, aunque por ahora no existan los instrumentos jurídicos, una ley o decreto, que los habilite a cobrar el canon?

–Bueno, lo dirá la Justicia. Si voy a una radio y le digo que me tiene que pagar, por ejemplo, 1000 pesos porque lee textos literarios, me pueden decir que no. Entonces tendré que ir a la Justicia y demostrar por qué me corresponde cobrarlo. Y la Justicia dirá si tengo razón o no. Como hace el Cadra, que recauda derechos reprográficos. Toda vez que se fotocopia un libro se vulneran derechos de autor y de edición; en este caso el Cadra está integrado por autores y editores. Cadra no tiene ley, no tiene decreto, pero es una organización que se formó hace diez años con muchos escritores y editores. Y la Justicia cada vez que se plantea un tema le da la razón al Cadra. La Universidad de Buenos Aires paga 0,80 centavo por alumno por año por las fotocopias que se hacen en el centro de estudiantes. Sadaic tiene una ley, otras organizaciones como Sagai, la de actores e intérpretes que preside Pepe Soriano, tiene un decreto firmado por Néstor Kirchner en el 2006. Los directores de cine nucleados en la DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) tienen un decreto que le firmó Cristina Fernández en 2009. Todos establecen pautas para cobrar el canon, que por supuesto son arbitrarias, no son fórmulas matemáticas exactas.

El presidente de la SADE subraya que el derecho de autor colectivo es “una reivindicación” que los escritores merecen. “La tarea del escritor está muy vapuleada. Cada vez que lo invitan a dar una conferencia, le dicen: ‘No me vas a cobrar por una conferencia, ¿no?’ Pero una conferencia es un texto literario. También vamos a intervenir para que los conferencistas accedan a un honorario mínimo. La diferencia es que en este caso tenemos identificado al conferencista y podemos depositar el importe en su cuenta directamente. Con una radio, en cambio, es imposible saber en 24 horas de transmisión cuántas veces se leyó un texto y de quién o quiénes. Habría que hacer un seguimiento que es prácticamente imposible. Por eso se establece un canon.

–¿Cómo sería la distribución del canon que cobraría la SADE?

–Habría un piso que sería para todos los socios, supongamos que les corresponda 300 pesos a cada uno. Después se establecen rangos de acuerdo con la cantidad de libros publicados en los últimos años. El autor que publicó cinco libros tiene más posibilidades de ser leído y recibirá un porcentaje mayor. Me parece importante que un porcentaje de esa recaudación se destine a obra social, a ayudar a escritores que tengan que comprar remedios o prótesis.

–¿Cómo se aplicaría en el caso de las redes sociales, como por ejemplo en Facebook, donde muchos reproducen fragmentos de un cuento, poemas o capítulos de una novela?

–El tema es muy complejo; estamos intentando establecer responsabilidades de los servidores para que cada servidor, cuando levanta un texto, tenga que afrontar el pago de los derechos. Pero sabemos que es complejo por lo novedoso y porque no está ni siquiera legislado. Para nosotros lo esencial es dignificar la tarea literaria; muchos creen que trabajar literariamente es un hobby y no merece una retribución. Creemos que hay que educar un poquito a todos. Hoy que te digan que en una fiesta tenés que pagar a Sadaic ya no sorprende, pero hace diez años la gente pataleaba y no quería pagarlo. Algunos van a patalear, hasta que entiendan.

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“Lo esencial es dignificar la tarea literaria”, dice Alejandro Vaccaro, presidente de la SADE.
 
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