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Domingo, 10 de noviembre de 2013

HISTORIETA  › LOS X-MEN CUMPLEN CINCUENTA AÑOS EN UN MOMENTO DE ALTISIMA POPULARIDAD

Contra el mal... y la discriminación

Aun antes de las películas, la saga creada por Jack Kirby y Stan Lee vivía un reverdecer de sus laureles. Hay 15 series sobre el universo mutante y el año próximo llega un nuevo film.

 Por Andrés Valenzuela

Los autores pensaron en llamarla The Mutants, pero al editor no le gustó el nombre. “Nuestros lectores no saben qué es un mutante”, escucharon Jack Kirby y Stan Lee. Probablemente fuese él quien no supiera qué era un mutante, aunque la teoría de la evolución de Charles Darwin llevaba muchas décadas dando vueltas por el mundo y las investigaciones sobre genética cada vez se hacían más conocidas. Los superhéroes de Kirby y Lee, ese grupito de rechazados por la misma sociedad a la que buscaban proteger, terminó llamándose The X-Men y se transformó en una de las historietas más importantes del siglo XX, un icono cultural de alcance mundial y, también, un pilar para la difusión de conceptos como genética o mutación.

The X-Men apareció por primera vez en septiembre de 1963, hace 50 años. Para celebrarlo, este mes Marvel Comics publicará un número especial (X-men: Gold) que presentará historias nuevas y clásicos llenos de telépatas, amos del magnetismo y rayos oculares, entre otros poderes. De este especial participará el argentino radicado en Nueva York Fabián Nicieza. OvniPress, licenciataria local, informó a Página/12 que su plan editorial de 2013 está definido y que la edición especial podría llegar en 2014. Eso sí, este año el sellito del medio siglo de los mutantes acompañó cada edición local dedicada al grupo o a sus héroes individuales.

The X-Men no podría haber aparecido antes. Coincidieron dos procesos: la divulgación de ideas científicas y la emergencia de movimientos por los derechos civiles en EE.UU. No es casual que la lucha del profesor Charles Xavier y sus alumnos fuese mejor recibida entre lectores de minorías étnicas, religiosas, sexuales y culturales que entre el público más tradicional. Los mutantes eran perseguidos y segregados por ser mutantes. Discriminación lisa y llana, con grupos gubernamentales y paramilitares queriendo exterminarlos tanto como los villanos que combatían.

Tampoco sorprende que Xavier fuese comparado con Martin Luther King y que su ideal de una sociedad inclusiva para humanos y mutantes fuese llamado “el sueño de Xavier”, en alusión al famoso discurso “I have a dream”, de Luther King. Además, Magneto, histórico antagonista de los chicos del gen x, suele equipararse a Malcolm X, por sus métodos más confrontativos. El debate en torno de la integración social y el rol de cada grupo es una constante en casi todas las líneas argumentales principales de la(s) serie(s) mutante(s). Los mutantes vienen de trasfondos sociales, religiosos, étnicos y nacionalidades muy diversas, a diferencia del grueso de los otros superhéroes.

En medio siglo de “universo mutante” de la editorial Marvel Comics, la serie atravesó altos y bajos. Al comienzo no era una línea muy exitosa. Incluso, tras algunos años de permanencia en el mercado, el sello se dedicó a reimprimir viejas historias. No fue sino hasta la década del ’90 cuando sus ventas estallaron. Aún ostenta un record: las comiquerías de la época pidieron alrededor de siete millones de copias del relanzamiento de la serie, aunque los cálculos más modestos opinan que de ese total se vendieron “apenas” tres millones. Hoy la “casa de las ideas” publica una quincena de series relacionadas con el universo mutante. Media docena de ellas incluye el término “X-Men” en el título, otro par el grupo X-Force y el resto se reparte entre distintos personajes populares, como Wolverine, Gambito o Deadpool. Eso, claro, sin contar miniseries, números autoconclusivos y la aparición y rotación de héroes y villanos mutantes por el resto del universo ficcional.

La editorial, que desde hace un par de años pertenece al conglomerado Disney Co., publica más de 300 páginas mensuales con mutantes y produce series animadas, videojuegos, una cantidad de merchandising inabarcable y una saga de películas en constante producción. La próxima, X-Men: days of future past, se estrenará en julio de 2014 y está inspirada en una de las líneas argumentales más populares de la serie, escrita por el gigante Chris Claremont. Claremont es fundamental para comprender la popularidad de Xavier y sus alumnos. Este guionista proponía personajes femeninos muy fuertes en roles protagónicos (Tormenta, Rogue, Jean Grey/Phoenix, entre las heroínas; Mistique, Reina Blanca, entre las villanas) y montaba estructuras narrativas complejas que hacían hincapié en los conflictos que la vida superheroica traía a los personajes, las angustias que acarreaba la lucha por sus libertades. Además, le daba un rol definido y un momento destacado por episodio a cada uno. Claremont aplicó este método durante una década y media. Puede sonar exagerado, pero algunos críticos culturales estadounidenses sugieren por eso que los X-Men pudieron haber influido notoriamente en los modos de narrar de la TV de hoy. Al cabo, la historieta de los ’90 atravesaba un momento de auge en EE.UU. y los guionistas de historieta suelen alternar con trabajos en cine y TV.

Los años (y las sagas constantes) desdibujaron un poco los valores originales de la lucha de los mutantes. O al menos abrieron un cisma entre los mutantes “buenos” y los “malos”. Por momentos los X-Men luchan por la integración, en otros resisten la extinción y, cada tanto, se toman más atribuciones de las que la ley internacional permitiría a cualquier estado soberano, e intervienen en el mundo para defender al pueblo mutante. Es que con la muerte del profesor Xavier, su pupilo estrella (Cíclope) abandonó las ideas integracionistas y abrazó un enfoque más de resistencia. De su rol de boy scout a las órdenes del telépata derivó en un comandante que lo único que sabe es pelear. Curiosamente, es el experimentado asesino Wolverine quien mejor representa hoy el espíritu educativo de Xavier y se esfuerza por guiar a los adolescentes que descubren sus poderes. Wolverine tampoco es el tipo gris de siempre: ahora hasta pertenece a los Avengers. Desde sus orígenes, la figura de los mutantes se agigantó. Con garras de metal indestructible, rayos ópticos, telepatía, gritos sónicos y algunos poderes desagradables, los personajes llevan medio siglo trazando la línea sobre el código genético de la especie. En tanto tiempo, ellos también mutaron.

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La Marvel de Estados Unidos también emplea a argentinos.
 
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