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Martes, 11 de mayo de 2010

A LOS 92 AñOS, MURIó LA ACTRIZ Y CANTANTE LENA HORNE

Una artista de los tiempos difíciles

Lena Horne falleció el domingo en un hospital de Nueva York, a los 92 años. Nacida en 1917, la actriz y cantante comenzó su carrera profesional en la década del ’30 –con apenas dieciséis años– como corista en el emblemático Cotton Club del barrio de Harlem, convirtiéndose así en una de las primeras artistas negras contratada por una orquesta de músicos blancos de renombre. Poco a poco adquirió reconocimiento en el ámbito de la música, hasta que consiguió un contrato con la Metro Goldwyn Mayer, hecho que la convirtió en la primera artista afroamericana en estar en la nómina de un gran estudio.

Aun así, su color de piel supuso un condicionante para Horne, quien en varias oportunidades tuvo que combatir el rechazo social, además de quedar confinada a papeles siempre secundarios. A principios de los ’40 participó en musicales como Una cabaña en las nubes, Morena oscura o Las nuevas Follies de Ziegfeld. Cuando la MGM presentó en 1951 su gran musical Show boat, el papel protagonista no fue para Horne, sino para Ava Gardner, que ni siquiera era capaz de cantar. En cine, Horne aparecía siempre sensual y cantaba, pero se comunicaba poco con el resto de los actores. Nunca logró un papel significativo. “Pensaban que el público aún no estaba preparado”, dijo Horne en 2005 a la revista People. “No sabían qué hacer conmigo. Así que no hacían nada”, se lamentó. También en la década del ’50 fue incluida por su ideología política en la “lista negra” de Hollywood, elaborada por la corriente derechista del senador Joe McCarthy.

Estos motivos la llevaron a abandonar –“amargamente”, confesaría– su carrera cinematográfica para enfocarse con más énfasis en el teatro y en la música. Sin embargo, volvería a actuar ante las cámaras hollywoodenses en dos nuevas oportunidades: en el western Death of a Gunfighter interpretó a la amante de Richard Widmark (1969), y en 1979, junto con Diana Ross y Michael Jackson, participó del musical El mago de Oz, de Sidney Lumet. En 1980 presentó en diversas partes del mundo su espectáculo Lena Horne: The Lady and Her Music, que permaneció casi un año en la cartelera de Broadway.

Como cantante de jazz siguió grabando discos hasta entrados los ’90. Fueron ésas las épocas de los grandes reconocimientos: en 1996 se alzó con un Grammy a la mejor cantante de jazz. Luego, sus actuaciones en Broadway le valieron un Tony y también recibió un doctorado de honor por la Universidad de Harvard. “Aquello fue lo más grande que me ha pasado en la vida”, expresó entonces. Por otro lado, su amistad con el actor negro y defensor de los derechos humanos Paul Robeson fue el comienzo de su propia e intensiva participación en campañas contra la discriminación racial. En numerosos discursos, exigió el derecho al voto para los afroamericanos y, junto con Harry Belafonte, ofreció varios conciertos por la igualdad de razas.

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En los ’50, Horne estuvo en la lista negra de Joe McCarthy.
 
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