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Jueves, 26 de junio de 2008

EL LIBRO FRENTE DE ARTISTAS DEL BORDA, UNA EXPERIENCIA DESMANICOMIALIZADORA

Escapar del infierno a través del arte

La cita en Liberarte no sólo buscó llamar la atención sobre el Borda: también hubo dos números de notable potencia artística.

Según Antonin Artaud, “no hay nadie que jamás haya escrito o pintado, esculpido y modelado, construido, inventado, a no ser para salir del infierno”. No es difícil imaginar de qué infierno buscan salirse los artistas del Borda. Por si acaso, ellos aclaran: “Pasillos pocas veces limpios y muchas veces sucios, con ventanas oxidadas sin vidrios o con vidrios rotos, pasillos con cuerpos que caminan o extremadamente quietos, horas vacías, caras pálidas, tristes, sin vida”. Ese es su infierno, el manicomio, el hospicio, “icono de represión”. Pero son ellos los que están dentro, los que buscan escapar mediante una construcción colectiva. Como crítica, pero también como manifiesto de “arte, lucha y resistencia”, esa cruzada se reproduce en Frente de Artistas del Borda, una experiencia desmanicomializadora, un libro que recuerda y celebra los primeros (casi) 25 años de existencia del F.A.B.

¿A qué se refieren con desmanicomialización? Una vez más, su voz –o en este caso su pluma– es la más indicada para responder: “Una palabra que asusta a mucha gente, sobre todo a los que negocian con el manicomio”. Lo que proponen no es el cierre de los centros de salud mental estatales, sino una reformulación que permita “mayor contención, menor medicación y más trabajo” (ver aparte). Esa concepción es la que propone y argumenta el libro que se presentó el martes en Liberarte, con una breve conferencia y dos shows intensos: uno de teatro de mimo y otro musical.

Ambos espectáculos son realizados por los artistas talleristas, esos que para el sentido común son “los locos del Borda”. Todas las vivencias, las luchas y los logros de esa experiencia se compilan ahora en Frente de Artistas del Borda, una experiencia desmanicomializadora, libro que si bien tiene “falencias literarias”, está escrito con “mucho arte, como una puesta en escena”, como aclaran ellos. Allí se documentan nueve festivales artísticos realizados por internos de instituciones de salud mental, allí se recuerda a las 45 mujeres internadas en el Moyano que fallecieron por desnutrición durante el invierno de 1990 y desde allí, con la pluma y la palabra, se construye conciencia, se lucha, se resiste y se produce arte.

Diario, la puesta teatral que mostraron, con una decena de artistas en escena, genera tantas risas como reflexiones. Y las risas, hay que aclarar, no surgen desde el lugar del espectador sorprendido por lo que puede hacer un “loco”. Las risas surgen porque la puesta está lograda: objetivamente, es graciosa. Y aquí no tiene nada que ver la mirada condescendiente o la ternura: nadie festejó el chiste sin gracia.

Lo mismo que los acompañamientos de palmas al show musical que encabezó Daniel Molina, un cantautor “enamorado de Paula”, que abrió el segmento musical con una dedicatoria a la muchacha: “Tema de Paula”, que escribió en 1991. “Con Paula nunca pasó nada, pero las emociones pasan y las canciones quedan”, aclara. Luego, al frente de un coro y al costado de una tríada de guitarra, charango y percusión, entona y envalentona los versos de “Hasta siempre Comandante”, de Carlos Puebla, dedicada al Che Guevara.

Terminado el encuentro, los invitados y curiosos se van a sus casas, al café de la esquina o al cine. Los internos regresan a esos pasillos pocas veces limpios y muchas veces sucios, con ventanas oxidadas sin vidrios o con vidrios rotos. Carlos Moretti, externado del Borda, frena en una librería de Corrientes y aspira profundo el aire de la libertad, ese mismo que los artistas y todos los internos del Borda reclaman como derecho. El cronista le apura una respuesta: “La traba para desmanicomializar son los laboratorios que hacen negocio con la institucionalización, porque al interno se le da hasta un 75 por ciento más de pastillas que a un paciente ambulatorio”. Detrás de él, en la pared, se ve el anuncio de una obra sobre cuentos de Roberto Fontanarrosa: “El mundo ha vivido equivocado”.

Informe: Luis Paz.

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Una escena de Diario, hilarante puesta teatral.
Imagen: Arnaldo Pampillon
 
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