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Sábado, 17 de enero de 2009

LA POLEMICA POR EL COMUNICADO “ANTISIONISTA” DE LA SEA

Entre renuncias y repudios cruzados

La Sociedad de Escritores y Escritoras de Argentina se pronunció contra la masacre de Gaza y provocó el rechazo de escritores como Leopoldo Brizuela y Ana María Shua. “En lugar de hablar del Estado de Israel –dicen– confunden significados.”

 Por Silvina Friera

Un comunicado de la comisión directiva de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA) titulado “Parar la masacre sionista en Gaza”, que empezó a circular por mail el miércoles de la semana pasada, detonó un gran malestar entre varios escritores afiliados a la entidad. Algunos, incómodos por el tono “enfático” y los que consideraron equívocos del texto –homologar sionismo con Estado o gobierno de Israel, por ejemplo–, han decidido dejar la entidad. Ana María Shua, Leopoldo Brizuela y Mario Goloboff son los primeros en pegar el portazo. Los tres condenan la brutal intervención armada israelí en territorio de Gaza. “Una sociedad de escritores que no sabe distinguir el significado de las palabras es inútil y peligrosa. Una entidad de escritores que en lugar de hablar del Estado de Israel o mejor todavía, del gobierno del Estado de Israel, acusa al sionismo de la masacre de Gaza, mañana va a acusar a la sinarquía internacional y pasado a los judíos. ¿Se trata de ignorancia, de distracción o de mala intención?”, plantea Shua a Página/12. “Si la SEA no se retracta como corresponde, no me interesa seguir perteneciendo a una entidad que exige de sus afiliados una ideología que no comparto y me hace partícipe de textos políticos con los no estoy de acuerdo.”

En el comunicado que encendió la mecha –el primero en discutirlo fue Goloboff–, la SEA manifiesta que “repudia esta masacre genocida ejecutada por el Estado de Israel en la Franja de Gaza, plantea el retiro de las tropas israelíes de los territorios ocupados y el cese del bloqueo impuesto por Israel y Egipto a la población civil palestina, cercada hace meses por la falta de agua, de alimentos, de medicamentos y la destrucción económica”. Goloboff desaprueba el carácter inconsulto, “la redacción expeditiva y poco menos que militar” y la falta de análisis, de conceptos y argumentos. “No estoy de acuerdo con esta toma clara de partido en nombre de muchos socios que tal vez piensen distinto o más matizado o más complejamente o más equilibradamente”. Graciela Aráoz, presidenta de la SEA, explica los pronunciamientos de la entidad. “Sacamos el primer comunicado entendiendo que no podíamos demorar una posición clara por el retiro de las tropas israelíes y el cese de la matanza al pueblo palestino. Al repudiar la masacre de civiles, mujeres y niños, actuamos como lo hizo la abrumadora mayoría de la sociedad civil y, en particular, del arte y la cultura, en la Argentina y en todo el mundo. En el segundo comunicado, reafirmamos y ampliamos el primero, en vistas de una escalada cada día más sanguinaria.”

“No me parece mal que la SEA como institución se haya comprometido en un apoyo político. Pero habrían debido consensuar esa toma de posición con los socios. No es lo mismo consensuar una pensión para una escritora anciana o dar talleres literarios a chicos de la calle que fijar una postura sobre este tema –compara Leopoldo Brizuela–.” “En circunstancias como éstas, no se admite la neutralidad y menos el silencio –se lee en el nuevo comunicado–. Por eso, nos pronunciamos. Si no lo hiciéramos, seríamos cómplices. Al actuar de este modo, nos sabemos parte de un parecer y de un sentimiento que recorre a artistas e intelectuales de Argentina y del mundo entero. Días atrás, desde una columna de opinión, el filósofo León Rozitchner se preguntaba: “¿No se inscribe en cambio esta masacre cometida por el Estado de Israel en la estela de la ‘solución final’ occidental y cristiana de la cuestión judía?” (Página/12, 04/01/2009)... Frente a esta realidad, hemos asumido la responsabilidad de pronunciarnos. No somos solamente una entidad gremial, somos una organización de escritores, de intelectuales. Nuestra dignidad y nuestra miseria se miden por lo que hagamos con el intelecto. Nos apartamos de la peor opinión, que es el silencio.”

“La SEA, que de pronto se proclama ‘mucho más’ que una entidad gremial, una sociedad de intelectuales (yo creo que lo que se necesita es un gremio y fundamentalmente, actitud gremial en los escritores, pero eso es otro cantar), confunde, mezcla conceptos y usa a la bartola términos que hace mucho tiempo intelectuales y no intelectuales preocupados por el tema se preocuparon por deslindar: Estado, gobierno, sionismo”, advierte Brizuela. Aráoz relativiza las objeciones por el tono “excesivo” de los comunicados. “Las críticas estilísticas son una manera de evadir un pronunciamiento claro contra esta guerra –explica la presidenta de la SEA–. Sólo nos llegaron dos renuncias, la de Shua y la de Brizuela. Y las lamentamos porque los apreciamos literaria y humanamente. Ojalá después de un debate conjunto revean su posición. En contrapartida, llegaron muchos mails de compañeros que se sienten orgullosos de pertenecer a la SEA. Los comenzaremos a difundir a partir de la semana próxima.”

¿Por qué la entidad no envió el texto a los socios para consensuarlo? “Es materialmente imposible consultar a todos los asociados”, responde Aráoz a Página/12. “Correspondía pronunciarnos antes de que la última bomba de fósforo blanco o uranio empobrecido terminara con la vida del último niño palestino. De todos modos, el pronunciamiento abre una discusión. Ahora buscaremos los medios para desarrollar el debate entre todos. Pero no desviemos la cuestión de fondo, detrás de consideraciones estilísticas, seudohistóricas o politiqueras: el pueblo de Gaza está siendo masacrado. Frente a ello, es necesario adoptar una conducta nítida y no evadir el punto. Esto es lo que ha hecho la SEA.”

“Será antipático –dice Brizuela–, pero necesito decir que se trata de una modesta asociación de escritores del extremo sur y que frases como ‘Paremos la masacre en Gaza’ suenan inequívocamente megalómanas”, aclara el escritor. “Yo firmo todas las solicitadas que me parecen más o menos concordes con lo que pienso, pero creo sinceramente que es un método de intervención gastado, que tenemos la obligación de recuperar en su potencial político. Ya que disponemos de ese espacio, tendríamos que hacer un aporte específico útil desde nuestro tema: que es el lenguaje. En este sentido, habría que haber hablado claramente, además, del uso que se da a esta masacre en muchos de los medios y los discursos políticos, desde hace mucho tiempo, y que muy pocos mencionan. Hay un evidente interés en mostrar lo que ya sabemos: que los que fueron víctimas pueden ser victimarios.” Brizuela confiesa los motivos por los que se aleja de la SEA. “Dudé mucho porque soy socio desde los primeros días y me sentía parte de un todo. Y porque claro que sé que la SEA es una agrupación progresista, y porque el ‘internismo’ y la pasión por las ‘escisiones’ me parecen tan graves como la incapacidad flagrante de ejercer o sustentar posiciones de poder, que es uno de nuestros principales vicios como sociedad. Pero el segundo comunicado me convenció”, asegura el escritor. “Lo único que consiguió es demostrar lo mal que puede llegar a pensar la comisión directiva de quien disiente. Quizá todo esto tenía que pasar alguna vez.”

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Ana María Shua: “Es un texto equívoco”.
Leopoldo Brizuela: “Suena megalómano”.
Imagen: Vera Rosemberg & Bernardino Avila
 
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