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Miércoles, 15 de abril de 2015

CULTURA › LA FIGURA PúBLICA DE EDUARDO GALEANO EN LA VIDA POLíTICA URUGUAYA

Incansable luchador contra la impunidad

Desde la ayuda a Macarena Gelman hasta el apoyo crítico al Frente Amplio, fue una referencia. “Como presidente, debía simbolizar en un abrazo la gratitud a esa hermosa vida”, recordó José Mujica.

 Por Mercedes López San Miguel

Eduardo Galeano abrió las puertas de su casa en Montevideo para acompañar una causa cargada de simbolismo en la lucha contra la impunidad. La nieta recuperada de su amigo Juan, Macarena Gelman, recordó que en 2000 le tomaron una muestra en la casa de Galeano para realizar el estudio de ADN. A partir de entonces, el hogar del autor de Las venas abiertas de América latina era un sitio de encuentro familiar y donde se hablaba mucho de política, según describe la diputada del gobernante Frente Amplio. “Eduardo y su esposa, Helena (Villagra), son como mi familia. Hoy siento un poquito lo que sentí con la muerte de mi abuelo –afirmó Macarena del otro lado de la línea–. Más allá de su relevancia como escritor y pensador, la parte afectiva es la que prima.”

Desde su regreso a Uruguay, en 1985, tras un forzado exilio, el escritor siempre de izquierda militó por la anulación de la Ley de Caducidad (o amnistía), promulgada en 1986, por eso integró la Comisión Nacional Pro Referéndum (entre 1987-1989) con el objetivo de revocarla –pero en el plebiscito no se logró la mayoría necesaria–. Galeano escribió el prólogo del libro Memorias del calabozo, en el que los ex guerrilleros Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro narraron el calvario que sufrieron como presos políticos de la dictadura 1973-1985. “Alguna vez, a lo largo de estos años, pudieron mirarse al espejo: vieron a otro. Flacos como fakires, triturados por la tortura incesante, los rehenes de la dictadura uruguaya anduvieron de cuartel en cuartel, condenados a la soledad de calabozos poco más grandes que un ataúd”, en palabras de Galeano.

Junto a Macarena Gelman, organismos de derechos humanos y dirigentes frenteamplistas, Galeano participó de una gran movilización por la anulación de la Ley de Caducidad en octubre de 2009. “Eduardo era un luchador contra la impunidad a todo nivel, estuvo presente en esa causa y su aporte en ese sentido perdurará”, afirmó Macarena a este diario. Galeano era muy amigo del poeta Juan Gelman desde su juventud y por eso su nieta llegó a tener una relación cotidiana.

Uruguay se cubrió de claroscuros en materia de verdad y justicia. Tanto en el plebiscito del ’89 como en el que se realizó en 2009, una mayoría de uruguayos ratificó la permanencia de la Caducidad. Sin embargo, la coalición de centroizquierda Frente Amplio (FA) aprobó en octubre de 2011 la Ley 18.831, que declara imprescriptibles los delitos de lesa humanidad. En marzo de 2012, el gobierno de José Mujica asumió la responsabilidad del Estado en el caso Gelman, por el robo de la identidad de Macarena y el secuestro y desaparición de su madre, María Claudia García Iruretagoyena, tras un contundente fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pero en febrero de 2013, la Corte Suprema uruguaya determinó que los artículos 2 y 3 de la Ley 18.831 eran inconstitucionales, lo que implica que los jueces penales que manejan causas vinculadas con la dictadura podrán resolver el archivo de los expedientes. El 25 de febrero de ese año, el autor de Memorias del fuego participó de una protesta en contra de la decisión del máximo tribunal.

Galeano apoyaba al Frente Amplio, pero también lo criticaba. El cantautor Daniel Viglietti definió al escritor como un creador compañero y ratificó el espíritu crítico de Galeano con la coalición gobernante. “Es verdad. Para poner un ejemplo: fue muy amigo de Guillermo Chifflet (ex diputado del FA). Recordemos la posición firme que tuvo Chifflet sobre Haití; Eduardo fue muy solidario y lo acompaño en su decisión de renunciar al Parlamento ante la posición del FA de mantener las tropas militares en Haití”, señaló al diario La República.

A modo de despedida colectiva, Mujica evocó ayer la figura de Galeano en su programa de radio. “Hoy despedimos a un ilustre compatriota, a un intelectual de enorme fuste que a lo largo de varias décadas se fue haciendo a sí mismo autodidacta del pensamiento, inconformista neto, buceador entre la historia y la poesía.” El ex presidente contó que en el último tiempo, conociendo la fragilidad de la salud de escritor, tuvo “el honor de visitarlo directamente un par de veces”. Una de ellas fue mientras Galeano estaba internado en un hospital y la otra fue en su propia casa. “Hace poco tiempo estuve a darle un abrazo en su casa y fui con mi querida compañera Lucía (Topolansky). Porque uno cuando se pone viejo, a veces presiente, y yo sentía que como presidente, institucionalmente debía simbolizar en un abrazo la gratitud a esa hermosa vida que en cualquier momento se podía ir por razones biológicas. Y así fue”, recordó Mujica.

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La casa de Eduardo Galeano era un sitio de encuentro familiar para Macarena Gelman.
Imagen: EFE
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