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Jueves, 30 de octubre de 2008

LA NOVENA EDICIóN DEL FESTIVAL BUENOS AIRES ROJO SANGRE

Un encuentro para estómagos fuertes

El Complejo Monumental será sede de un ciclo que crece año a año. “En el Bafici se ven obras que salieron de subsidios y coproducciones que llegan a ser millonarias. Esto es ultraindependiente”, dice Pablo Sapere, su programador.

 Por Facundo García

En este momento puede haber brujas poniendo a punto su escoba para ir al centro. Hasta los zombies deben estar maquillando sus partes verdes, en plan de coquetería. El revuelo no se debe sólo a Halloween: hoy comienza el 9o Festival Buenos Aires Rojo Sangre (BARS). Eso significa cantidades ingentes de miembros cortados, venas abiertas y chorros de líquido pringoso que dejarían aturdido a cualquier hematólogo. Pablo Sapere, programador del aquelarre, se relame: “Esta vez tenemos mucho más material del continente y de España. Estamos demostrando que el género fantástico, bizarro y de terror es todo un movimiento en la región”.

–Usted hace hincapié en que ya hay una identidad definida en el BARS, que en parte tiene que ver con que la mayoría de las producciones pueden catalogarse como “ultraindependientes”. ¿Qué diferencia hay con lo “independiente” a secas?

–El Bafici instaló una noción de lo independiente que es algo confusa. Todas las temporadas se muestran obras que salieron de subsidios y coproducciones que ocasionalmente llegan a ser millonarias, que requirieron gran cantidad de apoyos para concretarse. El ultraindependiente es un cine financiado por la gente que hace la película. De hecho, nosotros nos arreglamos para organizarnos casi solos; lo único que puso el Incaa es la plata para la campaña de afiches...

–¿Es real que esta vertiente del cine argentino es un éxito en el exterior?

–Es verdad, sí. Hay productores y distribuidores norteamericanos que se han interesado en el julepe que somos capaces de generar. De hecho, en las páginas especializadas ya se habla del horrAR (sic), en referencia a las pelis de acá; así como se acuñó el término j–horror para las producciones japonesas. Las dos características que marcan el nuevo rótulo son el presupuesto módico y las altas dosis de creatividad. Muestras sobran. Sin ir más lejos, este año vamos a ofrecer Breaking Nikki, una cinta hablada en inglés, rodada acá y dirigida por el argentino Hernán Findling. Esas combinaciones se están haciendo corrientes. Cada vez es más frecuente que se aproveche el circuito yanqui para difundir lo de acá, porque acá combinamos talento con buenos precios.

–Lástima que acá hay problemas de difusión...

–Lo que pasó con Plaga Zombie, de Pablo Parés y Hernán Sáez, es emblemático: ya van por la segunda secuela y acá la mayoría no vio ni la original. Habitaciones para turistas, de Adrián García Bogliano, es otra. Se estrenó con éxito en EE.UU., ya se está preparando una remake. No obstante aquí se la reconoce poco y nada. Justamente, el BARS intenta rescatar producciones que por hache o por be no llegan al público.

Doscientos cortos y sesenta largometrajes respondieron a la convocatoria 2008. Dentro de ese magma de delirios y genialidades hay perlas como Nadie inquietó más, documental sobre Narciso Ibáñez Menta que se estrena hoy y reúne material escogido entre más de ciento treinta horas de grabación. El director y empleado telefónico Gustavo Mendoza cuenta que el film se gestó como catarsis, luego de que la muerte de Ibáñez Menta lo sumiera en la depresión. “Lo primero fue rastrear quién de sus conocidos quedaba para hablar”, recalca el fan. “Para mi sorpresa encontré que había una multitud de voces dispuestas a compartir recuerdos.” Mendoza ubicó al hijo de la leyenda, Narciso Ibáñez Serrador. Se contactó con el “hombre lobo español”, artista que participó en más de cien rodajes. Y se le sumaron excéntricos como Graciela Resteli, que a los seis años inició una relación epistolar con ese viejo que la aterrorizaba por TV. El resultado es un retrato que no deja de tener en cuenta las más de veinticinco películas, cien programas de TV y doscientas obras teatrales por las que esos rasgos inconfundibles se pasearon. “Conseguí lo último que Narciso grabó, escenas penosas en las que se lo ve con un casco amarillo, disparando con un lanzagranadas desde un helicóptero”, remata Mendoza, que invita al blog nadieinquietomas.blogspot.com.

“El cine de autor quedó como estética dominante, así que volver a los géneros representa un acto de rebeldía”, dice Javier Diment, uno de los responsables de El Propietario. Su largometraje se hizo para el ciclo 200 años de Canal 7, en el que se dieron cita directores de cine y teatro para colaborar en doce telefilms. En este caso el hombre que aportó su experiencia en las tablas fue Luis Ziembrowski, y la alquimia entre ambos fue tan intensa que surgieron inconvenientes. “Lo que decimos ahí es fuerte para los cánones que impone la televisación”, reconoce Diment. “Hicimos foco en una actriz lesbiana que se muda cerca de un obsesivo que empieza a espiarla, y que no se conformará con sólo mirar. Disfrutamos la libertad de abordar el sexo y la agresión sin censuras. De manera que no haber podido pasarla en la tele no es grave: recibimos galardones e invitaciones del exterior. Por eso es una suerte que el BARS abra puertas de exhibición a lo atípico, a lo que asusta en los medios masivos”.

Otro que habla de suerte es Maximiliano Ricciardi, aunque con un tono más siniestro. Al terminar Nocturnos (sábado a las 22 y lunes a las 18) comenzaron a sucederle cosas extrañas. “Junto a Ariel Medina y Leandro Vitullo, los otros directores, asociábamos cualquier cosa que nos pasara con el haber abordado el vampirismo. Nos acordábamos de lo que le pasó a Carlín Calvo cuando hizo Drácula y se nos ponía la piel de gallina”, desliza. Elaborada en forma cooperativa, la pieza posa su lente en tres personajes que iniciarán un viaje a los confines de la Buenos Aires más escalofriante. “Está hecha con el corazón”, metaforiza Ricciardi.

En el plano internacional, el menú es amplio, viscoso y de color escarlata. Tokyo Gore Police, de Yo-shihiro Nishimura, ha sido descripta como “un carnaval de violencia” que alcanza límites surrealistas. En ese universo futuro, en el que la policía japonesa fue privatizada, una raza de mutantes amenaza el orden social. Entonces la sangre ya no brota: llueve a cántaros. Otro título con buenas referencias es The Man From Earth, basado en un guión de Jerome Bixby, guionista de las primeras temporadas de Star Trek y de un par de capítulos de La Dimensión Desconocida. Durante hora y media, un puñado de contertulios discuten en una habitación. Uno de ellos afirma tener catorce mil años, y a partir de allí se entreteje un drama donde el acento está puesto en la imaginación de los espectadores más que en los efectos o la acción concreta.

- La novena edición del festival internacional de cine ultraindependiente de terror, fantástico y bizarro Buenos Aires Rojo Sangre (BARS) se extenderá hasta el 5 de noviembre, en el Complejo Monumental (Lavalle 780), con entradas a $ 8. Cronograma completo en festivalrojosangre.com.ar.

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Tokyo Gore Police, de Yoshihiro Nishimura, descripta como “un carnaval de violencia surrealista”.
 
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