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Martes, 21 de abril de 2015

CULTURA › VISITA BUENOS AIRES EL INTELECTUAL FRANCéS ETIENNE BALIBAR

“Donde hay derechos hay Estado”

El coautor, junto a Louis Althusser, de Para leer El Capital, reflexiona sobre los avatares del marxismo, la ciudadanía y los racismos. “Ser de izquierda es encontrar las alternativas a la globalización capitalista, aunque sean ellas mismas globales”, señala.

 Por Sebastián Ackerman

La visita de Etienne Balibar se da en el marco del 50º aniversario del libro que escribió junto a Louis Althusser, Para leer El Capital, uno de los textos fundamentales de la renovación del marxismo europeo a mediados del siglo pasado. Invitado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la Universidad de San Martín y el Centro Franco Argentino junto con la Embajada de Francia, Balibar participará de diversas actividades esta semana, donde se lo podrá escuchar reflexionar sobre los avatares del marxismo, la actualidad de las democracias europeas, el problema de la ciudadanía y los racismos. “Ningún poder puede mantenerse a la larga contra el deseo de los ciudadanos o del pueblo. Es ahí donde surge el dilema de la palabra populismo: ¿Qué desea el pueblo? ¿Qué quieren los ciudadanos? Nada garantiza que quieran la emancipación o incluso la participación igualitaria”, dice a Página/12 el intelectual francés, que llega a estas pampas luego de dar un ciclo de conferencias por Suiza, Italia y México.

La trayectoria académica de Balibar lo encuentra hoy como profesor emérito de la Universidad París X-Nanterre, profesor visitante en la Universidad de Columbia, Nueva York, y como profesor distinguido en la Universidad de California. Además, integra el Comité de Apoyo del Tribunal Russell para Palestina desde hace seis años. Afiliado al Partido Comunista durante dos décadas, sus intervenciones en el campo del marxismo apuntaron a sacar a Marx de la lectura doctrinaria en la que las directivas de la ex URSS lo habían encerrado. “Ser de izquierda es querer ‘transformar el mundo’, es decir, transformar la sociedad y procurar los medios de tal manera que varios objetivos de emancipación puedan lograrse conjuntamente. En relación con estos medios, quisiera insistir particularmente en la dimensión internacionalista o cosmopolita, lo que me conduce a otra fórmula: ser de izquierda es encontrar las alternativas a la globalización capitalista, aunque sean ellas mismas globales, yendo más allá de las fronteras”, señala.

–Pensando en los movimientos emancipatorios que crecieron estos años en América latina y Europa, ¿comparte usted la posición de Alain Badiou, que dice que una política de emancipación puede hacerse únicamente fuera del Estado?

–Hace mucho que Badiou y yo no nos entendemos sobre política. Como somos buenos amigos en el plano personal, puedo decirle que, a mi entender, él no entiende nada porque cree que la política se inventa fuera de las instituciones y de la historia, no sólo del Estado, lo que conduce al terrorismo o a la religión. Y él puede decirme que soy un reformista, un pacifista y, el máximo horror para mí, un legalista... Lo que me parece importante no es sólo comprender que no hay política sin una relación intrínseca con el Estado, sino que también hay que preguntarse de qué Estado se habla. El Estado al que nos enfrentamos hoy tiene con frecuencia otro nombre: es privatizado y transnacionalizado; pasa por una gobernanza de conflictos y comunicaciones que no se reconoce como política, pero que es evidentemente política al más alto nivel. Por otro lado, siempre hay estructuras soberanas en materia territorial, militar e incluso cultural que se desarrollan en el cuadro de las rivalidades geopolíticas de hoy. Pero todavía hay otros aspectos que ponen en cuestión la idea simplista de antiestatismo como estrategia política. La idea de que, por ejemplo, se podría modificar el desastre climático sin un poder público de regulación no tiene sentido. Sin embargo, se necesitará un movimiento de masa fuera del Estado para obtener eso. Donde hay derechos hay Estado, incluso si no es necesariamente el Estado capitalista y nacional. 

Mucho cambió desde la época en la que Balibar debatía con el propio Althusser, Alain Badiou, Jacques Rancière, Claude Lévi-Strauss, Roland Barthes, Jacques Lacan, Jacques Derrida, Michel Foucault y George Canguilhem, entre otros. Su recorrido lo encuentra hoy dedicado al problema de la ciudadanía, los nacionalismos, racismos y otras exclusiones constituyen coordenadas de interpretación de la realidad.

–Usted ha desarrollado el concepto de “igualibertad” (égaliberté). ¿Podemos pensar la existencia de una relación de igualdad/libertad capaz de superar las dicotomías entre la defensa de las libertades individuales y la aspiración a la igualdad? ¿Cree usted que esta idea puede iluminar las experiencias de América latina?

–No hay ninguna formulación absoluta, en particular ninguna formulación que sea propiedad de una sola cultura y de una sola historia. Es importante decir esto cuando uno es francés, porque los franceses que hicieron hace tiempo una revolución ejemplar en nombre de la igualibertad están demasiado convencidos de ser para siempre los únicos intérpretes autorizados... La igualibertad es el eterno problema de la política. Originalmente, yo la había formulado para tener en cuenta a la vez la crítica de los movimientos comunistas del siglo XX, que sacrificaron la libertad en pos de la igualdad, pero finalmente no la establecieron, y las contradicciones del liberalismo burgués, que se autodenomina defensor de las libertades, incluso al precio de sacrificar la igualdad, pero que tiene una concepción extraordinariamente selectiva, incluso represiva de la libertad. A mi forma de ver no hay solución, hay un problema permanente. Sin embargo, estoy persuadido de dos cosas: primero, no se puede separar libertad e igualdad como defensa por un lado de intereses individuales y por otro de valores colectivos. Las libertades colectivas son tan importantes como las individuales. Y la igualdad es un factor de autorrealización para el individuo tanto como la solidaridad social. El egoísmo no está inscripto en la naturaleza humana. En segundo lugar, hay al menos una evidencia negativa del hecho de que no se pueden oponer estos dos principios; la evidencia es que donde las desigualdades están creciendo, las libertades son pisoteadas, y donde las libertades individuales y colectivas son destruidas, las de- sigualdades de poder, estatus y riqueza están creciendo... Por lo tanto, hay que insistir en reclamar ambas.

Para anotar en la agenda

Las actividades de Balibar comienzan hoy a las 18.30, con la entrega del doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de San Martín y la posterior conferencia “¿Qué hacer con Marx? Sobre Leer el Capital: el grupo Althusser y el momento del ‘marxismo estructuralista’” (Teatro Tornavía, 25 de Mayo y Francia, San Martín). Mañana, también a las 18.30, ofrecerá la conferencia “La crisis en Europa y las alternativas democráticas” (Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1553). El jueves, a las 19, Balibar participará del cierre del II Coloquio Internacional Gilbert Simondon, con su charla “Lo transindividual: sujetos, relaciones, mutaciones: Simondon entre Spinoza, Marx y Freud”, y cerrará su ciclo de exposiciones el viernes a las 18.30 en la mesa redonda junto a Sergio Caletti, Emilio de Ipola y Horacio González sobre el 50 aniversario de Para leer El Capital (ambas en la Facultad de Ciencias Sociales, Santiago del Estero 1029). Todas las actividades cuentan con traducción del francés al español.

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Balibar participará de diversas actividades y recibirá una distinción de la Unsam.
 
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